Hace años leí esta frase: “solo se despierta de un sueño una vez”. Aunque entonces no entendí muy bien su significado, me gustó tanto que incluso la anoté. Nunca pensé que llegaría el momento en que sabría interpretarla.
Ahora, desde que tengo este sueño, no quiero despertar para que no deje de serlo. Sueño que soy feliz. Por eso no quiero dejar de soñar.
Cuando lo que tenía eran pesadillas, hacía esfuerzos para despertar y finalmente lo lograba. Ahora no. Ahora quiero seguir sumergido en mi dulce sueño y no deseo abandonarlo.
Todos me dicen que eso de vivir en un sueño no es normal, que debo despertar de una vez y volver a la realidad. Pero ¿por qué debería hacerlo si con ello voy a dejar de ser feliz?
Deben creer que me he trastornado. Sé que un sueño es algo irreal, ficticio, algo que crea la mente. Algunas veces se sueña con lo que se anhela y no podemos conseguir, otras con lo que tememos, nos preocupa o nos angustia. Yo hace tiempo que dejé atrás los sueños que solo producen desasosiego. Ahora me siento feliz soñando porque sé con lo que tengo que soñar.
Sueño que puedo andar, que mis piernas me sostienen. Sueño que Alexandra sigue a mi lado. Sueño con que los dos estamos sentados en el coche, que le hago caso y aminoro la marcha. Y que esta vez no hay hielo en la carretera. Y que el coche no patina en la curva. Y que no salimos despedidos de la calzada hacia el barranco.
Si despertara de mi sueño, ya no habría vuelta atrás. Habría perdido la oportunidad de volver a ser feliz. No podría volver a disfrutar de su sonrisa, de su voz, de sus caricias, ni de sus besos. Si volviera a la realidad, todo esto dejaría de existir. Y dejaría de ser feliz. Una vez despertado de mi sueño, no podía volver a soñar.
La triste realidad es la que muchas veces creamos nosotros mismos a causa de nuestras imprudencias evitables en la mayoría de los casos.
ResponderEliminarpor otro lado nunca somos conscientes de la felicidad asequible y cotidiana hasta que no la perdemos.
Un profundo y reflexivo relato.
Un abrazo Josep.
En casos así, se cierran los ojos a la triste realidad porque no se quiere asumir la parte de culpa que a uno le corresponde. Es una forma de evadirse del dolor y del tormento de convivir con una constante recriminación por esas imprudencias evitables que mencionas.
EliminarMuchas gracias, Francisco, por tu comentario.
Un abrazo.
Un relato que cuando te despiertas de ese sueño la realidad es más cruda, muy bien escrito Josep. Un abrazo
ResponderEliminarPor eso, muchas veces preferimos seguir soñando. Preferimos la irrealidad de los sueños que la cruda realidad.
EliminarUn abrazo, Mª del Carmen.
Ayyyyy qué bonito pero triste.
ResponderEliminarYo últimamente también tengo sueños de los que no quiero despertar, siempre con los que no están, con momentos en los que puedo evitar el desenlace...
Un abrazo.
Sí, Gemma, debe ser muy triste no poder hacer nada para que las cosas vuelvan a ser como eran, cuando uno era feliz. Soñar que todo sigue igual es un acto de autoprotección y una forma de evadirse de una realidad que no se quiere aceptar.
EliminarYo, contrariamente a lo que deseo, apenas sueño con los que ya no están, pero cuando eso ocurre todo transcurre con una normalidad increíble, como si no hubiera ocurrido nada, como si fuera lo más natural del mundo tenerlos a mi lado. Debe ser un modo de "normalizar" algo que resultó en su día totalmente indeseado e indeseable.
Un abrazo.
Hola Josep. Hay quien dice por sus filosofías orientales o como quiera que se llamen, que verdaderamente solo se despierta una vez, y es cuando mueres para entonces vivir la realidad. Muy difícil de entender pero quizás sea cierto.
ResponderEliminarUn bonito sueño el del protagonista que lo evade de su realidad, o quizás ya no esté en esta vida...
Lo que si es verdad que yo de momento quiero estar aquí disfrutando de esta vida, jajaja.
Un abrazo y buen día.
