Antes de abrir la puerta
respiré hondo. Nunca había estado tan nervioso. Parecía como si el pomo se
negara a girar. Pero eran mis manos las que se resistían. Sabía lo que dejaba
atrás, pero ignoraba lo que me esperaba tras atravesar el umbral. “La esperanza
nunca hay que perderla”. Recordé esas palabras que mi madre me repetía hasta la
saciedad. Por desgracia mi madre no estaba para infundirme ánimos. Mi padre, de haber
estado, tampoco habría sido de mucha ayuda, pues todo parecía darle igual. Siempre
afirmaba que el futuro había perdido todo interés para él, que lo importante
era vivir el presente. Siempre que me hallaba frente a una nueva etapa de mi
vida decía: “Tal como están las cosas, nada puede ir a peor”. Así de parco era mi
padre.
Sin embargo, esto era distinto. Aunque mis
pies no querían avanzar, algo me empujaba a dar el paso y, una vez dado,
no habría vuelta atrás. ¿Y si resultaba que todas las promesas eran falsas? No podía quedarme parado, el tiempo apremiaba. Es curioso, pensé. ¿Por qué
la gente se empeñaba en que, llegado este instante, se veía una luz al final de
un túnel y yo solo tenía ante mí una simple puerta?
Una vez al otro lado, lo que
vi es algo inenarrable. Me han prohibido contarlo. Como a todos los que me
han precedido. Es y será, sin duda, el secreto mejor guardado.
No había caído en que es tu aportación al concurso. A ver si me animo y me acuerdo.
ResponderEliminar¿No podías adelantarnos algo de lo que viste? Dinos por lo menos si era bueno.
Un abrazo.
Creo que no es un concurso, solo un reto, pero que, de tener éxito en cuanto a participación, podría dar lugar a una recopilación de microrrelatos. Al menos eso es lo que he entendí antes de morirme y traspasar esa puerta.
EliminarY en cuanto a lo que preguntas, mis labios están sellados, de lo contrario la pena sería horrible y, por si fuera poco, eterna.
Un abrazo.
Veo que estás en un momento de mucha inspiración, y eso hay que aprovecharlo al máximo. El final del relato es sencillamente genial. Creo también que el pie que da David en su reto es estupendo. Sin duda, las puertas ya sean reales o metafóricas, siempre otorgan mucho juego literario (y cinematográfico).
ResponderEliminarUn abrazo Josep.
Tengo que aprovechar la batería que aun me queda, pues con el calor se está derritiendo, jajaja.
EliminarComo le decía a David en El tintero de oro, las puertas (y los espejos) siempre me han inspirado relatos fantásticos, el primero de los cuales publiqué en noviembre de 2013 y que dio lugar a una serie.
Me alegro, compañero, que este micro te haya gustado.
Un abrazo.
Un extraordinario micro, Josep. ¡Hay que ver el jugo que le estáis sacando a la puerta! Pienso que lo que se esconde tras esta puerta en concreto es algo que jamás debiéramos conocer hasta que sea inevitable. La razón nos dice una cosa; el alma, otra. Pero sea lo que sea, sería terrible conocerlo. Creo que nos dejaría una sensación de vacío que nos impediría disfrutar de lo que es la vida.
ResponderEliminarUn estupendo micro, que nos muestra esa puerta que todos cruzaremos y nos invita a la reflexión. Potente de verdad. Un fuerte abrazo!!
Desde que mi madre me dijo aquello de que los estudios me abrirían muchas puertas, he ido buscándolas toda mi vida para ver qué había detrás de cada una. Y ha habido de todo. Cada puerta me ha adentrado en una nueva etapa de mi vida, pero esa, a la que le he dedicado este micro, espero no tener que abrirla en muchos años, jeje. Aun así, cada vez pienso más en ella.
EliminarMuchas gracias, David, por tu comentario tan halagador.
Un fuerte abrazo.
la puerta de la muerte siempre guarda ese secreto. Nadie regresa para contarlo, o si lo hace, hace de fantasma y poco más
ResponderEliminarMe ha encantado el ritmo y la manera del texto
La puerta de la muerte es una puerta blindada, que solo puede abrir a quien le han dado la llave. A mis padres, que la traspasaron hace años, les pedía que me revelaran ese secreto tan bien guardado, pero no se han dejado ver ni oír. Así que he desistido en mi intento por averiguar la verdad.
