Mi amigo Juan siempre ha sido un hombre de
guardar muchos secretos. Nunca ha revelado nada que considerara personal, ni
siquiera a sus amigos, entre los que me cuento. Siempre nos ha tenido muy
intrigados sobre su vida privada. Nunca le conocimos novia alguna. Hasta que un
día acudió a una comida que habíamos organizado con una chica de la que nunca nos había
hablado. Nos la presentó como Olga, una nueva compañera de trabajo con quien
había conectado de un modo muy especial — nos dijo aprovechando que ella había
ido al servicio.
—¿Y cómo de especial es
esta conexión? — le inquirió Pedro, con una sonrisa libidinosa.
—¿Crees que estarás a
la altura? Tiene pinta de ser una fiera en la cama —terció Ramón, siempre tan
bruto, soltando una carcajada.
—Es guapa y simpática,
espero que dure vuestra relación —fue todo lo que añadí.
—Olga es, es… distinta.
No es como las demás —afirmó Juan, un tanto incómodo.
—Yo, vestidas, las veo
todas iguales —dijo Ramón, volviendo a soltar una risotada.
—Dejadlo ya, sois unos
cretinos. No sé por qué la he traído.
—Para darnos envidia,
porque está realmente buena y como siempre nos hemos mofado de ti por no tener
pareja… —remató Pedro justo cuando Olga volvía del servicio.
—Seguro que habéis
estado hablando de mí —nos dijo, sonriente.
Supongo que nuestras
caras y el mutismo general con algún que otro carraspeo, confirmó sus sospechas.
Desde luego, Olga era
una chica muy especial. Aparte de su simpatía arrolladora, demostró ser muy
culta e inteligente, algo que nos incomodó, pues no cesó de sacar a colación
temas que puso en evidencia nuestra ignorancia.
Pero tras ese encuentro,
Juan volvió, sin explicación alguna, a su secretismo habitual. No volvió a
hablarnos de Olga a pesar de nuestros intentos. Parecía que se arrepentía de
habérnosla presentado. Se limitaba a decir que todo iba bien entre ellos. Eso
me intrigó. Llegué a pensar que habían roto y no quería que lo supiéramos, pues
se avergonzaba de su revés amoroso y tampoco deseaba ser el centro de nuestras
burlas o reproches.
Sin temor a
equivocarme, a pesar de sus rarezas, siempre me he considerado el mejor amigo
de Juan, de ahí que esta vez me preocupara por él de un modo especial. No era
normal, ni tan solo para él, pasar de la euforia a la indolencia. Así pues, me
dispuse a descubrir lo que fuera que le sucedía, costara lo que costase.
Como el día que nos
presentó a Olga, esta nos contó dónde vivía, decidí presentarme en su
apartamento para conocer de primera mano qué ocurría —si es que ocurría algo—
entre ellos. Seguro que, si habían roto, me lo diría sin tapujos.
Cuando me disponía a
cruzar la calle, parado enfrente de su domicilio, vi salir del portal a Juan.
Se le veía bien, incluso diría que feliz. Supuse que acababa de visitar a Olga,
por lo que ella debía estar en casa. Dudé. Si todo parecía discurrir con
normalidad, ¿para qué hablar con ella? Si Juan no nos quería contar nada de su
relación sería porque había vuelto a las andadas y había decidido encerrarse de
nuevo en su caparazón hecho de secretos. Pero ya que me había desplazado hasta
allí, ¿por qué no mantener una charla con Olga y contarle lo que me tenía
intrigado?
Subí hasta el quinto
segunda y llamé al timbre. Tardó mucho en abrir la puerta. Quizá no estaba
presentable y se estaba vistiendo, pensé. Cuando por fin lo hizo, se extrañó de
verme.
—Hola, ¿qué haces aquí?
—me preguntó, intrigada. Parecía que la había pillado por sorpresa. Me olí algo
extraño. Aun así, me invitó a pasar.
Cuando le dije lo que
me traía hasta allí, acabó admitiendo que su relación con Juan no era una
relación normal y que probablemente por ello no nos quisiera revelar en qué
consistía.
—Si él no desea que lo
sepáis, yo no lo voy a desvelar. Somos felices con la vida que llevamos y no
hay nada de qué hablar.
