El dinero no hace la felicidad, pero sí otorga ciertas prebendas que no están al alcance del común de los mortales. Gregorio lo había preparado todo concienzudamente, desde el día en que supo que sólo le quedaba un año de vida. Contrató los servicios de KrioRus, una empresa rusa especializada en criónica. Así, cuando, en el futuro, dispusieran de una cura definitiva de su extraña enfermedad, lo descongelarían y le devolverían a la vida. Renacería, probablemente al cabo de varias décadas, con un cuerpo sano y mucho más longevo.
También programó y ordenó su muerte asistida en un centro suizo. No quería acabar sus días con un deterioro orgánico que impidiera su posterior resucitación y tratamiento.
Tanto los preparativos como la ejecución del plan meticulosamente organizado salieron según lo previsto. Con lo que no contaba Gregorio era que, tras veinte años de hibernación, la batería que mantenía el criogenizador se agotara por falta de suministro eléctrico. Como resultado de ello, la cápsula en la que reposaba su cuerpo inerme dejó de funcionar, activándose, como por arte de magia, su apertura automática.
Contrariamente a lo que podría esperarse, su cuerpo descongelado volvió a la vida, pero resultó ser la única vida humana en un planeta inhóspito, sólo poblado por los únicos seres que habían sobrevivido a los altos niveles de radioactividad: los insectos. ¡Lo que habría dado Gregorio en ese momento por estar en la piel de su homónimo Kafkiano, Gregorio Samsa, tras su igualmente increíble despertar!
Ayyyyy es que la criogenia la carga el diablo.
ResponderEliminarHace poco leí un artículo de una niña que murió por una enfermedad y quiso ser criogenizada por lo que cuentas, para una posible cura en el futuro. Su madre la apoyaba y el padre se oponía porque decía que si eso llegaba a ocurrir la niña despertaría sola, sin familia que la conociese en un mundo totalmente desconocido, y es solo una niña. Me dio qué pensar.
Un abrazo, me ha gustado la historia.
Desde luego, Gemma, aunque la técnica funcionara, yo no me arriesgaría a someterme a ella. Hallarte en un futuro incierto, posiblemente peor del que ya vivimos, no me atrae en absoluto.
EliminarSo me tuviera que encontrar con mis nietos, no te dirñia que no, como la película Hibernatus, con Louis de Funès como protagonista. jaja.
Un abrazo.
Ayyyyyy no recordaba yo a Louis de Funes, le encantaba a mi abuelo. ;)
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarUyyyyyy, me acabas de hundir. Me has hecho sentir viejo. Si a tu abuelo le encantaba Louis de Funes, debo ser tan mayor como él, jajaja, aunque dudo mucho que tengas edad para ser mi nieta. Yo veía sus películas cuando era un adolescente (pongamos unos 16 años) y me lo pasaba pipa. Han pasado ya 50 desde entonces y ya soy abuelo, aunque mi única nieta es todavía un bebé. O tu abuelito es muy mayor o veía a Monsieur Funes cuando ya era un hombre adulto, jeje
EliminarP.D.- Eliminé el comentario anterior porque quería añadir esta post-data para decirte que espero que, en caso de que tu abuelo no siga con vosotros, mi comentario no te haya causado dolor al recordarle. Y si no es así, pues me alegro.
Hola Josep, pues sí, parece ser que esto de crionización se oye cada vez con más frecuencia y según noticias ya hay algunos cuerpos esperando que llegue ese momento incierto, y que bien pudiera pasar lo que en este relato has contado.
ResponderEliminarYo a eso no me apuntaría, pero si inventaran algo para no enterarse cuando se muere uno, me apuntaba la primera, jajaja.
Bueno, como de momento estamos aquí, te dejo un abrazo, y seguiré disfrutando de lo que escribes.
Yo tampoco me apuntaría, Elda, como el proyectado viaje a Marte, al que solo podrán optar los millonarios y que, según parece, sólo será de ida. No descubras mundos nuevos...
