He recuperado un cuento navideño que escribí hace ya ocho años y que había quedado en el baúl de los recuerdos. Tras pasar por la pulidora y después de unos ligeros retoques, ha quedado como lo publico a continuación, con objeto de participar en la XXIX edición del concurso de relatos de El Tintero de Oro, dedicada a la figura de Charles Dickens y su famosísimo Cuento de Navidad.
Es la primera Nochebuena que María pasará sola.
Hace ya dos años que Mario, su marido durante más de cuarenta años, la dejó tras
una larga enfermedad y hace tan sólo unas semanas que Luna, su vieja Dálmata, tuvo
que ser sacrificada.
También echa mucho de
menos a Salvador. Sigue sin tener noticias suyas, desde el día que se marchó,
decidido a no volver.
Si pudiera retroceder
en el tiempo, haría cualquier cosa por retenerle o, al menos, por tenerle cerca
y saber de él. Pero su único hijo desapareció para siempre de su vida.
Tiene a Rosalía, de
asuntos sociales, que viene a verla de vez en cuando, y a Ana, la chica
voluntaria que pasa con ella dos o tres horas al día para hacerle compañía y la
compra. Y su vecina, la buena de Sagrario. Así que no está sola del todo, al
menos tiene a alguien por si le ocurre algo.
A pesar de todo, María se
siente muy sola. La televisión, los álbumes de fotos y la lectura son toda su
distracción. Pero su biblioteca es muy exigua. Tiene que releer las mismas
novelas una y otra vez, pero no le importa.
Esta noche volverá a leer
Un Cuento de Navidad. Siempre le ha gustado Charles Dickens y esta obra fue su
primera lectura. Además, ¿qué otra lectura podría ser más apropiada para estas
fechas?
Mientras lee, al dar
las doce, no puede evitar rememorar cuando, con Mario y Salvador, iban a la
Misa del Gallo. ¡Qué felices eran por aquel entonces! Y cuando un suspiro de resignación
se le escapa de los labios, alguien llama a la puerta.
¿Quién podrá ser a esas
horas y en Nochebuena? Tal vez sea Sagrario, que viene a interesarse por ella o
a traerle un pedacito de turrón. Se levanta quejumbrosa para ir a abrir. La
artrosis hace que el trayecto le resulte doloroso e interminable. Cuando ya
tiene la mano en el pomo, oye una voz que dice muy bajito: «María, abre, soy yo».
¿Mario? No puede ser. No
se lo puede creer. El corazón parece que se le va a salir del pecho y al abrir
la puerta contempla la figura de su marido que le sonríe con dulzura.
Mario, sin moverse del
umbral, le dice que ha venido para que sepa que está bien, aunque sigue atormentado
por la incomprensión con la que trató a su hijo y lamenta no haberse reconciliado
con él a tiempo. Pero añade que todo no está perdido, pues allí donde está le
han concedido un deseo, ese por el que tanto ha rezado María: que ella, víctima inocente de la discordia entre padre e hijo, que tanto ha sufrido por la ausencia de éste,
podrá ver satisfecho lo que tanto anhela. Le comunica que Salvador está al
llegar y que, después de tantos años de separación, podrá abrazarlo nuevamente.
Ahora que Mario ha
cumplido con su misión, debe volver. María quiere retenerle, quiere que se
quede un poco más, pero una fuerza superior tira de él y ella no puede
resistirse a dejarlo marchar.
Tanta emoción ha
agotado a María, que decide acostarse pensando que mañana se lo contará a
Sagrario, y luego a Rosalía, y a Ana, y a todo el vecindario.
Pero al día siguiente, cuando
se despierta y recuerda lo sucedido, tiene serias dudas de que haya sido real. Habrá sido su imaginación que le ha gastado una
broma pesada. ¿Una aparición? ¡Qué tontería! Ella nunca ha creído en ese tipo
de cosas. Habrá sido un sueño. Se está haciendo vieja y ya no distingue la
realidad de la fantasía.
Desilusionada, se
levanta, y cuando se dirige a la cocina para prepararse el desayuno, ve que por
debajo de la puerta del recibidor asoma un sobre. ¿Quién habrá echado ese sobre
el día de Navidad?
Cuando lo abre, ve que
se trata de una carta escrita a mano, una carta firmada por Salvador que les
dice que les extraña mucho, que vuelve a España tras muchos años de ausencia,
que desea reconciliarse con su padre y volver a ser parte de esa familia que lo
fue todo para él. Se casó y quiere que conozcan a su mujer y a su hijito. ¡Un
nieto! Les promete que antes de que acabe el año vendrán a verlos y celebrarán
juntos la Nochevieja y el Año Nuevo.
El sueño de María se ha
hecho realidad. Volverán a estar juntos. Harán planes de futuro, un futuro que
para ella será seguramente muy breve pero el mejor que nunca haya podido
imaginar.