Hola Elda. Pues sí, hay quien dice que lo que consideramos vida es solo un sueño del que despertaremos cuando se produzca eso que llamamos muerte. ¿Soñamos ahora y viviremos después? Una pregunta para la que no tenemos -la mayoría- respuesta. Ya lo dijo Segismundo (o Calderón) en "La vida es sueño".
EliminarPero sea o no sea un sueño, disfrutémoslo, qué caramba, jajaja
Un abrazo, amiga.
Me has sorprendido, Josep Mª. Pensé que estabas contanto tu propia experiencia respecto a los sueños, pero no; nos has sumergido en otra historia en la que mejor seguir durmiendo y soñando que despertar.
ResponderEliminarHace poco leí un libro que venía a decir que si día tras día, en esos momentos en que te está entrando el sopor del sueño, piensas en algo desagradable de tu vida que quieres que desaparezca, es como si en ese preciso momento lo lo cazaras y lo destruyeras.
Yo no sé si es así (tampoco lo he probado), pero parece que tu protagonista tiene claro que si se despierta, su sueño se habrá destruído.
Genial relato. Un beso.
Jeje. Bueno, Chelo, cuando se escribe en primera persona eso puede ocurrir, que el lector interprete que se trata de un hecho real por parte del que lo ha escrito.
EliminarLo único cierto es que leí esa frase con la que se inicia el relato y no recuerdo dónde pero, como dice el protagonista, me gustó tanto que la anoté para reflexionar sobre ella. Y como resultado surgió este texto, casi improvisado pues se puede decir que lo he escrito sobre la marcha.
Ojalá fuera cierto lo que dice ese libro y pudiéramos borra de un plumazo todo lo desagradable de nuestra vida. Pero me temo que es una falacia más, Aunque por probar...
Muchas gracias por lo de genial.
Un abrazo.
Es que es cierto para los que sueñan, porque yo no me entero, pero nada eh, qu eno hay manera, por eso cuando mi hijo, una amiga, no se alguien me cuentan lo que sueñan en parte los envidio y en otras cuando son pesadillas, me alegro de no tenerlas, en fin. Pero es cierto que muchas veces quienes sueñan como es el caso de tú relato no quieres despertar, porque cuando vuelves a la realidad, es tanto dolor el que hay a tú alrededor como es el caso, que prefieres seguir durmiendo y no enfrentarte a la realidad. Yo creo que los sueños forman parte de la defensa de la mente para no enfrentarse al dolor, la tristeza y la soledad entre otras cosas.
ResponderEliminarComo siempre un muy buen relato. un abrazo. TERE.
Pues es realmente extraño que no recuerdes ninguno de tus sueños. Por lo menos deberías recordar el que estabas teniendo cuando te despertaste. A no ser que siempre te despiertes cuando ya ha finalizado la fase REM, que es cuando se sueña. Y hay varias fases REM a lo largo de la noche.
EliminarCuando uno despierta después de tener una pesadilla, el alivio que siente al comprobar que todo fue un sueño es mayúsculo, justamente lo contrario de cuando uno vuelve a la realidad después de soñar algo maravilloso.
Los sueños nos mandan mensajes codificados que muchas veces son muy difícil, sino imposible, de interpretar, pero es evidente que no es algo fortuito sino que son el resultado de nuestro estado anímico.
Cuando era pequeño me hicieron creer (mis hermanas, que eran mayores que yo también se lo creían) que si por la noche comía aceitunas, soñaba mucho. Y funcionaba, lo cual indica que la mente ejerce una gran influencia. Podrías probar lo de las aceitunas o, por lo menos, pensar, una y otra vez, cuando te acuestes, en que vas a recordar tus sueños. A ver si funciona, jeje
Un abrazo.
Aceitunas? en serio hacen soñar? oye pues lo probaré y prometo contarte, espero que la prueba no me lleve a tener una pesadilla, entonces lo único que puede ocurrir es que odie las aceitunas jeje, pero por probar no pierdo nada absolutamente. un abrazo y gracias. TERE.
EliminarMe lo dices o me lo cuentas ajjajaja si la realidad es dura pero que rico es soñar, pos nada esta noche jajaja le dices a tu almohada que te la traiga a su lado , muy bueno, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarHay sueños que parecen tan reales que, cuando despiertas, necesitas unos segundos para comprender que todo ha sido fruto de tu mente, una mente que es la que decide lo que soñamos. Ojalá pudiéramos pudiéramos mandar sobre ella y obligarla a producir siempre sueños fantásticos que nos hicieran ser felices al menos mientras duran.