EliminarMe alegro que te haya gustado este micro.
Un abrazo.
Ooooh Josep Mª pero, pero, queeeé... "no había vuelta atrás" "la luz al final del túnel" esas esperanzas del paraiso, la tierra del más allá, unos se llevan sus objetos personales, otros un ajuar de oro, una embarcación, y otros un ejército de terracota. Muy bueno compañero. Un abrazo
ResponderEliminarMejor no llevarse nada, ir ligero de equipaje. Hay quien incluso cree que se podrá llevar todo el dinero acumulado en vida, aunque no sé de nadie que lo haya coseguido, aparte de ser el más rico del cementerio, jajaja. Al otro lado no existe moneda que valga, creo yo.
EliminarMe alegro que te haya gustado este micro con tintes paranormales, jeje.
Un abrazo, Eme.
Un bonito micro con ese misterio del final que no sabemos porque nadie a venido a contarlo, pero que es un tema muy interesante y así te ha quedado.
ResponderEliminarLa imagen que has puesto es genial.
Que te tengas suerte en el concurso. Un abrazo Josep.
¿Por qué tanto secreto? digo yo. De niños nos contaban una historia, pero nadie ha venido a ratificarla. Prefiero, sin embargo, que la realidad no sea como nos la contaron en catequesis, pues el infierno me da mucho miedo, jeje.
EliminarMuchas gracias, Elda, por tus comentarios. Como le decía a Macondo, en realidad no se trata de un concurso, sino de un reto consistente en escribir un microrrelaqto que no sobrepasara las 250 palabras y que empezara por "Antes de abrir la puerta".
Un abrazo.
Mira que traspasamos puertas y siempre sabemos lo que hay tras ellas, pero esta espero pasarla tarde hasta entonces no quiero saber que guarda tras ella. Muy buen micro Josep.Un abrazo.
ResponderEliminarHay puertas que nos inspiran desconfianza pero que, de todos modos, tenemos que abrirlas. Esa en concreto yo también espero encontrármela lo más tarde posible, jeje.
EliminarUn abrazo, Mamen.
Intenso micro cuento compañero, me moría de ganas de conocer que había al otro lado... y de momento me quedo con las ganas y el fallecido es el protagonista. Las puertas suelen ser muy metafóricas, los secretos muy atractivos, la muerte un misterio... ingredientes explosivos que hacen que sea un micro muy completo y potente. Me ha gustado mucho. Gracias por compartir, un abrazo grande.
ResponderEliminarSí, compañera, hay puertas físicas y otras virtuales, pero las dos hay que traspasarlas de un modo u otro. Lo que hay al otro lado de cada una de ellas lo descubrimos tarde o temprano, pero la de este relato es tam especial que ni tan solo sé si existe en realidad, jeje.
EliminarGracias por tu presencia y a cambio te envío una fuerte abrazo.
Sabes lo que me gusta mucho de tu relato? El comienzo. No nos pones en contexto sino casi hasta el final. Me gusta.
ResponderEliminarSAludos.
Dicen que lo que bien empieza bien acaba. Pero me temo que en este caso nunca sabremos el final, jajaja.
EliminarSaludos.
¡Y tan secreto!, aunque las diversas religiones y creencias nos prometen delicias, ¡A saber que nos espera!, nadie ha vuelto para contarlo ;) Eso sí que es atravesar una puerta, ¡y para siempre!
ResponderEliminarSi me lo permites, y con todo el cariño y el respeto que merece tu trabajo, creo que hay unas cuantas repeticiones, (tienes 5 peros), que se podrían evitar omitiéndolos sin que la frase cambie o sustituyéndolos por una coma, así aligeras a la vez que acortar más aún el micro.
Pero lo más importante, el significante de la puerta, protagonista absoluta de un cambio radical y definitivo.
Un abrazo Josep, y ¡feliz verano!
Empezaré por el final: muchas gracias por la advertencia. Es alucinante ver cómo hay cosas que tienes frente a tus ojos y no las ves. Quizá sea algo paranormal, jeje. En cierto modo, me has abierto una puerta para que pueda ver una realidad que me había pasado desapercibida: que soy muy mal revisor de textos, jeje.
EliminarAy las puertas, lo que nos pueden deparar. Y las hay de todo tipo, aunque las peores son las giratorias, jajaja.