A María, que todavía no
entiende cómo ha podido suceder ese milagro, le resbalan las lágrimas de
felicidad. Sólo le entristece una cosa: la desilusión y tristeza de Salvador cuando le diga que su padre ya no está para abrazarle.
Esa noche, la noche del
día de Navidad que nunca olvidará, María sale al balcón y, mirando al cielo,
claro y estrellado como hacía años que no veía, ve en lo más alto una estrella
fugaz y, cerrando los ojos, formula un deseo. Desea que Mario, esté donde esté,
pueda verlos reunidos y felices.
Mientras tanto, en la
mesita que hay junto a la estufa, descansa ese sobre milagroso que le ha
cambiado el semblante y la vida a María, un sobre que —María no ha reparado en
ello— no lleva sello y cuya carta no está fechada.
Hola Josep.
ResponderEliminarUn cuento precioso, pero bastante triste me parece dada la soledad de María, un ejemplo que se extiendo seguramente por todo el mundo; menos mal que al final esa soledad va a ser menor con la llegada de su hijo.
Muy bueno lo la carta sin fecha. Puede ser que los milagros existan...
Mucha suerte con el concurso, a mi me ha encantado, como todas las historias que escribes.
Un abrazo y buen fin de semana.
Vaya!!, me he comido un "de", y otra letra que he puesto mal por principio, jajaja.
ResponderEliminarJe, je, no pasa nada, Elda. Se entiende perfectamente. Son cosas de la Navidad, ja,ja,ja.
EliminarMe alegro que te haya gustado este cuento, muy típico para estas fechas.
Muchas gracias por leerme y dejar tu amabe comentario.
Un abrazo y buen fin de semana.
Muy bueno Josep, Un cuento de navidad muy emotivo que nos engancha del corazón con las ausencias añoradas y la triste soledad que en ocasiones nos acompaña en nuestras vidas. El final vibrante y aterciopelado deja un matiz dulce en nuestra imaginación. Me ha gustado el relato. Suerte en el Tintero de Oro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Carles. En este cuento he querido ceñirme al pie de la letra a las condiciones marcadas por nuestro amigo David, y me alegro si lo he conseguido.
EliminarMuchas gracias por tu tiempo.
Un abrazo.
Ay por favor, qué bonito, qué triste y qué bien escrito. Felicidades. Es un relato muy bueno y con todo el espíritu de Cuento de Navidad de Dickens.
ResponderEliminarUn beso y mucha suerte en el concurso.
Qué bien que te haya gustado, Rosa. Quizá es un cuento de Navidad muy clásico, pero es tal como lo pensé, dejándome llevar por el llamado "espíritu navideño", je,je.
EliminarUn beso.
¡Gracias, Josep, por participar con este cuento de Navidad en el homenaje a Charles Dickens! Un abrazo y Feliz Navidad!
ResponderEliminarGracias a tí, una vez más, David, por darnos esta oportunidad de expresar nuestras ideas por escrito, dándonos un empujoncito con tus propuestas.
EliminarUn fuerte abrazo y felices fiestas.
Hola, Josep. Un relato pausado, de los que tocan la fibra sensible, muy apropiado para la temática navideña del concurso. Creo que lo tiene todo y además muy bien escrito. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo y suerte.
Hola, Pedro. Me alegro que te haya parecido un cuento sensible y apropiado para estas fechas. Es lo que tocaba y a eso me he dedicado, je,je.
EliminarUn abrazo.
Josep un bonito cuento para el concurso del Tintero muy acertado al estilo de Dickens. Suerte en el tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mamen. Me alegro que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Es precioso, Josep, me has emocionado. Un cuento de navidad con todos los ingredientes humanos: tristeza, soledad, recuerdos… y finalmente un desenlace feliz.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo, compañero.
Bueno, bueno, eso de que te haya emocionado ya son palabras mayores, je,je. Me alegro de haberlo conseguido.
EliminarUn beso navideño.
La verdad es que es emocinante, muy tierno y desde el corazón.
ResponderEliminarUn abrazo, y gracias por este texto.
Muchas gracias a ti, Albada, por tu lectura y valoración.
EliminarUn abrazo.
Preciosa historia. Los milagros- como las brujas- que los hay, los hay y más aún en fechas donde dejamos renacer el corazón.
ResponderEliminarMe parece que el nombre del hijo ha cambiado a lo largo de la historia. Empieza llamándose Salvador y al final es Santiago.
suerte en el concurso y muchas felicidades. Un abrazo
Hola, Juana. Creo que en Navidad quien más quien menos cree o quiere creer en los milagros.
EliminarMuchas gracias por tu advertencia. Me parece que aquí también se coló un milagro, el de la trasmutación de un personaje, je,je.