EliminarUn abrazo aquí y ahora, :)
Humor, Cfi y un guiño a Kafka.
ResponderEliminar¿Qué mas se le puede pedir a un micro, mas que sorprender como lo hace este?
A gregorio le salió "rana" su retorno, solo en el planeta rodeado de insectos, menudo plan. XD
¡Abrazo, Josep Mª!
Sí, no es un buen plan, desde luego. Y lo peor de todo es que no le devolverán el dinero, jajaja
EliminarMuchas gracias, Edgar, por tu comentario.
Un abrazo nada kafkiano.
Congelarte para por si acaso hay una cura a una enfermedad, no se yo hasta que punto lo haría sinceramente, porque puede que como en tu relato, haya algún fallo y salga todo mal y tal como lo planeaste entonces. Creo que hay que luchar contra una enfermedad con todas nuestras fuerzas y hasta donde la medicina haya avanzado, pero de hay a congelarme para por si acaso hay una cura o solución, me parece muy pero que muy arriesgado. un abrazo y como siempre magnifico relato. TERE.
ResponderEliminarHola Teresa, Tienes toda la razón, pero a veces, cuando oigo o leo que se está investigando una cura para una determinada enfermedad pero que no estará lista hasta al cabo de, por ejemplo, 10 años, pienso en los pobres que, por cuestión de unos pocos años, no podrán beneficiarse de ello y morirán poco antes de poder ser tratados. Quizá entonces nos lo plantearíamos de otro modo aunque, claro, siempre queda la duda de si todo saldrá como lo teníamos previsto. Es muy duro tener que asumir que te vas a morir porque tu cuerpo no resistirá el tiempo suficiente para beneficiarte de las investigaciones que están en maecha.
EliminarUn abrazo y gracias por dejar tu comentario.
Yo como no tengo el dinero suficiente no corro el peligro de ser crionizado, con lo cual evitaré la sorpresa de encontrarme en un futuro incierto y "Funes-to"
ResponderEliminarUn relato muy bueno.
Un abrazo Josep.
Jajaja. Claro, de qué sirve elucubrar sobre lo que seria de nosotros si pudiéramos someternos a una crionización si no vamos a poderlo hacer por falta de recursos económicos. Hay que ser pragmático. Será cuestión de conformarse con lo que tenemos y con lo que nos caiga encima. Quien no se conforma es porque no quiere. Mal de muchos...
EliminarUn abrazo, compañero.
Ya tiene de por sí bastante incertidumbre la vida como para embarcarse en 'aventuras' todavía más inciertas sometiéndonos a ese tipo de técnicas.
ResponderEliminarA pesar de que a Gregorio le salieron bien sus planes, todo todo no lo pudo controlar (como pasa casi siempre en la vida).
Muy original tu post, Josep Mª, ¡un beso!
El dinero nos hace, a veces, cometer locuras o insensateces. Gregorio se arriesgó pensando que al despertar todo sería perfecto, pero no contó con que la humanidad podía arruinar sus planes.
EliminarMuchas gracias, Chelo, por tu visita y tu comentario.
Un abrazo.
Lo que no suponía Gregorio era que la máquina se quedara sin batería, seguro que pagó un pastón para al final despertar rodeado de insectos ¡¡ que decepción !!!.
ResponderEliminarMejor morirse cada uno en el momento en que el destino te tiene reservado y dejarse de experimentos jjjj.
Besos Josep.
Puri
Bueno, en realidad con lo que no contaba era con que el mundo se viniera abajo y que una catástrofe nuclear acabara con todo rastro de vida humana y, como resultado de ello, con la fuente de suministro eléctrico.
EliminarGregorio confió demasiado en la raza humana y en el progreso.
Besos, Dulcinea.
