miércoles, 25 de marzo de 2020

Dos tiros por la culata



Jordi Vilagrassa, hijo único del señor Xavier Vilagrassa, a sus veinte años, era un granuja, un haragán y no sé cuántas cosas más. De jovencito siempre era el último de la clase. Con estos antecedentes, su padre decidió matricularlo en la Escuela Industrial para que aprendiera un oficio. Pero como el chico no sabía a qué dedicarse —más bien prefería no dar golpe y vivir a costa de su padre— el señor Jaume Matas, un buen amigo de su progenitor, padre y viudo como él, se hizo cargo de la situación y empleó al chico como aprendiz en su taller de ebanistería.
La única e indiscutible virtud de Jordi era su físico agraciado y su simpatía. Siempre halagador con todo aquel de quien pudiera sacar provecho. Vaya, lo que se dice un vividor. Con su innato atractivo y su innegable habilidad con las chicas, no resulta difícil imaginar que ligaba más que el ajo y el aceite.
Y he aquí que el señor Matas, le presentó un buen día, a Silvia, su queridísima y única hija, una jovencita de muy buen ver y tan vivaracha como para hacer perder la cabeza al Romeo del barrio. Y ligaron, como era de esperar, a la primera de cambio.
«Cuando mi padre se entere, dará saltos de alegría», pensaba Jordi. Pero el único salto que el pobre hombre dio fue directo al cementerio. Se fue tan discretamente como vivió y sin llegar a saber qué le esperaba a su hijo.
Para abreviar, os diré que, después de un noviazgo más breve que un suspiro y más rápido que un rayo, se casaron por todo lo alto, como comentaban en el barrio. Todo lo pagó el futuro suegro, claro está. Y es que la “nena” se lo merecía, qué caramba.
«Vaya un braguetazo que has dado, tío», le dijo más de uno con la suficiente confianza. Y él se encogía de hombros como quien no quiere la cosa. Pero ya lo creo que quería. El chico había conseguido todo aquello que más deseaba: un buen plato en la mesa y una buena mujer en la cama. ¿O debería decir una mujer buena? Sea como sea, disfrutaba de la vida. Tenía dinero a espuertas sin apenas dar el callo —dos años después de la boda seguía siendo un simple aprendiz—, tenía un coche de gama alta, un piso de lujo y todos los caprichos que su flamante mujer, la niña de los ojos de su jefe, todavía más caprichosa que él, le permitía.
Todo les iba muy bien a la parejita hasta que el señor Jaume Matas, mira por dónde, también pasó a mejor vida. Un infarto al pie del cañón se lo llevó al otro barrio. Solo dejó tras de sí los pocos ahorros que ese par de granujas chupa-sangre le dejaron arrinconar. Las malas lenguas decían que esos dos caraduras y la poca clientela que entraba por la puerta del taller fue el motivo de esa desgracia. Así las cosas, ya os podéis imaginar que en un plis plas no quedó ni un euro en la libreta de ahorros.
Silvia, enfurecida porque su antiguo enamorado era un frescales y un gandul —tarde o temprano acaba cayendo la venda de los ojos— que no podría ni por asomo mantener su ritmo de vida, lo plantó por otro, gordo como un cerdo y más feo que un rape, pero más atiborrado de dinero que un banquero. Y por si eso fuera poco, se quedó con la propiedad del taller paterno, como única heredera que era. No pretendía hacer nada con un negocio que hacía más aguas que el Titanic. Solo quería tocarle las narices y otra cosa bastante más abajo.
Pero al ahora ex, a pesar de haber montado en cólera por el desplante y la traición, conociendo el carácter indómito y testarudo de Silvia, no le dolieron prendas en humillarse, rebajándose hasta suplicarle, haciendo el llorica y el desgraciado, que le concediera una compensación económica para poder sobrevivir. Ella, después de meditarlo concienzudamente, acabó cediendo. 
La última vez que hablaron por teléfono, le dijo: «Muy bien, te compensaré, te cedo la propiedad de la ebanistería. Si espabilas, te podrás hacer tan rico como mi difunto padre». Estas fueron sus últimas palabras antes de colgar y echarse a reír a carcajadas en medio de la calle, mientras iba, como cada día, de compras.