Un abrazo.
Un cuento de Navidad en toda regla, cargado de emociones muy bien transmitidas.
ResponderEliminarSuerte en el concurso.
Un abrazo.
Me alegro que te lo haya parecido.
EliminarGracias por tus buenos deseos.
Un abrazo.
No me sorprende porque lo has escrito tú. Siempre estremecen, tocan las fibras más sensibles y el final... ay tus finales.
ResponderEliminarCon este has recorrido la soledad que se hace más evidente en estas fechas, el milagro con esa imagen entre dos mundos, la ilusión que renace y una espera feliz. Pero no es el clásico cuento de Navidad.
Sabes, he sentido la inquietud del final que no está cerrado...
Muchas gracias, Luz, por tus palabras. Me alegro haberte tocado la fibra sensible, esta que aflora más que nunca en estas fechas.
EliminarY tienes razón, el final podría estar abierto.
Un saludo.
Precioso, Josep. Un cuento de Navidad muy emotivo y un personaje que enamora. Me ha gustado muchísimo. Felicidades y mucha suerte.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta, me alegro que te haya gustado, y es que la figura de María es entrañable.
EliminarUn abrazo.
Un hermoso cuento de Navidad, repleto de emoción y sentimientos. Suerte en el concurso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Carmela, por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
¡Hola! Que manera de sacudir el corazón. Precioso cuento, mucho éxito en el concurso.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Hola, Roxana. Los cuentos de Navidad suelen golpear el corazón, de un modo u otro. Me alegro que este te haya emocionado.
EliminarUn abrazo.
Hola Josep, un cuento de Navidad en toda regla. Me agrada que después de tanta tristeza haya un final feliz. Muy buen aporte para el Tintero. ¡Mucha suerte!
ResponderEliminarHola, Ana. Un cuento de Navidad clásico suele contener claroscuros, partes tristes, al principio, y otras más alegres y esperanzadores, al final.
EliminarGracias por dejar tu comentario.
Un saludo.
Hola, Josep.
ResponderEliminarQue bonito, y que final tan misterioso a la vez. Todo pintaba mal desde la primera frase, luego vinieron los recuerdos y esas sensaciones funestas de que tiempos pasados siempre serán mejores. Pero entonces introduces ese giro sorpresivo, fantástico o no, que lo cambia todo y vuelve a proliferar la felicidad, una que parece que aún no ha soltado todo lo que tenía preparado para la tal María.
Me gustó mucho el estilo, con párrafos cortos que van introduciendo la historia de forma cortante y directa. Y en presente, para que el lector viva el momento justo de la historia y se pregunte qué puede haber en ese sobre que queda a medio abrir al final.
Muy buen trabajo, lo disfruté mucho.
Un abrazo!
Hola, Pepe,
EliminarNo sabes cuánto me alegra haberte producido ese progreso de sentimientos. En los cuentos, la soledad del protagonista propicia este tipo de situaciones cambiantes, imaginando o sucediendo hechos insólitos que el lector puede intepretar a su manera, según su estado de ánimo.
Gracias, una vez más, por tus amables comentarios.
Un abrazo.
Jo, qué bonito. Y qué navideño. Un cuento entrañable y muy apropiado para estas fechas que ya huelen a polvorones, mazapán y turrón.
ResponderEliminarEnhorabuena. Mucha suerte en el Tintero, el relato es de diez.
Un besote.
Es un pequeño regalo de Navidad que se me ha ocurrido haceros a todo/as mis lectore/as, je,je.
EliminarMe alegro que te haya gustado porque no se admiten devoluciones, ja,ja,ja.
Un beso.
Hola Josep , un relato muy bonito y nostálgico
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte en este relato del tintero de oro.
Saludos de flor.
Hola, Flor. Gracias por tu comentario y tus buenos deseos.
EliminarUn abrazo.
Es un cuento tierno y esperanzador... Siempre queda tiempo para la ilusión, sea en sueños, o no, la cuestión es vivirlo con intensidad aunque al final la carta sin fecha ni sello es muy reveladora... Me encanta tu cuento. Un placer leerte. Abrazos.
ResponderEliminarUn cuento de Navidad debe, a mi entender, encerrar un resquicio de esperanza para quienes lo están pasando mal.
EliminarMe alegro que este en concreto te haya gustado.
Un abrazo.
Hola, Josep. Este cuento lo tiene todo. Emoción, tristeza, ¿qué cuento, y más de Navidad, no empieza con una profunda tristeza?, esperanza, reencuentro y un final ilusionante de los que hacen enternecerse. Te felicito un magnífico cuento. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, isan. Como no había leído tu comentario, reitero lo que acabo de decirle a Nuria sobre la esperanza que se espera de un cuento navideño. Ternura e ilusión son dos ingredientes que no deben faltar.