Eso no se lo esperaba ni Gregorio ni yo mismo, vaya final de la historia. Aunque visto como tratamos el planeta, Josep, cualquier día ese futuro tan cercano resulta estar soplándo aterradoramente nuestras nucas :)
ResponderEliminarSí, amigo, tal como van las cosas, más vale desparecer cuando nos llegue la hora que dar un salto en el tiempo y encontrarnos con algo mucho peor. Podríamos decir aquello de "virgencita, virgencita, que me quede como estoy", jajaja
EliminarUn abrazo.
jajaja. Bueno, el único consuelo de Gregorio fue que ni su familia sobrevivió a la catástrofe. Ya suficiente catástrofe fue hallarse rodeado de gigantescos insectos con los que dudo pudiera entablar relación amistosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Juraría que ya había dejado un mensaje en esta publicación, de hecho está activada la opción de "Avisarme".
ResponderEliminarEl tema de la crionización da lugar a muchas elucubraciones. Las posibilidades de lo que puede pasar "después" son muchas y la que tú planteas pone los pelos de punta. Tanto esperar para despertarse en un mundo mucho peor, para eso no merecía la pena sobrevivir.
Genial relato.
Un abrazo.
Hay quien se arriesgaría a lo que fuera con tal de salvar ese obstáculo que es la muerte definitiva, algo inevitable tarde o temprano.
EliminarRenacer o reencarnarse es algo a lo que, de ser posible, muchos se apuntarían. A mí los viajes en el tiempo (en este caso al futuro) los dejo para las novelas y películas de ciencia ficción.
Para mí, someterse a una crionización sin saber lo que te espera cuando te devuelvan a la vida es algo tan aventurado como viajar a otro planeta, huyendo de éste, sin saber lo que te encontrarás.
Un abrazo, Paloma.
jeje, un final sorprendente! :)
ResponderEliminarMejor no tener dinero para ni siquiera tener en mente esas posibilidades, no sea que luego nos pase como al de tu relato. Es terrorífico.
Me ha gustado mucho Josep Maria.
Un fuerte abrazo.
Sí, menuda sorpresa que debió llevarse nuestro amigo renacido. Desde luego, no le auguro nada bueno.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo, Irene.
Me ha encantado tu relato Josep María, aunque admito que me da cierta pena tu protagonista. Sin duda el dinero puede darte ventajas, pero por mucho que se insista hay una cosa que no se puede comprar: el futuro. Un abrazo compañero y feliz navidad! ; )
ResponderEliminarMuchas gracias, Ramón. A mí también me da mucha pena. Tanto esfuerzo, sacrificio, riesgos e ilusión depositadas en este proyecto para ésto, para hallarse solo en un planeta inhóspito donde los insectos campan a sus anchas y para los que, seguramente, acabará siendo su alimento.
EliminarDejemos que el futuro fluya sin intentar modificarlo a nuestra conveniencia, a menos que sea para salvar a la humanidad, claro.
Un abrazo y felices fiestas!
Estupendo micro, Josep. Pensamos que podemos controlarlo todo, pero los cambios de verdad trascendentes son los que se producen de manera imprevista. El mensaje con el que me quedo: vive el presente, es lo único que podemos respirar, tocar, oler, ver y degustar. Un abrazo!
ResponderEliminarYo también creo, amigo David, que debemos vivir el presente, pues es lo único que podemos controlar, y aún así no del todo. Tomar decisiones arriesgadas sobre nuestro futuro es un riesgo que más vale no correr.
EliminarUn abrazo.
Estupendo micro Josep Mª. Como siempre, logras darle una vuelta de tuerca a todos tus relatos con esos finales inesperados.
ResponderEliminarMe alegro que la lectura de este micro que haya gustado. El de mi protagonista es un viaje menos placentero y más peligroso que los de Norte. Y así ha quedado demostrado. Y, por si fuera poco, ya no hay vuelta atrás.
EliminarUn abrazo.