Naturaleza equívoca o mala suerte. Tantos años de sufrimiento e incomprensión para esto. Creyó ser comprendido pero sólo unos pocos fueron amables con él primero y con ella después. Duro golpe para su mujer pero más doloroso, si cabe, para su hijo que, con sólo diez años, le vio, de repente, con otros ojos y se refugió tras su madre para no contemplarle de esa forma, para olvidarle poco a poco. Tantos años de ejercer como padre y esposo para terminar siendo un desconocido para aquéllos a los que tanto amó y sigue amando.
Cuando, todas las mañanas, se viste mirándose al espejo, ya no se reconoce. Pero no son sus pómulos, sus labios, su pelo, sus rasgos faciales y su cuerpo estrenado lo que marca la diferencia sino sus ojos, su mirada, esa mirada desprovista de vida y de ilusión, la ilusión desvanecida al comprobar cuán sola está ahora cuando más feliz debía ser, cuando ya no hay vuelta atrás.
Años de quirófano y de largos y costosos tratamientos no son nada comparados con lo que le espera conviviendo con el repudio, e incluso asco, de algunos y el desdén de esa mayoría que decía ser tolerante.
Lo que más le duele a Victoria no es haber dejado de ser Víctor sino haber perdido el cariño de la mujer que dijo al principio perdonarle, luego comprenderle y finalmente apoyarle y que ahora, en cambio, se avergüenza de lo que es, y el del niño que ambos tuvieron y sostuvieron tantos años en sus brazos.
Víctor de nacimiento y Victoria de adopción, ese ser humano, ese transexual atormentado, quisiera ahora morir para no estar solo ante ese mundo intolerante al que quiso enfrentarse y al que pensó vencer.
Esta narración no ha quedado finalista en ningún concurso ni, por supuesto, ha ganado premio alguno. Simplemente, está ahí para ser leída sin esperar nada a cambio.
Hola Josep Mª, soy M. Carmen Rubio, de relatosenlared.blogspot. Como te respondí en mi blog, visito el tuyo. A mi humilde entender, por lo que llevo visto, no sólo creo que escribes bien sino que dices algo más que bonitas palabras en tus relatos. Me quedo dando una vuelta por aquí. Hasta pronto.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen, por tu comentario. Ya sabes que puedes venir a visitarme siempre que lo desees.
EliminarUn abrazo.
Es verdad que debe de haber muchas personas con estas mismas circunstancias, es una pena que al final no lleguen a ser lo felices que en principio pensaban y que sin ninguna duda se merecen.
ResponderEliminarUn tema que has narrado con mucha maestría.
Me encanta, mis felicitaciones por tan bonito relato.
Un abrazo.
Muchas gracias, Elda, por tus comentarios. Me inspiré en una serie titulada "Orange is the new black", cuya historia se desarrolla en una cárcel de mujeres entre las cuales hay una que había sido un hombre casado y con un hijo pequeño. Me llegó muy adentro sus reflexiones y recuerdos de cuando tenía una familia "normal".
ResponderEliminarUn abrazo.