No quise insistir, pero
lo dicho por Olga me intrigó todavía más. ¿Qué secreto guardaba Juan sobre la
naturaleza de su relación con esa mujer? Desde luego no era asunto mío. Aun así,
perseveré en mis pesquisas y fui a verle con la intención de sonsacarle la
verdad.
Siempre tan servicial,
me invitó a unas copas. Si lograba emborracharle —pensé— todo sería más fácil. Mi
plan funcionó. Acabó extralimitándose con la bebida y cuando apenas se tenía en
pie, le pregunté qué tipo de relación mantenía con Olga.
—Sé que no es asunto
mío, pero me preocupa tu comportamiento. Has vuelto a encerrarte en ti mismo y creo
que tiene algo que ver con Olga. Si realmente me consideras tu amigo, cuéntamelo.
—Si tanto insistes
—dijo balbuceando—, espera un momento, pero no sé cómo te lo vas a tomar.
—Hombre, Juan, si para
mí eres como un hermano —Estaba ansioso por conocer su secreto.
—Júrame que no se lo
dirás a nadie. Será un secreto entre nosotros.
Tras encerrarse en su
dormitorio, volvió a aparecer al cabo de un buen rato. Lo que ahora tenía ante
mí era un humanoide que habría espantado al más valiente.
—¡Eres un
extraterrestre! —exclamé.
—Y, además, he acabado encontrando
a mi media naranja. Olga y yo somos iguales. ¿Lo entiendes ahora? —me dijo,
mientras yo me desplomaba en el sofá.
900 palabras
¡Caray qué sorpresa!, me he quedado como el protagonista del relato, jajaja.
ResponderEliminarMuy interesante para participar en el concurso, y estupenda la trama con la dificultad de las 900 palabras.
Me ha encantado Josep.
Un abrazo.
Sorpresa, sorpresa, como se titulaba un programa de televisión, je,je.
EliminarMe alegro haber podido sorprenderte y de que te haya gustado.
Un abrazo.
¡Qué bueno, Josep!
ResponderEliminarHas conseguido mantener la tensión narrativa y el suspense hasta el final del relato. Los diálogos hacen que el texto se lea en un suspiro y la sorpresa final engarza de manera genial con las normas del concurso.
Felicidades y suerte para esta edición.
Sí, este relato podría calificarse como de suspense diseñado con humor, je,je.
EliminarGracias por tu amable comentario.
UN abrazo.
Realmente sorprendente. No se pudía imaginar un final así, y has conseguido mantenerme en ascuas toda la lectura.
ResponderEliminarMuy buen relato
Me alegro de que hayas retomado la escritura.
Un abrazo, Josep
Hola, Rita. Me alegro que esta historieta te haya mantenido interesada hasta el final. Al menos no resulta aburrida, ja,ja,ja.
EliminarUn abrazo.
Asi es, deben haber varios seres disfrazados de humanos entre nosotros, no es una invasion, sino mas bien una especie de migracion pacifica. No se atreven a salir del 'closet' precisamente porque nuestra sociedad siempre esta vigilando quien es diferente. Apoyemos a Juan y Olga
ResponderEliminarSi se deciden a salir del armario, quizá comprobarán que hay muchos como ellos y formarán una asociación en defensa de sus derechos y hasta acabarán celebrando el día del orgullo extraterrestre, ja,ja,ja.
EliminarUn abrazo.
Bueno, los amigos, salvo el narrador de don un poco brutos y hasta casposo por lo que no me extraña que no quisiera presentarles a Olga, pero ya, visto lo visto, es que, menudo papelón, tenía que presentar a Olga y a sí mismo. No creo que sus amigos lo hubieran tomado con mucha comprensión.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Un beso.
Los amigos son bastante brutos, cierto, aunque quizá sea debido a que ya están hasta el moño de tanto secretismo por parte de Juan. Claro que, dada su naturaleza, se entiende que fuera tan reservado y no tuviera pareja, hasta que encontró a su media naranja. Resultaron ser tal para cual, je,je.
EliminarUn beso.
Gracias, Josep, por participar con este relato en el Homenaje a HG Wells y La guerra de los mundos. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminarGracias a ti, David, por brindarnos la oportunidad de explayarnos con nuestra imaginación, a veces un tanto desmedida, ja,ja,ja.
EliminarUn abrazo.
Que sorpresa, es genial. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Nuria, por tu comentario. Me alegro que te haya gustado.