Muchas gracias, Isabel, por tus comentarios.
Un abrazo.
Ahora te ha quedao niquelao!!!!!
EliminarComo no soy religiosa no creo ni en túneles ni en paraísos o infiernos.
ResponderEliminarImagino que, al trapasar el umbral de la muerte, el espíritu o eso esencial que nos constituye,
formará parte de la energía del universo. Cada uno se da sus propias respuestas.
Me gustó mucho tu relato porque, precisamente, permite que el lector coloque detrás de la puerta lo que más encaja con sus ideas.
Muchos saludos desde Buenos Aires, Josep.
Yo decidí ser agnóstico, que para mí es lo más cómodo, jeje. Es algo así como decir que no creo ni dejo de creer, pues nadie puede demostrar nada en ningún sentido, aunque la razón nos diga que toda esa historia que nos contaron de niños es una falacia.
EliminarY como este relato es pura fantasía, pues me ha gustado verlo tal como lo he contado. Además permite, como bien dices, que cada uno lo vea a su manera, de acuerdo con sus ideas.
Un abrazo desde Barcelona.
Me hiciste visualizar cada duda, cada recuerdo, cada paso y cada decisión
ResponderEliminar😗
Pregunta: ¿Es una dinámica semanal?, la de los relatos
ResponderEliminarMe alegro haber conseguido ese efecto visual.
EliminarEste es un nuevo reto mensual cuyo promotor y "administrador" es David Rubio y cuyas normas, que irán variando mes a mes, las publica en su blog El tintero de oro: https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/
Un abrazo, Adel.
Buenísimo! Un final genial.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Efectivamente, podría haberla dejado entreabierta, pero por allí hay mucha corriente de aire y acaba siempre cerrándose de un portazo, jajaja. O quizá haya alguien que hace de portero y se encarga de que quede bien cerrada, jeje.
ResponderEliminarMuchas gracias, Julio David, por tu visita.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarEsa puerta espero yo que tarde muchos años en traspasarla, muchos, lo que de momento no me inquieta que habrá detrás de ella, lo que tenga que ser será, total todos vamos a tener que abrirla, es inevitable, en un momento dado.
Por supuesto muchísima suerte en el concurso de Micros.
Un abrazo.
La verdad es que a mí sí que me inquieta, quizá porque soy mayor que tú, jeje.
EliminarPero en lo que coincido contigo es que más vale que tarde mucho en llegar ese momento, jajaja.
Un abrazo, Tere.
El enigma de esta puerta está reservado para el capricho de «la guadaña», de modo que ojalá nos quede aún mucho de espera...
ResponderEliminarTampoco soy creyente ni practicante, tan solo me gusta bucear en el océano de la metafísica, por lo que pienso que estamos atrapados en una aparente realidad, que moldeamos a través del insconsciente colectivo presos del miedo a nosotros mismos y otros lastres.
El micro mantiene su coherencia, ya desaparecieron los «peros» y el final es impecable. ¡Suerte!
Un abrazo, Josep.
Hay quien prefiere que hayan túneles o puertas que les conduzcan a otra vida, lugar o universo. Eso parece infundirles ánimos, pero, sobre todo, resignación, que es la clave que usan quienes así lo creen o quieren hacerlo creer.
EliminarEl paso a ese otro estado, sea energético o lo que sea, nadie puede explicarlo, aunque hayan diversas creencias al respecto (budismo, taoísmo, induísmo, cristianismo y un largo etcétera).
De momento, vivamos el presente y dejémonos de puertas virtuales, jeje.
Un abrazo, Estrella.
Muy bueno Josep. No se porqué todos tenemos en mente la luz y el túnel, pero ¿Por qué no una sencilla puerta?
ResponderEliminarLo que no aclaras es si hay que llamar antes de entrar o hay un San Pedro para recibirnos o habría que llamar a uno de esos serenos que había en los años sesenta en cada barrio.
Un abrazo, amigo.
Es un clásico, Javier. Pero no me negarás que tiene su atractivo, sobre todo para los que nos gusta la ciencia ficción, jeje.
EliminarYo creo que hasta San Pedro se ha visto afectado por la regulaciñon de empleo y ahora mismo lo deben tener ocupado en otras labores domésticas, jajaja. Y los benditos serenos ya pasaron a la historia.
