jueves, 30 de abril de 2015

El jugador bienintencionado


Rico o pobre, su vida no valía nada. Aun así, prefería abandonar este mundo dejando un buen recuerdo. Ese fue el único motivo que le movió a hacerlo.

Empezó a jugar a las cartas en el ejército, durante esas largas guardias de fin de semana. A la suerte del principiante le siguió unas verdaderas dotes de jugador. De este modo, el póquer le procuró dinero fácil. Las timbas que organizaba en la clandestinidad le abrieron las puertas a una vida fácil que acabó sustituyendo al trabajo tedioso y mal remunerado de cada día. Al cabo de unos años, el juego, el alcohol y las mujeres fáciles acabaron con el modelo de familia que se había propuesto tener al casarse con Marguerite.

-Philippe, no aguanto más, te dejo y me llevo a Stéphane –fueron las últimas palabras que salieron de boca de su mujer, hace ya diez largos años.
-Dame otra oportunidad, mujer, te prometo que voy a dejarlo definitivamente –fueron las suyas, tantas veces repetidas en vano.

Desde entonces, la vida de Philippe había ido de mal en peor. La suerte le fue cada vez más esquiva y acabó perdiendo todo lo que poseía de valor, aunque lo más valioso hacía tiempo que se le había escapado de las manos.

-No te des por vencido –le decían sus compañeros, que no amigos, de juego.
-Un día ganaré mucho dinero y recuperaré a mi mujer y a mi hijo –solía decirles.

Pero lo poco que ganaba jugando al póquer era insuficiente para procurarle lo que deseaba con tanto empeño. Tenía que pensar en algo más provechoso.

-Jugaré a la ruleta y me haré rico –dijo un buen día a sus camaradas de juego, ante su mirada incrédula.

Una noche, tras unas buenas manos, acabó ganando una cantidad suficiente de dinero como para lanzarse a su aventura particular. Su ex mujer y su hijo eran su prioridad y quería lo mejor para ellos. Ese fin de semana probaría suerte. Menos de treinta kilómetros le separaban de la fortuna e intuía que aquel sábado sería su gran día. Lo había dejado todo bien atado. Ahora solo debía pasar a la acción.

La sección de sucesos de Le Matin del lunes abría con el siguiente titular: “Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a su casa, y se suicida.

En unos días, el notario citaría a Marguerite Dumas y Stéphane Fleury, los dos únicos herederos de Philippe Fleury, en su despacho de la Avenue Louise de Niza.

9 comentarios:

  1. La vida es fiel a aquello de unas veces se gana y otras se pierde, y a veces se gana de forma extraña, aunque le pese a otros. Me ha gustado mucho Josep, sobre todo con ese final inesperado.
    Un abrazo.

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  2. Muy bueno, Josep. Un microrrelato intenso y atrapante. Tal vez en el fondo Philippe sabía que lo volvería a perder todo y esa fue la única salida que encontró para que su mujer y su hijo conserven el dinero, porque él no habría sido capaz de vivir en una familia modelo y lo iba a arruinar todo de nuevo.
    Muy bien ambientado en pocas palabras.
    Un abrazo.

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  3. Un microrrelato dentro de otro que lo explica. Interesante.
    Saludos.

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  4. Un microrrelato dentro de otro que lo explica. Interesante.
    Saludos.

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  5. Creo que el título del relato está muy bien elegido, porque verdaderamente el jugador obró con buena intención, aunque no sé si mucho acierto. Me ha dado pena, hubiera preferido que compartiera ese millón con su mujer y su hijo en vida...

    Muy bueno, como siempre, Josep :)

    Un abrazo y feliz finde!!

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  6. Hola Josep encantada de leerte otra vez en este gran relato, donde vas contando los vicios adquiridos siempre traen algún problema.
    Una decisión por parte del protagonista un poco drástica aunque beneficiosa para la familia a la que hizo infeliz.
    Me encanta el desarrollo, como siempre un placer leer tus relatos Josep.
    Un abrazo.

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  7. Vaya! Me ausento unos días y al volver, sorpresa!, me encuentro con más comentarios.de los que estoy acostumbrado. Tendré que ausentarme con más frecuencia, jaja
    Muchas gracias, Skuld, Federico, María del Mar, Julia y Elda, por venir a leerme y dejar estos agradables comentarios.
    Este relato partió de un reto que puso mi "profesora" del taller de escritura creativa: qué podíamos desarrollar a partir de la frase que yo he utilizado como titular del periódico. Y eso fue lo que salió de mi imaginación. Me alegro que os haya gustado.
    Un abrazo.

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  8. Un final totalmente desgarrador. Fue su forma de devolver lo que le había quitado a las personas que más quería. Un abrazo.

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    1. Quiso, de alguna forma, hacerles justicia, aunque fuera de mano de la Diosa Fortuna.
      Encantado de verte por aquí y gracias por el comentario.
      Un abrazo.

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