EliminarSaludos.
Líbrate de esos amigos que más que interesarte por ti lo que son es unos chismosos de lo que haces.
ResponderEliminarMuy interesante tu aportación al reto de David.
Un abrazo.
Más que chismosos, yo diría que son unos "curiosones", pero es que Juan les da motivo para ello con tanta introversión.
EliminarGracias por comnetar, amigo.
Un abrazo.
Me ha sorprendido el final.
ResponderEliminarMe gusta sorprender. Así que me alegro de haberlo conseguido.
EliminarUn abrazo.
Vaya giro que le diste a la historia, muy bueno. Me pregunto si habrá extraterrestres entre nosotros. Quizás andan por ahí sin que nos demos cuenta, como en tu relato. Saludos.
ResponderEliminarQuién sabe si nos rodean y nos vigilan. Yo espero que, si están entre nosostros, sean amigables, como el protagonista de este relato, je,je.
EliminarSaludos.
Muy chulo, es que es extraña la relación, ya lo creo. Esa extraterrestre, qué bien le hace a Juan :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Quizá los extraterrestres se lleven mejor entre ellos que los terrícolas. Al menos, en el caso de Juan y Olga es así.
EliminarUn abrazo.
¡Qué bueno, Josep! Lo de Olga se intuía pero lo de Juan ha sido toda una sorpresa. Un relato muy ameno con una intriga muy original. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarQuise dirigir todas las sospechas hacia Olga, la amiga especial de Juan, pero quise guardarme un as en la manga, je,je.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Hola, Josep. Algo se veía venir con tanta intriga, pero no por partida doble, ET y su ETA. Está claro que están entre nosotros sin enterarnos y cuando se quiten, o nos quitemos, la mascara habrá muchas sorpresas como las de tu relato. Saludos y suerte 👽🖖🏼
ResponderEliminarTodo ET necesita a su pareja, ja,ja,ja. Pues quzá sí que llegará el día de la "revelación" y tendremos una gran sorpresa cuando se quiten las máscaras. ¿Cuántos serán los ocultos entre nosotros?
EliminarUn saludo.
Seguro que algunos están mimetizados con nosotros, conozco yo a más de un rarito por ahí que... ¡a saber!
ResponderEliminarUn relato simpático, con sentido del humor a lo Josep Mª, y con un final de traca. Aunque a mi me han parecido más marcianos los cotillas colegas que él :)
Un abrazo, Josep.
Uf, hay mucho rarito por ahí. Y tampoco en esta ocasión puedo resistir la tentación de mencionar a algunos políticos, ja,ja,ja.
EliminarMuchas gracias, Isabel, por tu comentario.
Un abrazo.
Muy buen relato Josep. Y nunca se sabe si una buena compañía puede ser un extraterrestre. Un abrazo.
ResponderEliminarLo que importa es tener afinidad con tu pareja, venga de donde venga. En este caso, los dos eran muy afines, je,je.
EliminarUn abrazo.
Madre mía qué final, me ha encantado y sorprendido.
ResponderEliminarMuy feliz tarde.
Como suelo hacer, he guardado la sorpresa para el final, como debe ser, je,je.
EliminarMe alegro que te haya complacido.
Un abrazo.
Un final sorpresivo para mi, pues conforme iba leyendo me estaba imaginando que Olga era un travesti. Muy bueno Josep
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Un travestí?, ja,ja. Bien podría ser, pero como el reto del concurso requería la presencia de, por lo menos, un extraterrestre, opté por esa opción, je,je.
EliminarUn abrazo.
Menuda historia te has marcado amigo. Ni la más remota idea de lo que iba a acontecer hasta el final. Creo que has conseguido lo que te proponías; sorprendernos justo al final.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo.
Quise hacer creer que el ser extraterrestre era Olga, la recién llegada amiga especial de Juan. El giro ha estado en que los dos eran de la misma identidad y no solo ella, je,je.
EliminarUn abrazo, amigo.
Cuesta tanto hallar a la media naranja, que uno acaba pensando que no existe, por lo menos en este planeta, ja,ja,ja.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.D.- Espero que mi mujer no lea esto.
Me ha pasado como a Marta, que se veía venir lo de Olga pero lo de Juan ha sido un sorpresón. Tal vez me hubiera gustado saber algo más del aspecto físico de este renovado Juan, pero la historia tiene su gancho.