EliminarMuchas gracias por tu lectura y por dejar tu amable opinión.
Un abrazo.
Qué bonito y emotivo cuento, Josep. La Navidad, a medida que se van cumpliendo años se convierte en nostalgia y añoranza, los recuerdos de los seres queridos ya ausentes se hacen más presentes. A María le trajo la Navidad el milagro que necesitaba.
ResponderEliminarFelicidades. Abrazos.
Si en la infancia la Navidad es solo motivo de alegría, en la adultez (y ya no digamos en la vejez) es también motivo de añoranza y tristeza por la ausencia de los seres queridos.
EliminarMuchas gracias, Marina, por comentar.
Un abrazo.
Muy bueno, Josep Mª. ¿O debería decir "Josep Dickens"? ; )
ResponderEliminarUn abrazo.
No llego ni pretendo llegar a tanto, amigo, ja,ja,ja.
ResponderEliminarUn abrazo de vuelta.
¡ J o s e p ! : Un pleno acierto este ensalzamiento de La Familia. Redactado maravillosamente, es sensacional que lo hayas compartido y que no siga acumulando años semejante opúsculo tan compuesto para ser compartido. Además, el final me encanta, con esa filigrana de pensamiento de transmitir misterio y una charada que barrunta larga y dulcemente tras haber leído lo que expones el lector que lo disfrute. Un trabajo bien hecho, que es para disfrutar Las Navidades con Los Tuyos y aprovecho para felicitarte estas fechas que a mi me parecen Las Mejores.
ResponderEliminarY como broche, dejo una palabra: ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ B r a v o ! ! ! ! ! ! ! 🍀🍀🍀🍀🍀🍀🍀🍀
Me alegra mucho que te haya gustado tanto, Juan.
EliminarYo también te deseo que pases unas muy felices fiestas en compañía de tus seres queridos.
Un fuerte abrazo.
Un cuento tan emotivo no podía quedar en el baúl de los recuerdos. El personaje de María lo tiene todo para llegar al corazón del lector y desde luego lo consigue. Además, ese giro de la misiva sin fecha nos sumerge de pleno en los sueños de Dickens o en una película del maestro Capra.
ResponderEliminarFelicidades por el relato, Josep.
Un abrazo.
Los cuentos navideños son como los Reyes Magos, que aparecen cada año por las mismas fechas, je,je.
EliminarMuchas gracias, Miguel, por tu amable comentario y por el tiempo que le has dedicado a la lectura.
Un abrazo.
Qué linda historia, Josep. Muy emotiva y con fantasma incluído. Me gustó mucho leerte.
ResponderEliminarUn abrazo
Y a mí me ha gustado mucho que lo hayas leído. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Es un cuento muy bonito pero con un hilo de tristeza y me he puesto a pensar emocionada en la gente que vive sola estas fiestas, y qeu tiene por circunstancias personales a sus familiares o lejos como es este caso o ya no están, una pena, pero tú lo has descrito muy muy bien.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso
Un abrazo.
La navidades son unas fechas muy tristes para quienes están solos o han perdido a sus seres queridos. Pero siempre queda el milagro de la Navidad, ese que se produce cuando uno menos se lo espera.
EliminarUn abrazo, Tere.
¡Qué preciosidad!
ResponderEliminarHe sufrido, lo confieso, me habría gustado qu eMario hubiese podido reunirse ocn Salvador y el resto de la familia.
Está muy bien escrito.
Enhorabuena y feliz puente.
Nada es imposible, Gemma, en un cuento navideño. Quién sabe si esta historia tendrá una feliz continuación al margen de lo escrito, je,je.
EliminarUn abrazo.
Oh, qué final! Precioso relato, duro, tierno y bello. La soledad no buscada es muy dura y en estas fechas que la palabra felicidad flota en el ambiente, se convierte en días más duros aún. Me ha encantado el cuento, suerte! Saludos, Josep!
ResponderEliminarMuchas gracias, Mayte, por tu comentario. Quien pasa estos días en soledad necesita a alguien o algo que le dé esperanzas para seguir viviendo.
EliminarUn abrazo.
Hola, Josep. Ante estas historias solo queda aplaudir. Una narrativa perfecta y un argumento triste, aunque con un toque esperanzador en su final, son capaces de enganchar al lector hasta el último punto. En mi opinión, el relato muestra esa cara oculta de la navidad, que es tan real como la que se ve, y muy pocas veces se hacen esfuerzos por dar visibilidad. Por eso, me gusta aún más. Sinceramente, enhorabuena.
ResponderEliminar¡Un saludo y suerte en el Tintero!
Hola, Ulises. La imagen que se nos da de la Navidad es exclusivamente jocosa y solo quienes tienen alguna pena escondida saben lo dolorosos que pueden ser estos días. Solo un rayo de esperanza puede aliviarles ese dolor.