EliminarUn abrazo.
A veces los sueños son mejores que la propia realidad. Parece que el sueño es dueño de nuestras letras últimamente.
ResponderEliminarPero es verdad que vivir en un sueño por muy dulce que sea, no es vivir.
Un besillo.
Los sueños han inspirado muchas historias. El mundo onírico está repleto de símbolos que hacen volar la imaginación y a nosotros mismos mientras soñamos. La cuestión está en saber si es bueno o malo refugiarse en los sueños para no hacer frente a la realidad.
EliminarUn beso.
Un relato corto pero absolutamente impactante por la historia que cuenta y por los interrogantes que plantea, Josep. Si con tan pocas palabras has conseguido provocarme tantos sentimientos (pena, algo de empatía, inquietud, puede que algo de envidia) y que además me quede pensando, es que ha de estar muy bien escrito e ideado. Un gran aplauso y toda mi admiración, compañero.
ResponderEliminar¡Buen finde!
Dormir es el refugio perfecto para escapar de la realidad, especialmente si lo que soñamos nos produce placer. Esta evasión también la practican quienes sueñan despiertos, imaginándose un mundo y una vida mejor. De ahí la cuestión planteada: ¿vale la pena despertar o mejor engañarse si eso nos hace felices?
EliminarMuchas gracias, Julia, por tu elogioso comentario.
Un abrazo y buen finde también para ti (y que sueñes con cosas bonitas)
A veces despertar de un sueño como se pregunta tu protagonista es una elección que no es fácil de tomar, pues la realidad que nos espera no es precisamente buena.
ResponderEliminarUna historia la que cuentas en esta entrada que nos lleva a tener que dilucidar entre dos opciones y las dos son buenas de ahí que la duda que surja.
Besos Josep.
Puri
El problema se produce cuando, como en esta historia, el protagonista se resiste a "despertar", contra la opinión de los que le rodean (amigos, familia), que consideran enfermiza su insistencia de seguir viviendo una irrealidad, por mucho que ello le haga bien. Un psiquiatra aconsejaría hacer frente a la realidad, por dura que esta resulte, pero me he permitido la libertad de cuestionarlo. ¿Qué haríamos cada uno de nosotros ante una situación así?
EliminarMuchas gracias, Puri, por tu comentario.
Un abrazo.
El sueño como redención, como antídoto de un enorme sentimiento de culpabilidad,... como siempre Josep, has puesto el dedo en la herida,... Buen fin de semana!
ResponderEliminarHay heridas que tardan mucho en sanar. Un evasivo es como el vendaje que oculta esa herida sangrante que no quiere cerrarse. Ante una realidad inaceptable, los sueños anestesian el corazón para que este no sufra.
EliminarMuchas gracias, Norte, por tus palabras.
Un abrazo.
Hola Josep M. Que primera persona, donde nada es lo que parece. Un buen relato, ritmo, descripción. Despertar para no sentir culpa...La mente ayuda a olvidar mientras tu subconsciente se aburre en el limbo. Un abrazo
ResponderEliminarLa mente puede jugarnos malas pasadas pero a veces nos puede ayudar a no ver lo evidente y escapar de la triste realidad.
EliminarMe alegro que te haya gustado este minirrelato (porque no creo que llegue a micro).
Un abrazo.
En física cuántica las partículas solo se concretan cuando son observadas. Las implicaciones de ello son tremendas, el observador ya no es algo pasivo, sino que tiene capacidad de concretar la realidad. En el caso de este relato, ¿quién puede juzgar la realidad que se ha construido el personaje? ¿Quién puede afirmar que tiene menos valor? Fantástico relato, Josep. Un abrazo!
ResponderEliminarNo sé qué opinaría un físico cuántico de este relato, pero me sobre y me basta con tu opinión, más trascendental y seguro que más sensata, jeje
EliminarMuchas gracias, David, por tu comentario.
Un abrazo.
Alucinada me he quedado con este relato. Cómo un sueño esperanzado y agradable en realidad es una eterna pesadilla. Soñar con lo imposible para no enfrentarse a la realidad.
ResponderEliminarGenial, Josep. Me ha dejado la piel de gallina.
Un abrazo.