ResponderEliminarDesgraciadamente la historia tambien tiene su máxima longitud de 900 palabras, de modo que no he podido ser más explícito, je,je.
EliminarUn saludo.
He estado intrigada hasta el último momento, no tenía ni idea de por dónde ibas a salir :)) Muy entretenido.
ResponderEliminarSAludos.
Me alegro que te haya resultado entretenida esta historia totalmente inventada, que conste, ja,ja,ja.
EliminarUn saludo.
Hace falta mucha bebida para que nos saquemos el disfraz y nos mostremos tan extraterrestres como somos.
ResponderEliminaraunque en relación a la bebida también conozco el efecto contrario a saber: Dos whiskies y ya estoy disfrazado de cualquier cosa con el yo bien escondido. En fin, la vida es una verdadera SORPRESA y lo has pintado estupendamente. Mis más cálidas felicitaciones.
Un abrazo
Dicen que los niños y los borrachos dice siempre la verdad y como nuestro protagonsta lo sabía, decidió emborracharle parea sonsacarle ese secreto tan bien guardado, y le salió bien el truco, je,je.
EliminarMuchas gracias, Juana, por dejar tu comentario.
Un abrazo.
Muy buen relato, Josep. Descubrir al final que el tímido del grupo compartía genes con su novia extraterrestre fue un giro muy bueno. Los diálogos muy buenos, caracterizando muy bien a sus amigos y sobre todo al más "interesado" por sus intimidades. El relato me ha sacado muy buenas sonrisas hasta el final.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la historia. Un abrazo.
Me alegro, Carles, que este relato te haya gustado y, sobre todo, arrancado unas sonrisas. Es mucho mejor arrancar a alguien una sonrisa que una muela, je,je,je.
EliminarUn abrazo.
Tu relato me encanta, Josep. Estoy convencida de que los tenemos al lado y ni nos damos cuenta. La sorpresa final es fabulosa. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Carmen. Puede que estemos rodeados de extraterrestres y no lo sepamos, je,je. Si no nos damos cuenta será porque han venido en son de paz. Algo es algo.
EliminarMe alegro que esta historieta te haya gustado.
Un abrazo.
Hola Josep. Tu relato bien podría encajar en una historia de Los Hombres de Negro. Los extraterrestres están entre nosotros, seguro que todos conocemos a uno y no lo sabemos. Juegas con ese secreto de Juan manteniendo la intriga en todo momento, y al final das un giro presentando al propio Juan como un ser venido de otro planeta, cuando todos lo esperábamos de Olga, bien hecho. Buenos diálogos también, un relato muy completo. Mucha suerte en el Tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarCuando iba a la Universidad, dos amigos y yo establecimos la teoría de que, en todas partes (en clase, en el laboratorio de prácticas, en la biblioteca, en el bar...) siempre había un 10% de chicos/chicas del Opus. Y no nos equivocamos. Procuraban repartirse (uno por cada diez) en los distintos grupos que se formaban y en los distintos lugares que los estudiantes frecuentaban. De este modo, podían practicar el proselitismo con más eficacia y discreción. El resto de alumnos parecía no darse cuenta. Pues igual podría suceder con los extraterrestres, je,je.
EliminarMuchas gracias, Jorge, por tu comentario.
Un abrazo.
P.D.- Espero que no seas del Opus, y si lo eres, que no te hayas sentido ofendido.
Totalmente impredecible el final. Yo esperaba que la extraterrestre fuera Olga, pero fue una gran sorpresa que Juan también lo fuera.
ResponderEliminarFelicitaciones por el relato. ¡Suerte en el concurso!
Un saludo.
Hola, Cynthia. Veo que he logrado engañaros a todo/as, ja,ja,ja.
EliminarMuchas gracias por tu lectura y comentario. Sé que tu también participas en el concurso. Tu relato es el próximo que me toca leer, je,je.
Un saludo.
Hola, Josep. Algo se veía venir, a ver... tenía que aparecer un extraterrestre en algún momento! Pero has sabido sorprendernos haciendo que él también fuera extraterrestre. Muy bien logrado. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Mirna. Sabiendo que el tema iba de estraterrestres, era lógico pensar que por alguna parte saldría uno de esos especímenes y quién mejor que Olga, la nueva en el grupo. Pero me gusta sorprender y no pude evitar involucrar al propio protagonista, je,je.
