Aurelio quería escribir un microrrelato pero no había forma humana de hallar un tema mínimamente interesante como para desarrollarlo en 120 palabras. Si otros lo podían hacer, ¿por qué él no iba a lograrlo?
Pasaron los días sin que Aurelio consiguiera su propósito. Sentado frente al ordenador ideó un plan: escribir sobre lo primero que ocurriera, que fuera el azar quien decidiera.
Al cabo de poco, le entró un correo. Ahí está mi inspiración, se dijo. Escribiré sobre lo que lea.
El correo era de Laura, que le decía: Aurelio, como no me des una explicación convincente cuanto antes, te dejo. No puedes pasarte el día entero escribiendo.
Aurelio todavía está buscando la forma de contárselo todo en 120 palabras.
¡Buenísimo!
ResponderEliminarUn abrazo, Josep.
Muy buen texto, con un final sorpresivo, que de eso se trata.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, amigas lectoras, por vuestros comentarios. A mí, como a Aurelio, siempre se me habían resistido los microrrelatos, así que no he podido evitar la tentación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja, muy bueno Josep. Me ha encantado, como siempre tan original e inspirado. ¡Mira, sin querer me ha salido un pareado!, jajaja.
ResponderEliminar¿Pero hace tanto que no vengo que ya tienes más historias?, bueno pues ya vuelvo, que ahora no es hora.
Un abrazo.
Hay historias que me vienen solas a la mente y otras, en cambio, que tengo que obligarlas a venir pues se resisten un poco, como el microrrelato éste. No te sientas obligada a visitarme regularmente, hazlo cuando te vega en gana. Yo sigo el ritmo que me marca mi mente calenturienta de historietas.
EliminarMuchas gracias y un abrazo.
Plas, plas, plas... Qué manera de no poder decir nada para contar tanto :-) Me encanta, es genial.
ResponderEliminarbesos y abrazos
No sabes cuánto agradezco tus palabras. Me encanta que te haya encantado.
EliminarUn abrazo.
A mí me parece que no se te resisten los microrrelatos, querido Josep. Este es una buena prueba de ello.
ResponderEliminarUn abrazo.
En esta vida, todo es cuestión de empeño. Como en la poesía, lo difícil no es tanto la técnica como la calidad del producto final. Muchas gracias por tu comentario y por venir a leerme.
EliminarUn abrazo.