Un abrazo.
me ha hecho gracia lo del sereno de los años 60 Francisco. Pues seguro que sería gallego :)
ResponderEliminarYo los conocí, si eran gallegos no me atreví a preguntarlo. Je,je.
EliminarAbrazo.
Original propuesta, amigo Josep Mª; me gusta la idea de la puerta por encima de la manida "luz al final del túnel", que algunos ya tenemos una edad y con la vista cansada esa luz puede ser muy molesta, je, je, je...
ResponderEliminarY el título, que ni pintado, pues está claro que ese y no otro es "el secreto mejor guardado", y a la vista está. De momento, miraremos en sentido contrario a esa puerta, tiempo habrá de volvernos hacia ella.
Un fuerte abrazo.
Quizá cada uno se encuetra con lo que mejor le conviene. En unos casos será una puerta, en otros un túnel y en otros, los más debilitados, un simple paso de peatones, jajaja.
EliminarMe gustan tus planteamientos. Yo añadiría que "puerta que no has de traspasar déjala correr". No rima pero es lo más sensato, jeje.
Muchas gracias, Patxi, por tu visita.
Un abrazo.
Qué habrá detrás de esa puerta? Coincido en que cada quien tendrá una respuesta acorde a sus creencias. Pero, en el fondo, creo que todos esperamos que haya más vida.
ResponderEliminarMe pareció acertado que el protagonista piense en los mandatos familiares. En esos momentos previos a abrir la puerta debe ser que uno busca valor y sosiego en las palabras de sus mayores.
Un abrazo
Como le decía su madre a la protagonista: la esperanza nunca se pierde. Unos creen que hay algo más allá y otros no. En este relato doy por sentado de que algo hay, pero desconocemos y desconoceremos qué, jeje.
EliminarUn abrazo.
Decía Jim Morrison que él no temía a la muerte, que casi la deseaba, ya que según su teoría "la muerte es el final del dolor". Puede que tuviese razón, y que no la temiese. Aunque, por esa regla de tres, la muerte también es el fin de las risas, del placer y de las cosas buenas que la vida te ofrece. Así que, al menos a mí, la muerte me sigue dando un miedo que te cagas, no ya solo porque duela, sino por todo lo bueno que dejas atrás.
ResponderEliminarPor cierto, muy buen relato, amigo Josep.
Un abrazo.
Según en qué momento de la vida se presente la muerte, esta es bienvenida o maldecida. Los enfermos terminales la están deseando, mientras que los sanos y felices la aborrecen y ni tan solo quieren pensar en ella. Mi padre, a sus 99 años, hacía tiempo que la estaba esperando, y no porque estuviera enfermo y sufriera, sino simplemente porque consideraba que ya no hacía nada en este mundo, sobre todo desde que falleció mi madre. Así pues, cada uno, incluyendo a Jim Morrison (¡cuántas citas conoces de gente famosa!, jeje), siente la muerte de modo distinto. Yo, una vez más, coincido plenamente comtigo. Ya tenemos otra cosa en común, jajaja.
EliminarUn abrazo, Pedro.
Tengo un amigo cuyo padre le imbuía siempre un miedo acerbo a cualquier aventura o salida fuera de guion. Le prevenía contra todo lo que se saliera de la rutina y mi amigo quedó impregnado para siempre por el miedo y se hizo un buen chico que jamás se salía de los cauces, nunca probó las drogas ni el alcohol, hizo lo que tenía que hacer y anduvo siempre por los terrenos que él consideraba seguros porque los otros le producían pánico. Sin duda, mi amigo ha vivido muy poco. Para vivir intensamente hay que transgredir y salirse de los guiones marcados, arriesgarse... Me alegro de que tu personaje haya atravesado la puerta, solo el hecho de atravesarla ya es importante, y lo que haya visto al otro lado, tampoco es tan relevante. Es el hecho de atravesar el umbral lo que nos abre a experiencias nuevas.
ResponderEliminarLa sobreprotección paterna crea individuos inseguros que muy probablemente no disfrutarán de la vida como debería ser. Aun así, quizá sean felices desconociendo lo que les hubiera deparado la transgresión de las normas sociales que nos encorsetan.
EliminarMi personaje tuvo el coraje, o no tuvo más remedio, quién sabe, de atravesar esa puerta. Lo que no sé es qué le ha deparado esa acción, jeje.