EliminarUn abrazo.
Jajaja. Mira que yo a veces me encuentro a cada uno que me da la sensación de ser de otro planeta. Tal cual pasa en tu relato. Me esperaba lo de Olga, pero lo de Juan, para nada. Mira que su amigo le consideraba su hermano, ahora después será su hermanastro cósmico, como mucho, jejej. Me ha encantado. Un relato distendido donde los extraterrestres viven en armonía junto a nosotros, tienen amigos que les hacen sonrojar e incluso la conciencia suficiente como para pillarse una buena turca si tu hermanastro cósmico te lo pide. Y todo dentro de una naturalidad y fluidez tan absorbente que por momentos me ha hecho olvidar el reto del mes.
ResponderEliminarMuy bueno, me gustó mucho.
Un fuerte abrazo, Josep!
A veces, hasta los amigos a los que crees conocer mejor te deparan un gran sorpresa. Menos mal que en este caso el amigo, aun siendo rarito, era buena gente y no de esos estraterrestres que siempre nos pintan con malas intenciones. Y si Olga era tan guapa como dicen, pues bienvenida al club, ja,ja,ja.
EliminarMe alegro que mi ocurrencia te haya hecho pasar un buen rato.
Un fuerte abrazo para ti también, Pepe.
Hola, jajaja muy divertido tu relato Josep Mª!! Me ha sorprendido el final, no me esperaba que Olga también fuese una extraterrestre. Qué gracioso cuando dices: “lo que ahora tenía delante era un humanoide que hubiera espantado al más valiente” 😂 Enhorabuena y suerte en el concurso!!
ResponderEliminarHola, Cristina. Me alegra que mi relato no solo te haya divertido sino, además, sorprendido.
EliminarA diferencia de otros relatos sobre extraterrestres, yo no he querido detallar la apariencia física de los mismos y dejarlo a la imaginación del lector, je,je.
Un saludo.
Me ha encantado 👏👏👏👏👍 se te dan de maravillas los relatos.
ResponderEliminarGracias por compartirlos.Abrazobuho.
Un placer leerte.abrazo fuerte😊
Hola, amiga lectora. Me ha encantado que te haya encantado mi relato, je,je.
EliminarGracias por venir a leerme y dejar tu comentario.
Un abrazo.
Me encantó tu relato, tan original como tierno. Muy buena escritura.
ResponderEliminarMuchas gracias, Beba, por tu comentario y también te agradezco tu opinión sobre mi escritura.
EliminarUn abrazo.
¡Hola, Josep Maria! Me ha encantado tu relato. Has conseguido hacer absolutamente creíble lo increíble, y además con un estilo de lo más ameno. ¡Felicidades y suerte! Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola, Beri! Me alegra saber que mi historieta sobre un par de extraterestres un tanto peculiares te haya gustado. Muchas gracias por tu comentario y por tus buenos deseos.
EliminarUn abrazo.
P.D.- He intentado leer tu relato descargándolo de la relación que David ha incluido en su entrada de El Tintero de Oro, pero me ha resultado imposible, como si el enlace tuviera algún fallo. Intentaré abrirlo buscando la compartición que hizo en facebook.
Hola, Josep. Has construido un relato muy bien narrado , con unos diálogos muy acordes a sus personajes y un final con doble giro que nos ha pillado a todos desprevenidos. Un saludo y mucha suerte.
ResponderEliminarHola, Pedro. Me alegro que te haya gustado mi curiosa disquisición extraterrestre, je,je.
EliminarUn abrazo.
Hola, Josep. Pues ahora comprendo perfectamente la rareza de Juan. ¿Y qué quieres que te diga? Me alegro un montón que haya encontrado a una compañera.
ResponderEliminarHas construido un relato redondo, perfecto y entretenido. Nos has hecho creer que sólo Olga era la extraterrestre y ese giro de tuerca final ha sido todo una sorpresa.
Te deseo lo mejor en el Tintero. Un abrazo.
Hola, Bruno. Ya lo dice el refrán: cada oveja con su pareja, je,je. Me imagino lo mal de lo debió pasar Juan hasta que encontró a su verdadera media naranja.
EliminarMuchas gracias por tu lectura y comentario.