32 comentarios:

  1. ¿Las últimas palabras que dijo o las últimas que le dijo? Ja, ja. Eso de ir de compras todos los días se ha convertido en un lujo peligroso y bien pudiera ser que, en efecto, no pudiera decir más palabras.
    Lo de dejarle la ebanistería y darle la oportunidad de hacerse rico con ella, como había hecho el padre, es una broma muy macabra, dadas las aptitudes y actitudes del ex.
    Muy bueno, Josep María.
    Un beso.

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  2. ¿Qué?¿Cómo? ¿Lo cuálo? Perdona el barbarismo, pero es que me encanta ese "lo cuálo" en caso de hacerse el loco, ja,ja,ja. Ya lo he corregido para que quede más claro o menos rotundo y vitalmente definitivo, je,je.
    ¿No quería el chico una compensación? Pues toma compensación.
    Ahora, la joven y bella Julia, tampoco era un dechado de virtudes, excepto la de saber arrimarse al sol qe más caienta.
    Un beso.

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  3. Jaume Matas...ja, ja, ja, pobre hombre, te lo has cargado de manera literaria aunque de pasó le has quitado unos años de prisión :). Pues eso: "por el interés, te quiero Andrés". Silvia & Jordi han demostrado ser la parejita del año. Un buen argumento para un cortometraje.
    Un abrazo, Josep.

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    1. Pues me salió así, sin pensarlo, je,je.
      El interés mueve a mucha gente, y no solo a hacer cosas buenas, sino a sacar provecho de los demás.
      Desde luego esa parejita tenía mucho en común: el interés por vivir a lo grande a costa de otro.
      Un abrazo, Miguel.

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  4. Pues muy bien jugado, si quiere peces, que se moje el culo. Un día u otro esa tesitura en la que le pone la ex-mujer tenía que llegar

    Un abrazo

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    1. A ese joven, en lugar de darle peces para comer, tendrían que haberle dado una caña y enseñarle a pescar, y si no, darle fuerte con ella, ja,ja.
      Un abrazo.

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  5. Está muy bien contado, pero no estoy puesto en el asunto para encontrar todos los matices.
    Un abrazo.

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    1. Pues no sé si hay matices. Solo sé que un chico busca chica, a poder ser guapa y rica; chica guapa y rica pesca, sin querer, a un vividor pelao; ambos viven de la sopa boba. Cuando se les acaba el chollo, cada uno por su lado, ella pescando, ahora sí, a un buen lucio, y a él le vuelve a salir el tiro por la culata. No ha logrado por dos veces vivir a cuerpo de rey. ¿La moraleja? La que cada uno quiera sacar. No hay más. Así de tonta es la historia, je,je.
      Un abrazo.

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  6. Pues le estuvo bien empleado al granuja de Jordi Vilagrassa. Al final si quería dinero tendría que ganárselo trabajando. ¡Bonita lección!Así les tenía que pasar a unos cuantos. ¡Buen relato , Josep!
    Un abrazo

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    1. Vividor caza a vividora, así que tal para cual. Aun así, él se lo tiene más merecido por gandul. Pensó que casándose con una rica (?) heredera de un negocio familiar y abusando de la generosidad de su suegro y de la indiferencia para el derroche de su linda mujercita, viviría como un rey toda su vida sin dar golpe. Pero el plan le salió mal por dos veces: la primera, al fallecer la gallina de los huevos de oro, y la segunda al confiar que su ex sería generosa con él.
      No sé si hay muchos casos como este en la vida real, pero podría ser, je,je.
      Un abrazo.

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  7. Vaya dos piezas que se juntaron, tal para cual, y a fin de cuentas ella tuvo suerte en pillar aunque fuera a un adefesio que la colmara de todos los caprichos como había hecho su pobre padre, aunque no sé si compensa jajaja. Y genial la compensación para él...
    Simpático relato.
    Un abrazo, Josep.

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    1. Se juntaron el hambre y las ganas de comer, je,je. Pero ella resultó, a la larga, más lista, buscándose un modus vivendi mucho mejor y seguro, aunque tuviese que sacrificar su gusto por los hombres de buen ver, ja,ja,ja.
      Él tuvo lo que de verdad se merecía, pero que nunca quiso: un trabajo.
      Un abrazo.

