miércoles, 16 de septiembre de 2015

¿Por qué a mí?




Nunca imaginé que algo así me ocurriría a mí. Me habían hablado de casos parecidos pero como eran muy aislados y alejados de nuestra comunidad resultaba remotamente probable que algún día pudiera caer víctima de esa extraña enfermedad para la que no hay cura. Cuando se dieron los primeros casos en Europa, empezamos a temer por nuestra seguridad y nuestra vida, aunque siendo casos muy infrecuentes nadie le dio la importancia debida. Nadie cree que lo que les ocurre a los demás, le va a ocurrir a él.

Quién me iba a decir a mí lo que me esperaba en aquel bosque junto al lago y a plena luz del día. Salió de la espesura sin darme tiempo a reaccionar. Cuando me mordió no presagiaba por lo que tendría que pasar. Quizá hubiera tenido que contarlo a mis compañeros cuando llegaron al lugar de los hechos atraídos por mis gritos. Quizá ellos me habrían ayudado. Pero me dio vergüenza. Les di una excusa: que me había lesionado al caer sobre una roca. No dejé que vieran las señales de la mordedura. Quizá por eso ahora pago las consecuencias.

Ha pasado un mes desde aquel incidente y ya empiezo a notar los efectos de esa terrible enfermedad. Mi compañeros me miran ahora con recelo y se alejan de mí. Creo que sospechan que he enfermado y temen contagiarse. No sé qué hacer ni qué será de mí. Ahora vivo apartado de los demás, no quiero ver a nadie. Temo por ellos y por mí.

Lo peor acontece por la noche y da igual la fase en que se halle la luna. No es como aquellos casos que me contaban de pequeño en que la luna llena inducía la transformación. Cada maldita noche sufro unos terribles espasmos que hacen retorcerme de dolor. Hasta que la transformación no ha culminado, no puedo ni respirar. Sufro unos dolores atroces mientras mi cuerpo muda de forma vertiginosa hasta convertirme en un depredador incapaz de dominar sus instintos más primarios.

Cada vez permanezco más tiempo con mi nueva identidad. Ya no es solo por la noche cuando deambulo escondiéndome de todos y de todo, ahora mi nuevo estado se mantiene hasta bien entrado el día. Pronto me transformaré para no volver a mi estado original y no podré refugiarme entre los de su especie, en la que me habré convertido, pues tampoco soy exactamente como ellos y temo que acabarían conmigo. ¿Por qué me ha ocurrido esto? ¿Por qué a mí? ¿Qué puedo hacer? ¿Quién o qué soy en realidad?

Si a los hombres afectados por esa transformación les llaman hombres-lobo, yo soy un lobo-hombre. ¡Con lo feliz que era hasta hace poco con mi manada!

17 comentarios:

  1. Pobre hombre, la verdad es que tiene que ser horrible no tener identidad grupal. Bien plasmada en tus letras la angustia. Un abrazo Josep Mª.

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    1. Los cambios suelen ser muy angustiosos, sobre todo cuando no son deseados y no podemos controlarlos. En este caso hipotético y fantástico, es el lobo quine se converte en humano. Pero ¿cuál de los dos és realmente la bestia?
      Un abrazo, Carmen, y gracias por comentar.

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  2. Una vuelta de tuerca muy original a las transformaciones por mordedura, Josep. Quién ha dicho nunca que un hombre no pueda contagiar a un animal y volverlo un poco humano?? :D

    Muy bueno e ingenioso, me ha gustado.

    Un abrazo!

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    1. Quise darle la vuelta a la famosa historia del licántropo. El comportamiento de muchos seres humanos hacia los animales viene a ser como un ataque a su naturaleza "salvaje" y libre. El salvajismo de algunos seres humano es peor que el del instinto de supervivencia de los animales.
      En esta historia, con la mordedura, el hombre contagia al lobo su "humanidad". ¿Qué será peor, un hombre-lobo o un lobo-hombre?
      Un abrazo.

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  3. Josep Mª, me ha parecido un relato muy bien llevado hasta el sorprendente ,original y simbólico final. Incluso percibo una velada moraleja: el hombre puede transforma y dominar a la fiera que lleva dentro.
    Tal vez divago; ya sabes que al leer se nos dispara la imaginación.
    ¡Enhorabuena!
    Un abrazo.

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    1. Bueno, Fanny, ya sabes que toda historia (sobre todo de ficcion) puede tener múltiples interpretaciones y la tuya no está nada desacertada.
      Lo que, a priori, quise representar es que,por una parte, las tranformaciones son siempre dolorosas cuando son indeseadas y te obligan a cambiar tu identidad, y por otra, que un humano puede ser más inhumano que un animal, en este caso un lobo.
      Como le decía a Julia, ¿qué es peor, un hombre-lobo o un lobo-hombre?
      Un abrazo humano y nada salvaje.

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  4. Muy bueno y original el tema. Me ha sorprendido el final ya que estaba esperando la historia al revés, y pensando si me iba a dar miedo ( porque ni te imaginas a que hora te estoy leyendo insomne, en la cama y con el movil), lo mío no tiene cura jajaja.
    Me encantó el cuento Josep.
    Un abrazo.

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  5. Muy bueno y original el tema. Me ha sorprendido el final ya que estaba esperando la historia al revés, y pensando si me iba a dar miedo ( porque ni te imaginas a que hora te estoy leyendo insomne, en la cama y con el movil), lo mío no tiene cura jajaja.
    Me encantó el cuento Josep.
    Un abrazo.

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    1. Te agradezco que te dediques a leer mis "historietas" sacrificando horas de sueño o de no sueño. No es ésta una historia para no dormir (lo que me gustaba a mí ese programa de Chicho Ibáñez Serrador) sino un cuento que cada uno puede interpretar a su libre albedrío. Yo quise darle un toque distinto, una vuelta a la típica historia del hombre convertido en lobo.
      Un abrazo.

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  6. ¡QUé gran final! No me lo esperaba para nada. Me has descuadrado totalmente. Pobre lobo, dejar a su manada para llegar a otra más cruel, jjjijijiji.
    Un abrazo.

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    1. Espero que, después de esto, la crueldad humana no se propague y se intale en el reino animal.
      Un abrazo, María.

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  7. No te conocía y he llegado por casualidad a tu blog y me ha encantado tu relato, como lo has contado y sobre todo como le has dado la vuelta en ese final sorprendente.
    Todos, seamos lo que seamos, necesitamos una identidad y a veces a la manada.
    Un saludo

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    1. Dicen que las casualidades no existen. Sea como sea, bienvenida a este rincón y vuelve cuando quieras. La puerta siempre está abierta.
      Gracias por dejar tu comentario.
      Un abrazo.

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  8. me ha marvillado como siempre que te leo
    tus escritos tienen
    sabor a vos

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    1. Muchísimas gracias por tus amables palabras. Ya sabes que aquí tienes tu rinconcito para cuando desees leer mis historias.
      Un abrazo.

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  9. ¡Si señor! a eso se le llama un giro de argumento.
    Pobre lobo, con lo feliz que era. Este debe de ser como el de la canción del lobo-hombre en parís
    Un abrazo y gracias por el enlace. Es cierto que el que me mandaste con anterioridad ya estaba leído y comentado.

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    1. Resulta simpático recibir ahora un comentario a un relato publicado un año y medio antes. Y todo por mi culpa, jaja
      Un abrazo, compañero y discúlpame por haberte enviado primero uno equivocado.

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