Un abrazo.
Hola, Josep María. Vaya, vaya con el amigo reservado. Lo de Olga ya se intuía desde el principio, pero tenías guardado un as en la manga. Tiene que ser muy fuerte por muy amigo que seas que se te presente así, en frío, de humanoide.
ResponderEliminarMe ha gustado. Un abrazo.
Hola, isan. Que Juan fuera tan reservado tenía una justificación. Con unos amigos tan metomentodo, indiscretos y burlones, solo le faltaba reconocer su verdadera naturaleza, je,je.
EliminarLa vida da muchas sorpresas, pero como esta ninguna puede superarla.
Me alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Fantástico relato, Josep Mª! Cómo es el amor! Para que luego digan que no existen las 'medias naranjas'. Qué bien has manejado la intriga hasta el final! Felicidades y saludos!
ResponderEliminarClaro que existen las medias naranjas, lo difícil es encontrarlas, y Juan tuvo esta suerte, je,je.
EliminarMuchas gracias, Mayte, por tu comentario.
Un saludo.
Hola Josep; genial y realmente fantástico tu cuento corto!! El remate final ha sido inesperado y es lo mejor que debe tener una historia como esta. Te deseo lo mejor de lo mejor en el Concurso!! Un cordial saludo!!
ResponderEliminarHola, Daniel. Te agredezco mucho tus elogios y me alegro que hayas disfrutado de este cuento.
EliminarUn abrazo.
Un sorpresivo final y una relación muy particular que al final tienden a tener cosas en común. Saludos virtuales. Suerte en el Tintero
ResponderEliminarMuchas gracias por tu valoración. Me alegro de que te haya sorprendido el final, es de lo que se trataba, je,je.
EliminarUn saludo.
Buena sorpresa final, de las que no se esperan. Genial cuento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta sorprender, es uno de mis vicios ocultos.
EliminarMe alegra que te haya gustado, Alfred.
Un abrazo.
Sorpresa!!!! Un placer, como siempre, pasear entre tus letras. A ver si vuelvo a introducir ese vicio entre mis rutinas y me paso más a menudo. Espero que todo siga bien por tu parte del Baix Llobregat.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, David. Bienvenido a esta tu casa y gracias por leerme je,je. De hecho, yo tampoco he estado muy activo debido a problemas de salud, pero ahora, prácticamente recuperado del todo, he reemprenido mi actividad escritora y lectora.
EliminarEspero que volvamos a coincidir.
Un abrazo.
Hola Josep, un relato intrigante y bien elaborada su trama, que hasta el final nos mantiene en ascuas, y que genial final.
ResponderEliminarHola, amiga. Muchas gracias por tu lectura y tu amable comentario.
EliminarUn abrazo.
Hola Josep una chica de lo más especial, para un amigo de lo más inusual, muy bien narrado me ha encantado y me ha atrapado desde la primera frase, esa incógnita que sabes mantener a lo largo de toda la historia, muy buena Josep, enhorabuena, un abrazo y suerte en el tintero.
ResponderEliminarHola, Mik Way. Eran tal para cual, así que estaban condenados a entenderse, je,je.
EliminarMuchas gracias por tu comnetario.
Un abrazo.
A partir de hoy veré de otro modo a los chicos de la panda ,... jajaja, especialmente si son un poco raritos. Muy bueno Josep Mª, como no podía ser de otro modo no has desvelado nada hasta el último renglón...
ResponderEliminarMucha suerte y abrazos!
Hola, Hola, qué bien verte (o leerte) por aquí. Espero que hayas aprovechado al máximo tu descanso bloguero. He estado pasando cada día por tu blog, pero tenías la puerta cerrada. Ahora mismo, mientras escribía esta respuesta, para no meter la pata, he ido y he visto que la acabas de abrir, je,je. Luego me paso a leerte.
EliminarPues sí, hay tanto rarito por ahí, que quizá debamos desconfiar de su verdadera identidad. Pero mientras sean buena gente...
Muchas gracias por pasarte y comentar.
Un abrazo.
Que dificil eso de llenar determinada cantidad de letras
ResponderEliminarYo no podría
Lo mio es diferente no escribo vivo Un abrazo desde el silencio
Solo es cuestión de ejercitar la escritura creativa dejando volar la imaginación.
EliminarUn saludo.