EliminarMuchas gracias por tu amable comentario.
Un abrazo.
Realista, fantasioso, dulce y triste; precioso relato de esperanza y recuerdo. Lástima que estas fechas nos llenen tanto de nostalgia. El último párrafo "Mientras tanto, en la mesita que hay junto a la estufa, descansa ese sobre milagroso que le ha cambiado el semblante y la vida a María, un sobre que —María no ha reparado en ello— no lleva sello y cuya carta no está fechada." Deja abiertas muchas posibles causas y consecuencias.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Pues sí, Manuel, este cuento, con sus pinceladas de tristeza y de esperanza, deja la puerta abierta a nuestra imaginación, que es lo que, en mi humilde opinión, debe provocar una historia mágica como esta.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Un cuento muy emotivo y muy adecuado. Los nombres todos expresamente seleccionados. Mario que juega como Maria, el Salvadir en forma de hijo , que no sabemos si aparecerá para cumplir su cometido. Sagrario y Rosalía, personas buenas que la cuidan aunque sea un poquito. A mitad de historia arranca la esperanza sin demasiada conviccion, pero llega la carta, para terminar de sumar la ilusión que deja a Maria en lo alto; al lector no tanto.
ResponderEliminarFelicidades por tan bonito relato
Ssludoss
Todos los personajes tienen una función en este cuento, aunque el más importante no es humano, ni siquiera fantasma, sino la esperanza que se atisba al final, una esperanza que, se dice, nunca se pierde.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un saludo.
Creo Josep Mª que tu cuento cumple con todas las premisas que nuestro amigo David a marcado. tiene su parte nostálgica pero también esa chispa de magia indispensable en estas historias de navidad. Me ha gustado!
ResponderEliminarEs que soy muy aplicado y sigo fielmente las directrices marcadas, ja,ja,ja.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Indudablemente Norte se "ha marcado" un resbalón,... disculpa, eso pasa por no repasar las cosas antes de publicarlas,.... jajaja
EliminarIntenso cuento con la soledad como protagonista. En algunas partes del relato no he podido evitar visualizar uno de esos anuncios de televisión en la que los hijos vuelven por Navidad. Esa carta sin fecha me hace pensar que tu protagonista lleva esperando demasiados años.... ¡Buen trabajo! ¡Suerte!
ResponderEliminarA pesar de los anuncios comerciales y la algarabía en las calles, hay personas que, por desgracia, pasan estas navidades en soledad. A estas, un simple resquicio de esperanza las puede salvar de la desesperación.
EliminarMe algero que te haya gustado.
Un abrazo.
Un emotivo cuento de Navidad donde la Soledad, como personaje principal, lo domina todo. Cuánto realismo en el fondo frente a la algarabía navideña. Me llevaste a ilusionar con lo de la carta. Al menos a María le renació la esperanza. No podía faltar un ángel que, aunque invisible, hiciera su buena obra en Navidad.
ResponderEliminarTe deseo suerte en El Tintero, Josep.
Un abrazo.
Solo espero que esa carta haga realidad las esperanzas que tiene depositadas María en un reencuentro con su hijo. El resto de "actores" del cuento ayudan a pensar en ello.
EliminarUn abrazo y también te deseo suerte en el Tintero.
Precioso cuento que me ha tocado la fibra sensible y que también me plantea una incógnita Josep "no lleva sello ni está fechada" aunque yo pienso en el final feliz con el regreso de su hijo y familia. Suerte amigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo mejor es pensar siempre en los finales felices, y más en un cuento de Navidad.
EliminarMuchas gracias, Conchi, por pasarte y dejar tu comentario.
Un abrazo.
Hola Josep. Un cuento muy emotivo, como coinciden en señalar todos los compañeros. Ahonda en el lado oscuro de estas fechas, la soledad que tanta gente vive, sobre todo gente mayor que ha perdido a los suyos y vive la navidad recordando tiempos mejores. Un relato que también habla de reconciliación, aunque esta no llega a materializarse y queda en suspenso con ese final abierto y enigmático. Y por último nos transmites también la idea de que cuando se espera demasiado, no siempre llegamos a tiempo de hacer en vida las cosas que nos gustaría hacer. Un relato que apunta alto en esta edición del Tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge. Estas fiestas no están exentas de tristeza, por el motivo que sea; generalmente por la pérdida de algún ser querido que ya no nos acompaña, bien porque falleció o porque rompió los lazos familiares. Si bien las pérdidas definitivas no tienen vuelta atrás, y solo nos dejan el recuerdo nostálgico, las hay que pueden ser recuperables y solo la magia de la Navidad lo puede hacer posible.
EliminarMuchas gracias por tu amable comentario.