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  8. ¡Hola!
    Me ha encantado, y me he acordado de un familiar de mi abuela que hace años(muchos, murió hace 35) tuvo una ebanistería y llegó a ganar mucho dinero porque hacía cosas para todo el oriente de Asturias(Covadonga incluida)pero era el hombre un poco...bebía y jugaba y se jugó la ebanistería(con empleados) a las cartas y la perdió. Eran otros tiempos, hoy en día no creo que se pueda jugar una fábrica a las cartas, pero entonces se la quedaron los otros.

    El final me parece estupendo.
    Feliz día.

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    1. Hola, Gemma.
      Cuando un negocio funciona hay que cuidarlo al máximo. Lo que ha costado años obtener puede perderse en un día.
      Mi protagonista también lo perdió todo en muy poco tiempo, pero no por su mala cabeza sino por su inutilidad ante al trabajo y el esfuerzo con el que se ganan las cosas. Si hubiera aprendido el oficio de ebanista, habría acabado heredando el negocio familiar y habría podido seguir viviendo bien. Pero le salió el tiro por la culata por su mala cabeza.
      Un abrazo y feliz semana.

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  9. Hola, Josep

    Me encanta el tono de tu historia, que es entre burlón y aleccionador. Y no es para menos dadas las caracterísiticas del protagonista y la suerte que corrió en su vida. Yo diría que se lo tiene todo bien merecido, pero quién sabe si es de los afortunados que saben aprovechar la segunda oportunidad que la vida les ofrece y levanta cabeza con el taller de ebanistería. Me quedo con curiosidad, la verdad :) Respecto a la tal Silvia, "no comments" jajajajja.

    Buena historia, he disfrutado mucho leyéndote :))

    ¡Un fuerte abrazo!

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    1. Hola, Julia.
      Hasta los vividores y caraduras merecen ser analizados desde el humor y la ironía.
      Yo más bien creo, conociendo su bagaje intelectual y su materialismo, que lo que hará con el negocio será venderlo por cuatro chavos, y al cabo de unos meses volverá a estar a dos velas. Los hay que no aprenden jamás ni saben aprovechar las segundas oportuniades.
      A ella, en cambio, la vida le sonreirá, pues su elección tiene más futuro, ja,ja,ja.
      Me alegro que te haya gustado esta historieta y gracias por comentar.
      Un abrazo.

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  10. ¡Hola, Josep! Y es que cuánto vividor hay por el mundo, o más bien por ese mundo de pirañas en el que tan pronto estás arriba como estás abajo. La especulación en estado puro. Si todo el esfuerzo que hacen en medrar y en vivir del cuento, del malo se entiende, lo dedicaran a algo positivo ¡cómo nos cambiaría la película! Un relato muy irónico. Un abrazo!!

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    1. En este caso se ha cumplido lo de que el tiempo pone a cada uno en su lugar, o que a cada cerdo le llega su San Martín, je,je.
      Pero, por desgracia, no siempre es así, pues hay muchos vividores y estafadores a los que nunca se les pilla y pasan toda su vida a costa de los demás.
      Un fuerte abrazo, David.

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  11. El amor y el dinero no fueron nunca grandes amantes y pasa lo que pasa con estas relaciones. O divorcio o infidelidad.
    de todas las maneras menuda parejita la de marras, ella una caprichosa y el un zángano de colmena de mucho cuidado ¡Ahora sí! como no espabile se las van a dar todas juntas y de golpe, o eso o encuentra a otra pazguata que lo mantenga.
    Un abrazo, amigo.

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    1. Por el interés te quiero Andrés, dijo alguien. Y cuado el dinero desaparece, el amor se evapora. Los dos estaban enamorados del dinero y se amaron mientras nadaron en la abundancia. A esos dos no les iba lo de "contigo pan y cebolla". Además, la cebolla repite, ja,ja,ja.
      Ese joven vividor, o se pone las pilas y empieza a currar (cosa que veo casi imposible) o, como bien dices, se busca a otra que pique.
      Un abrazo, Javier.

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  12. Dios los da y ellos se juntan,... menudo par de dos!!
    Muy divertido Josep Mª!