Cuando la mente se resiste a aceptar una cruel realidad, echa mano de la ficción. ¿Cuánta gente prefiere no saber la verdad que enfrentarse a ella? Del mismo modo, podemos preferir soñar en una constante irrealidad, mucho más placentera, que despertarnos para enfrentarnos a una vida que no vale la pena vivir.
EliminarNo esperaba que este relato tuviera efectos alucinógenos. Habrá sido un efecto secundario, jeje
Un abrazo.
Interesante reflexión, amigo Josep, dentro del paralelismo de sueño y realidad. Ciertamente no deberíamos de englobar ciertas cosas como una simple normalidad. Que las vivamos no significa que hayan dejado de ser extraordinarias ni parte de nuestros sueños.
ResponderEliminarAbrazo!!!
Muchas veces podemos confundir sueño y realidad. La disyuntiva puede estribar con cuál de las dos cosas nos quedamos.
EliminarMuchas gracias, Mª Jesús, por tu visita y tu comentario.
Un abrazo.
Mientras se sea felíz viviendo un sueño, para qué despertar? La realidad a veces es muy cruda.
ResponderEliminarAlgunas veces, lo mejor sería elegir un felíz sueño y vivirlo.
Encantado cón tú visita y còn visitarte. Un abrazo
Esa es la disyuntiva, vivir una mentira pero ser feliz o despertar a la realidad para ser desgraciado.
EliminarMuchas gracias, Francisco, por tu visita.
Un abrazo.
Interesante la reflexión que suscita tu relato. Tu protagonista vive en los sueños, allí puede hacer como si nada hubiera pasado, olvidar ese terrible sentimiento de culpa, creer que todo sigue igual, despertarse es afrontar un terrible dolor en el que él es parte y consecuencia y ante eso que intuye tan doloroso prefiere evadirse de la realidad, aunque ¿vive?
ResponderEliminarLos sueños como motor de vida me parecen muy estimulantes, permiten avanzar, crear, arriesgarse y salir de esa famosa zona de confort que todos tenemos y los sueños como forma de olvidar, de dar la espalda al dolor y al remordimiento no siempre funcionan por mucho tiempo, todo sale de una manera o de otra.
Un abrazo
Muchas gracias, Conxita, por tu pormenorizada reflexión acerca de este tipo de sueños engañosos. Quién más quién menos, todos nos hemos refugiado alguna vez en una especie de sueño o ensoñación para evadirnos de la realidad cuando ésta resulta dolorosa o bien cuando aspiramos alcanzar algo casi imposible. Soñamos despiertos. Lo malo es cuando permanecemos así demasiado tiempo y vivimos en una nube, alejados de la verdad. En el caso de este protagonista, su sueño no es más que un recurso para soportar lo insoportable. ¿Vale la pena despertarlo?
EliminarGracias de nuevo por su lectura y aportación.
Un abrazo.
La felicidad, una razón maravillosa para seguir viviendo, para que merezca la pena continuar adelante. Si alguien es feliz a su manera, yo no me vería capaz de sacarlo de esa sensación tan extraordinaria, porque sería cruel, aunque pareciese que le estuviera haciendo un favor acercándolo a lo real.
ResponderEliminarEl protagonista se refugia en un sueño, una ilusión alejada de la realidad, de nuestra realidad, pero no de la suya, que moldea a su capricho para poder ser feliz. Una persona con mala suerte que lo perdió todo, pero encontró una forma de recuperarlo, de disfrutar de nuevo, de sentir, de avanzar. Jamás le quitaría ese estado de gracia.
Enhorabuena, Josep, por un relato muy personal e intenso que invita a meditar sobre algo tan puro como la felicidad, algo tan buscado. Me ha encantado tu narrativa, sencilla y fácil de leer, es muy cómoda, más que leerse se bebe. Excelente. Si no te importa, voy a seguirte en Blogger y en Google+, me ha gustado tu estilo de escritura.
Un saludo cordial y buena lectura.
Muchas gracias, J.J., por tu pormenorizada e interesante reflexión. Puede resultar muy injusto arrebatarle a alguien la felicidad, sacándole de sus sueños, para devolverle, en contra de sus deseos, a una cruda e insoportable realidad.
ResponderEliminarMe complace poderte añadir a mis lectores habituales, así que estás automáticamente invitado a visitar este rincón dedicado a la fantasía y la ficción, con visos de realidad.
Nos leemos!