Un abrazo.
Disputas y peleas familiares son cosas que dejan heridas profundas no solo en los contrincantes sino a la casa y a los miembros de la familia. Mas grave es cuando el hijo muere y el padre sobrevive. Hay mucho dolor en ello, pero aqui hubo esperanza y un buen final, el reencuentro con ese hijo perdido. Bien narrado
ResponderEliminarLas disputas familiares son, por degracia, bastante frecuentes y dan lugar a distanciamientos desagradables. La Navidad debería ser (al margen de toda la parafernalia comercial) la ocasión para hacer las paces. La vida es corta y no merece malgastarla con enemistades evitables y que muchas veces se originaron por naderías.
EliminarEn este cuento, la supuesta reconciliación entre padre e hijo no podrá realizarse físicamente, pero al menos la familia se recompondrá de un modo u otro. Solo hace falta que esa carta anónima cumpla lo que promete.
Un abrazo.
Qué susto me llevé cuando pensé que su esposo venía a buscarla para llevarla al más allá, pero no, la está visitando para darle una muy buena noticia: el reencuentro con su hijo.
ResponderEliminarMe encantó el relato y el mensaje que trasmite, la soledad de los ancianos y, por otro lado, me gusta como planteas la enemistad. A las personas les dificulta dejar sus diferencias de lado y disculparse cuando aún están a tiempo.
Excelente todo lo que he leído.
¡Suerte en el concurso! Un abrazo.
Pues no era un fantasma que venía a llevarse a nadie, je,je. Era un mensajero de buenas noticias, para que su viuda pudiera tener un atisbo de felicidad en esos días tan tristes para ella.
EliminarEn estos días festivos, que deberían ser de pura alegría, es muy triste ver como hay quien vive en soledad, ya sea por la pérdida de un ser querido o por el distanciamiento entre algunos miembros de la familia.
Me alegra que te haya gustado, Cynthia.
Un abrazo.
Una història molt emotiva, aquesta !. Confiem que la carta sigui de debò i es faci realitat el somni, tots ells es mereixen refer les relacions i ara es el millor moment.
ResponderEliminarEspero que tinguis sort amb el concurs !!.
Salutacions ;)
Si la carta forma part de la màgia nadalenca, de segur que els desitjos es faran realitat.
EliminarMoltes gràcies, artur.
Salutacions.
Hola, Josep. Precioso cuento navideño el que nos traes. Me alegra que lo hayas desempolvado y dado lustre para los compañeros del Tintero. De texto perfecto, tiene una sensibilidad perfecta para el tema propuesto, con ese final alucinante que nos convence de la realidad de los milagros.
ResponderEliminarUn abrazo y mucha suerte.
Hola, Bruno. Hay cuentos que nunca envejecen, pero, aun así, hay que quitarles el polvo acumulado durante años, je,je.
EliminarMe alegro que ye haya gustado como ha quedado.
Un abrazo.
Hola Josep, hermoso cuento, triste y lleno de esperanza a la vez, me ha gustado mucho, saludos.
ResponderEliminarHola, Patricia. Muchas gracias por tu comentario. Como muchos cuentos navideños, sus ingredientes son la tristeza, pero también la esperanza.
EliminarUn saludo.
Precioso cuento Josep, en el que la magia de la Navidad lo impregna todo. Lo has escrito de una manera muy clara y concisa. Me gusta tu estilo, consigues que se lea el cuento con mucha fluidez!! Me alegra que hayas recuperado y compartido este cuento. Ha sido un placer leerlo.
ResponderEliminarY a mi me alegra, Cristina, que te haya gustado esta versión desenpolvada, je,je. Un cuento no deja de ser un cuento y debe conservar el espíritu de la Navidad.
EliminarMuchas gracias por tu lectura y comentario.
Hola, Josep! Un relato precioso, de verdad, y escrito casi de forma impecable. Llega más aún en esta fechas, ya que la soledad de María esta presente en muchos hogares de nuestro país, y eso sí que da más miedo que cualquier relato de terror. Suerte y un abrazo!
ResponderEliminarHola, Ana. La verdad es que en estas fechas solemos estar más receptivos para las historias tristes que encierran un punto de esperanza para quienes la necesitan.
EliminarUn abrazo.
Hola, Josep. Muy nostálgico tu cuento con esos recuerdos en fechas tan señaladas. Al menos, falsa o no, hay una esperanza que evita una caída libre al abismo de la tristeza de la protagonista. Saludos y suerte 🎅🏼🖐🏼
ResponderEliminarCuando las esperanzas no se cumplen, el desengaño es terrible. Solo espero que, gracias al misterio o a la magia de la Navidad, las de María se hagan realidad.
EliminarUn abrazo.