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    1. Siendo tal para cual, les salió a los dos el tiro por la culata. A ella solo una vez, pues tras el fracaso económico encontró a un tipo que le resolviera la vida. Él, en cambio, le volvió a fallar su esperada tabla de salvación y se quedó sin un euro y con un negocio en ruina que no sabría jamás como levantar.
      Me alegro que te hayas divertido un rato leyendo esta historieta.
      Un abrazo.

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  13. Me han entretenido mucho este par de garrapatas... por no llamarlos parásitos directamente. Estos dos van más allá de los zánganos jajaja. Conforme te leía en mi cabeza iba apareciendo cuarto y mitad del refranero jejeje ... a quien buen árbol se arrima,... quien quiera peces que se moje el culo...el cochino/cerdo y San Martín.. Dios nos cría y nosotros nos juntamos...el interés y el Sr Andrés... Al leer los comentarios veo que no soy la única que le ha dado un repaso al refranero y me ha hecho mucha gracia jajaja.
    Gracias por la risa mi querido Josep, te mando un abrazo grande y dominical.

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    1. Y hay quien se arrima al sol que más calienta, ja,ja,ja.
      Me alegro que esta historia te haya divertido e inspirado tantos refranes, que no son más que la expresión del saber popular, je,je,
      Un abrazo.

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  14. Leyéndote me han venido dos refranes a la mente: Dios los cría y ellos se juntan (porque la parejita son tal para cual) y A todo cerdo le llega su San Martín (al final le va a tocar trabajar al gandul, si es que sabe cómo se hace eso).
    Un besote.
    P.D. Se agradecen las lecturas como estas con tanta desgracia en el aire.

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    1. Yo creo que con le refranero en la mano, podríamos hallar algunos refranes más que encajarían en esta historia, je,je. Si suoiñeramos que le esera a ese visitante, quizá podríamso decir también "mala hierba nunca muere", ja,ja,ja.
      Pues sí, que el humor no falte, pero humor sano, claro, porque corre cada cosa por ahi que tela marinera.
      Un beso.

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    2. Madre mía del amor hermoso, ¡cuánto gazapo suelto! Creo que me estoy volviendo disléxico digital, como dije un día. Me veo obligado, pues, a introducir una fe de erratas.
      Repetimos: "Si supiéramos lo que le espera a ese vividor..."
      Otro beso de disculpa. je,je.

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  15. Una vez me dijo alguien que sabía del tema que un escritor debe fijarse en lo que le rodea para inspirarse y escribir una buena historia. Y yo, obediente como soy, así lo he hecho, y últimamente solo veo egoísmo y ambición por todas partes, ja,ja,ja.
    Un abrazo de vuelta.

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  16. Ja, ja, ja. Se veía venir, aunque lo de la chica me sorprendió, pensé que la cosa acabaría igual para los dos o es que, ¿al final él escarmienta y se pone a currar como debería? No sé, pero ver las orejas al lobo es más aleccionador que cualquier cosa. En cualquier caso, me lo he pasado muy bien con la lectura y con ese humor tan de pueblo je, je.
    Un abrazo.

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    1. Yo creo que ella es a quien le ha salido mejor la jugada. Siendo de tan buen ver, no creo que el adefesio con el que se ha vuelto a casar (porque si todavía no lo han hecho, poco falta para tenerlo bien amarado) la abandone, a menos que sea para dar también el salto hacia el mas allá (con lo gordo que está...), y aun en este caso la dejará bien "arregladita". Él ya es otro cantar. Quien no ha dado golpe en su vida difícilmente lo hará. Más bien creo que intentará pescar a otra "niña bien" que lo mantenga.
      Me alegro que te lo hayas pasado bien por esta historieta.
      Un abrazo.

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  17. No se dio cuenta Silvia durante dos años que Jordi era un vividor? Si no hubiese fallecido aún continuarían los dos viviendo de la sopa boba, acabo con una bola de cebo pero forrado y dándole un escarmiento a Jordi. Muy bueno tu relato Josep. Cuídate.

    Un abrazo.

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    1. No sabría decirte cuánto dura el enamoramiento. Hay a quien le dura unos meses y a otro/as unos pocos años. De todos modos, a ella no le importaba que el guapito con el que se había casado fuera un inútil con tal de vivir a cuerpo de rey a costa del pobre padre, a quien ambos acabaron desplumando.
      Un abrazo.

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