martes, 8 de julio de 2014

El abogado escritor



Manuel siempre había querido ser escritor, pintor o músico, ser creativo, como solía decir. Pero los consejos de su padre, hombre de ideas fijas y prácticas, le convencieron para estudiar Derecho y ejercer, como él, de abogado. Trabajaría en su bufet, que un día, cuando muriera o fuera demasiado viejo para llevar las riendas del negocio, pasaría a ser de su propiedad.

El padre de Manuel murió, un mal día, víctima de un infarto fulminante cuando éste solo hacía dos años que se había licenciado. Hay que decir que Manuel no había sido precisamente un buen estudiante –se sacó la carrera con aprobados y algún que otro notable- que odiaba esa profesión y sobre todo los casos en los que el bufet de su padre se había especializado: los divorcios. Muchas eran agrias disputas y pocos los clientes satisfechos con el acuerdo final que se había alcanzado.

Por culpa de la omnipresente crisis, que incluso llegó a afectar a las crisis matrimoniales, cada vez eran menos los casos de divorcio que llamaban a la puerta del bufet, ahora propiedad de Manuel, de modo que éste decidió dedicar su cada vez mayor tiempo libre a la escritura, su pasión de toda la vida.
Nunca se hubiera imaginado que su breve experiencia como abogado matrimonialista, que tan poco le agradaba, le serviría de inspiración y así, poco a poco, el manuscrito de la historia de una infidelidad, como tituló a su opera prima, fue tomando forma hasta que llegó el momento de presentarla en sociedad.

Al cabo de dos años, su novela se convirtió en un best seller. “Es la primera obra de un joven escritor con mucha imaginación y talento, una novela que trata de una relación tormentosa entre una mujer de clase humilde y un marido con abundancia de dinero y de amantes” rezaba la faja promocional que recubría la portada del libro.

Hoy, Manuel ha visto, en las Ramblas barcelonesas, del brazo de un hombre obeso que parecía doblarle la edad, a aquella mujer que un día se presentó en su despacho para pedirle que se encargara de la demanda de divorcio contra su infiel marido. Cuando sus miradas se han encontrado, ella le ha susurrado algo a su acompañante y, dejándolo plantado en medio de la calle, se ha acercado a Manuel con paso decidido y sonriente, en señal de reconocimiento.

La mujer le ha estrechado la mano y, sin soltársela durante un buen rato, le ha dicho en un tono un tanto malicioso:

-Una novela realmente interesante la que ha escrito. Me ha gustado mucho y tengo entendido que ha sido todo un éxito de ventas. Nunca me hubiera imaginado ser la fuente de inspiración de un escritor y que mi historia pudiera dar para tanto, porque no me negará que lo que ha escrito trata sobre mí y mi ex, ¿no es así?

Y sin darle tiempo a réplica alguna, ha añadido:

-Si quiere repetir el éxito con una segunda parte, le pudo ofrecer una nueva historia, esta vez más morbosa, si cabe, que la primera, con un muerto de por medio incluido.

Y ante la estupefacción de Manuel, la mujer, ahora con una sonrisa abiertamente perversa, se ha despedido diciendo:

-Pero esta historia todavía no está lista, tardará un poquito pues todavía estoy en ello, ya me entiende –le ha dicho, señalando con un ligero movimiento de cabeza a su orondo acompañante que no les quitaba el ojo de encima-. Cuando lo tenga todo listo, ya iré a verle a su despacho. Pero, eso sí, esta vez iremos a medias con las ganancias. Nunca me ha gustado que se aprovechen de mí. ¿De acuerdo?

Y mientras aquel pedazo de mujer, todavía joven y de muy buen ver, se alejaba Ramblas abajo con aquel pobre infeliz, Manuel, alarmado y dubitativo, pensó que eso de haber estudiado Derecho no le había ido tan mal.


Fotografía: Ewan McGregor, en una secuencia de la película The Gost Writer, proyectada en España con el título El Escritor

6 comentarios:

  1. ¡Arrea, menuda historia! Si ya lo dicen: la realidad supera a la ficción :-)
    Buen relato, Josep.

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    1. Muchas gracias Frida-Lydia. Me alegra "verte" por aquí y que te haya gustado.
      Un abrazo.

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  2. Hola, Josep Mª. Me gustó tu historia, un protagonista con recursos. ¿No te has planteado llevar a cabo el relato que dio el éxito al abogado? Un abrazo.

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    1. Hola Carmen. Pues mira, no es mala idea; lo pensaré.
      Muchas gracias por seguir viniendo a leer mis "historietas".
      Un abrazo.

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  3. No no, no le había ido tan mal haber estudiado derecho, porque seguramente le haría falta si tenía que vérselas con la tal señora, jajaja.
    Genial me ha parecido la historia.
    Un abrazo.

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  4. Nunca se sabe lo que te puede deparar la vida. A veces, los malos augurios no llegan a cumplirse, y a revés. La vida es un misterio y algunas de las personas con las que nos cruzamos también, como la protagonista de esta historia.
    Muchas gracias por tus comentarios.
    Un abrazo.

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