Hola, Josep. Imposible no sentir simpatía por María, tristeza cuando se siente sola y alegría cuando recupera a su familia. Un cuento muy bien contado, y ese giro final que nos deja pensativos.
ResponderEliminarSuerte en El Tintero.
Un abrazo, Josep.
Hola, Paco. Las personas (y en este caso un personaje) sufren la soledad en días tan señalados, es difícl no sentir pena o empatía por ellas. Por lo menos merecen ser tenidas en consideración, aunque solo sea en un cuento navideño.
EliminarUn abrazo.
Nos narras un cuento acorde con los momentos que vivimos, la ilusión de esa mujer por encontrarse con ese hijo del que no sabe nada en estas fechas tan propias para el reencuentro.
ResponderEliminarTriste situación y más frecuente de lo nos imaginamos.
Un abrazo Josep
Puri
Quizá sea para algunos un cuento demasiado clásico, pero es que yo, por estas fechas, me siento como cuando era niño y me gustan los cuentos de Navidad con apariciones y mensajes de esperanza, je,je.
EliminarY, ciertamente, hay, por desgracia, muchas situaciones como esta en la vida real.
Un abrazo, Puri.
Preciosa historia, Josep. Muy buen manejo de la narración, sueño o delirio de María. Buenísimo el quiebre de la ilusión en el detalle de los faltantes de la carta: nochebuena de esperanza; tristeza a futuro.
ResponderEliminarFeliz Navidad para vos.
Muchas gracias, beba, por tus palabras. Hay muchas personas que viven la Navidad sufriendo la ausencia de algunos seres queridos. En este cuento, por lo menos, he querido dejar un atisbo de esperanza.
EliminarFeliz Navidad también patra ti.
Solo la navidad hace milagros. Hermoso y dulce cuento. Saludos cordiales desde Puerto La Cruz Anzoátegui Venezuela.
ResponderEliminarOjalá esa Navidad mágica durara todo el año, pero como, por desgracia, no es así, tenemos que contentarnos con cuentos navideños de paz y esperanza.
EliminarUn abrazo.
Hola Josep un cuento precioso, que cumple con todo lo que ha de tener un buen relato de navidad, ese toque mágico, y esa resolución final esperanzadora, me ha encantado, es de esas lecturas que te deja buen cuerpo después de leerlas. Enhorabuena Josep, felices fiestas¡¡¡
ResponderEliminarIntenté ceñirme al máximo a las premisas marcadas por nuestro amigo David. Si lo he logrado y, además, he sabido imprimirle al cuento ese toque mágico de la Navidad, me alegro mucho.
EliminarMuchas gracias por tu lectura y tu comentario.
Un abrazo y felices fiestas.
Una emotiva historia, muy adecuada para las fechas, espero que María vea cumplido su sueño y que siga mucho más allá de navidad.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso y muy felices fiestas en compañia de los tuyos
Hola, Conxita. Era lo que tocaba, escribir una historia adecuada para estas navidades al estilo de antes, je,je.
EliminarMuchas gracias por tus buenos deseos, tanto en lo referente al concurso como, sobre todo, en cuanto a pasar unas felices fiestas que en mi caso serán mucho mejores que las del año pasado.
Un beso.
Hola, Josep, una historia muy emotiva y adecuada para estas fechas en las que la magia ronda a nuestro alrededor. Ojalá todo el mundo reciba una alegría en estás fechas.
ResponderEliminarUn abrazo y Felices Fiestas.
Hola, Ángel. Pues sí, ojalá todo el mundo pudiera celebrar estas fiestas con alegría, pero, por desgracia, siempre hay motivos para la tristeza, aunque sea pasajera, y la nostalgia. Por eso los cuentos navideños tienen que destilar esperanza y amor.
EliminarUn abrazo y felices fiestas también para ti.
Hola Josep, casi tengo que coger un patinete para llegar al final de los comentarios, ¡qué barbaridad!, jajaja.
ResponderEliminarVengo a desearte una Feliz Navidad, que tengáis unos días estupendos y todo vaya de maravilla.
Un abrazo grande y cuídate mucho.
Hola, Elda. Más que un patinete hace falta un ascensor para llegar tan abajo en la lista de comentarios, ja,ja,ja. La verdad es que ha sido el relato que más comentarios ha recibido en toda la historia de este blog. Supongo que el espíritu de la Navidad habrá tenido algo que ver, je,je.
ResponderEliminarSi las cosas no cambian en el último momento, cosa que dudo, habrás sido la primera y la última lectora y seguidora que ha dejado un comentario en esta entrada.
Yo también te deseo que pases unas felices fiestas y que podamos seguir leyéndonos por muchos años.
Un fuerte abrazo.
Jajaja, es que como a mi me gusta hacer ejercicio, mejor patinete pero no eléctrico, sino el que va con el pie dando marcha, :))).
