Para algunos, conducir un vehículo es meramente un ejercicio necesario, y a veces obligado, para llegar a un destino, cómoda y rápidamente. En tal caso, el vehículo en sí es tan sólo la herramienta para conseguirlo. Para otros, conducir es un placer, disfrutan al volante, sienten que están haciendo algo más que un acto de transporte físico. Para no hablar de quienes, al volante, sufren una metamorfosis que ni Kafka podría describir. Así pues, conducir ¿es un acto mecánico o un arte? Depende de quién conduzca y el uso que haga de ello.
Para mí, lo mismo puede aplicarse a la escritura. Hay quien sólo escribe por obligación y hay quien lo hace por devoción.
Salvo las escasísimas ocasiones en las que escribir ha sido un ejercicio creativo, como las redacciones del colegio o las antiguas cartas de amor, sustituidas ahora por SMS en lenguaje chat (“xq tq” ha pasado a sustituir al “porque te quiero”), la mayoría de los mortales, no profesionales de las letras, hemos utilizado el lenguaje escrito para hacer informes, actas de reuniones, cartas a clientes, solicitudes varias, y en lo más alto de la cumbre burocrático-literaria, alguna que otra instancia a la autoridad competente tipo "Excelentísimo Señor, de cuyo recto proceder espera y cuya vida guarde Dios muchos años", intercalando exposiciones y súplicas.
Mi historial creativo encajaría muy bien en esta descripción, aunque siempre soñé que un día algún tipo de Red Bull me daría alas para lanzarme a escribir algo en lo que creyera de verdad y que me resultara gratificante. A pesar de que mi innata imaginación, a veces desmesurada, me ha llevado a hacer algún pinito en el mundillo creativo sin afán de lucro (léase algún cuento y algunos poemas y dedicatorias dentro del ámbito familiar), nunca me había decidido, quizá por falta de estímulos y/o de tiempo, a coger papel y la pluma de un procesador de textos para empezar a contar cosas surgidas de mi alma, de mis sentimientos y dirigidas a un público virtual, hablando y escribiendo para mí y para todo aquel que quiera (y se atreva) a oírme y leerme algún día.
Pero el día ha llegado. Prepárense todos, porque el que aquí suscribe (es deformación profesional), con todo el tiempo libre que la falta de obligaciones laborales le ha otorgado, ha puesto en marcha toda su capacidad y entusiasmo para iniciar una nueva andadura, la literaria, que no sabe si le llevará muy lejos y si sólo durará lo que dura la luna llena. Sea como fuere, la aventura ha empezado. De momento, ya llevo escritas unas cuantas páginas y la historia continúa.
Si alguien lee, queriendo o sin querer, lo aquí expuesto (más deformación profesional) y quiere hacer algún comentario, que lo haga, por favor, o calle para siempre. Podría ser el preludio de lo que está por venir, bueno o malo.
Anims en aquesta faceta d'escritor, vals molt més del que et penses. Un petonas i endavant.
ResponderEliminarT’animo a que segueixis escrivint, tens un talent innat i el millor, és que gaudeixes fent-ho. Deixa’t anar, deixa’t portar per aquest sentiment, creu en ell i en el teu talent, que vals molt. Espero que aquest bloc t’acompanyi per molt de temps i que et faci endinsar-te i conèixer més el teu interior, i nosaltres tenir la sort de poder disfrutar-ho.
ResponderEliminarBuen comienzo para un largo trabajo. Escribir por placer y tener todo el tiempo del mundo para hacerlo es lo mejor del mundo. Cuando la inspiración nos llega y oigo las teclas repitequear al son de mi cabeza me encanta. Es una sensación única.
ResponderEliminarP.D. No soporto los xq tq o peor aín xk tk. Me encanta escribir las palabras enteras.
Un abrazo y sigue escribiendo. Me gusta leerte.
Hasta hoy no me había percatado de tu comentario, que agradezco. Siendo una entrada tan antigua, quién iba a imaginarse que alguien se pasaría por aquí.
EliminarDe hecho, este escrito lo hice a raíz de que llevaba ya un tiempo escribiendo una especie de memorias noveladas que acabé auto-editando y obsequiando a los miembros más cercanos de mi familia. De ahí que dijera lo de "ya llevo escritas unas cuantas páginas".
Este blog inició su andadura para incluir relatos intimitas, historias personales (de ahí su título) pero ha acabado virando hacia historias de ficción. "Cuaderno de bitácora", mi segundo blog, se abrió con la intención de continuar con ese género que dio pábulo a "Retales de una vida".
Me gusta que te guste leerme. El gusto es recíproco.
Un abrazo.