Un abrazo.
Desde luego que es el secreto mejor guardado, je, je, je. ¿Cómo puedes decir tanto en tan poco espacio, Josep?
ResponderEliminarUn abrazo.
Un secreto que nadie se ha atrevido, o ha podido, desvelar.
EliminarLa dificultad de un microrrelato reside precisamente en decir mucho en el minimo número de palabras, jeje. Me alegro si lo que conseguido.
Muchas gracias, Bruno, por venir a leerme.
Un abrazo.
Un túnel o una simple puerta, el caso es que trata de una transición importante (o quizás no, ya que las preocupaciones de los vivos dejan de tener relevancia). Veo que vas bien provisto de refranes y sentencias familiares a la hora de cruzar esa puerta, querido Josep. También de ingenio, eso lo tengo claro :))
ResponderEliminarPena que no puedas contarnos nada, ji, ji.
¡Un abrazo!
Quizá sea cierto eso de dices, de que una vez estemos ante esa puerta todo nos resultará mucho más fácil y habremos dejado atrás los temores, algo más propio de los vivos.
EliminarPues no, no puedo contar nada más porque si siquiera yo sé qué hay detrás de esa puerta. Por eso es el secretro mejor guardado, jeje.
Un abrazo.
Es una puerta que todos tenemos que atravesar alguna vez, lo que habrá más allá, como bien dices, nadie lo sabe, si es que hay alguna cosa. Buen giro final, que nos asoma a uno de los misterios más universales. Un saludo, Josep.
ResponderEliminarHola, Jorge. Por mucho que nos mentalicemos, creo que todos tememos ese momento tan decisivo. Lo que nadie sabe es qué hay hay otro lado, si es que hay algo, como bien apuntas, jeje.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un abrazo,
Hola Josep, que intrigante resulta ese final, pero muy realista, pues nadie ha vuelto a contarnos, ja, ja.
ResponderEliminarMe dejas con la siguiente interrogante, ¿En ese último momento, que pasará por la mente, nos resistimos, pensamos en los padres, o que?
Nos pones nerviosos en el inicio, luego tratas de distraernos y relajarnos con los recuerdos del hogar, y al final, !Pufs! nos sueltas la soga.
Muy bueno el micro, entretenido y reflexivo tambien.
Feliz verano
Hay quien dice que cuando alguien está a punto de abandonar este mundo, ve pasar ante sí, como si de una película se tratara, los momentos más importantes de su vida. Se dicen tantas cosas al respecto que no sé qué creer. Obviamente, tampoco sabemos ni sabremos si hay una puerta, un túnel y, mucho menos qué hay al otro lado. Si no fuera así, no sería el secreto mejor guardado, jeje.
EliminarMuchas garcias por tu visita y tus comentarios.
Un abrazo y feliz verano.
Hermoso relato, Josep Mª. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarDeseo que estés disfrutando de tus vacaciones.
Te mando un abrazo allá donde estés.
Me alegro, Ana, que te haya parecido hermoso. Aunque volví de mis vacaciones a primeros de septiembre, no he reparado en tu comentario hasta hoy. Lo siento pero mi mente todavía está vagando por el más allá, jajaja.
EliminarUn abrazo.
Es un micro muy intenso, lleno de misterio, espero que lo inenarrable no sea destrucción, ni el camino al Gehena, ojala sea un portal de luz e información, que permitan lograr conexiones multidimensionales necesarias para la evolución de la vida humana. Me encanto, Josep!
ResponderEliminarUn saludo
Ya me gustaría a mí conocer qué nos depara esa puerta virtual y si realmente hay al otro lado alguna información que valga la pena conocer.
EliminarMuchas gracias, yessykan, por dejar este amable e interesante comentario.
Un saludo.
¡Hola, Josep Maria!
ResponderEliminarEl padre desde luego infundía ánimo y esperanza con la vida en general, je, je, je
Muy buen micro con ese toque de humor que tanto me gusta y el final perfecto. Eso sí, nos dejas con la dudas.
Un beso.
¡Hola, Irene!
EliminarEl padre era, en cierto modo, un optimista o, por lo menos, pragmático, jajaja.
Me alegro que te haya resultado un micro divertido. Hay que sacar el humor hasta de las situaciones más deprimentes, jeje.
Un beso.