EliminarMira, son casi las cuatro de la mañana y tengo un desvelo de los míos, he abierto el ordenador (muy mal hecho porque la luz de la pantalla espanta la hormona del sueño), y he pensado, voy a pasarme por el blog de Josep a ver si ha aumentado la fila, jajaja.
Bueno pues nada, ya me voy. Otro abrazo.
Hola Josep Mª, pues soy la última lectora y seguidora jeje, hombre de poca fe. La familia, las ausencias, como duelen. Un triste cuento de Navidad. La triste realidad de muchas personas, más de la que pensamos. Un abrazo fuerte, amigo mío. Lo dicho, te deseo lo mejor de lo mejor pon tú el sabor.
ResponderEliminarHola, Eme. Parafraseando a Jesús y el Nuevo testamento, "los últimos serán los primeros", claro que se refería en el Reino de los Cielos, ja,ja,ja.
EliminarYo he sido más bien un hombre de poca fe, hasta que he visto superada mi enfermedad en un tiempo record. Será que mis cuentos gustan allá arriba y quieren que siga escribiendo, je,je.
Yo también te deseo lo mejor.
Un fuerte abrazo.
Esto sí que es un milagro Josep. Y es que pensé que tu relato era de los primeros que había leído en su momento y que mi comentario ya figuraba entre los de tus lectores; y resulta que no era así. Y llego ahora para releerlo para afinar mi apreciación a la hora de emitir mis votaciones, y veo con sorpresa que no hay comentario de un servidor. Me ha encantado esa milagrosa navidad de María. Creo que serán de las que la familia nunca olvide.
ResponderEliminarUn abrazo, Josep y disculpas por llegar el último de todos.
Pues sí que es un misterio, je,je. Pero lo importante es que te hayas dado cuenta a tiempo y así poder puntuarme bien, ja,ja,ja.
EliminarUn abrazo, Javier, y muchas gracias por leerme.
Hola Josep, una triste historia familiar, y que la navidad hace hermosa sin dudas.
ResponderEliminarMe ha encantado la emotividad y la manera tan natural con la que el narrador nos va adentrando en esa soledad y nos lleva de la mano de Dickens a vivir ese milagro que algun dia llenará de gozo total el corazón de María, y que mientras ocurre, la ha llenado de ilusión y alegría por vivir, aunque sea poco el tiempo, para ella será más que suficiente por el deleite del encuentro y conocer su nieto.
Me parece que Mario, su difunto esposo, ha conseguido escribirle esa carta para hacer menos triste su soledad y enmendar de alguna manera el daño causado a la familia. O tal vez ha sido Sagrario, que muy bien conoce su deseo y pesar...
Gracias Josep por sacarlo a la luz, feliz 2022.
Hola, Harolina. Si al viejo Scrooge se le aparecieron tres fantasmas, a María se le apareció solo uno, pero con un mensaje que le cambió la pena por alegría. Y si no creemos en los milagros y las apariciones, pues quizá sí que fue la buena de Sagrario la que le dejó esa misiva. Pero siendo Navidad yo me inclino por la magia.
EliminarMe alegro que te haya gustado este cuento y te agradezco tu comentario.
Josep! Felicidades por ese quinto puesto. Casi podríamos decir que acabamos empate, je, je.
ResponderEliminarFeliz año nuevo y que las musas sigan contigo.
Muchas gracias, Pepe. Yo también te doy la enhorabuena por ese cuarto puesto. Un poquito más y subes al podium. Por un puntito que no te atrapo, pero es que atraparte a ti es muy difícil. Por lo menos esta vez he salido del pelotón de cola y he aparecido entre los 10 principales, je, je.
EliminarTe deseo igualmente un feliz año nuevo y que nuestras musas no acaben contagiándose y tengan que hospitalizarlas, dejándonos abandonados por un tiempo, ja,ja,ja.
ENHORABUENA, JOSEP, POR TU QUINTO PUESTO.UN ABRAZO. FELIZ AÑO.
ResponderEliminarMuchas gracias, Paco. Yo también te felicito por haber entrado en los 10 principales, je,je.
EliminarUn abrazo y feliz año!
No había tenido tiempo hasta ahora para entrar en Tintero y felicitarte por tu estupendo puesto, Josep. ¡Enhorabuena! ¡FELIZ AÑO, AMIGO!
ResponderEliminarNunca es tarde cuando la visita es buena.
EliminarMuchas gracias, amiga, por tu felicitación. Porque tú no pudiste participar en el esta edición del concurso por haber ganado el tintero de oro en la anterior. De lo contrario seguramente ahora sería yo quien te diera la enhorabuena, je,je.
Un fuerte abrazo y feliz año nuevo.
jaja de eso nada!!! que hay algunos cuentos que me han salido medio ranas.
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