Mi visión es borrosa y solo puedo oír zumbidos
ensordecedores. Debe ser fruto de la conmoción. También siento un terrible dolor
al respirar, que se agudiza al moverme. Debo tener algunas costillas rotas. Las
piernas no me responden. No puedo incorporarme. Recuerdo haber saltado por los
aires. Debí pisar una mina. Pero al menos estoy vivo.
Me parece oír un ruido
de motores. Serán los camiones, que avanzan hacia las líneas enemigas.
Llueve. Me siento muy
débil. No quiero ser uno más de los cuerpos sin vida que recogen los camilleros
después de la batalla.
Todo está en calma, pero nadie viene a auxiliarme. Cuando me encuentren quizá ya sea demasiado tarde.
No sé cuántas horas han transcurrido. Está oscureciendo y la temperatura está bajando mucho. Podría morir de frío. Dicen que es una muerte muy dulce, pero sería una putada morir ahora, que la guerra está a punto de terminar.
Sigo sin ver bien, pero
los acúfenos han desaparecido. Continúo sin poder moverme. Estoy a expensas del enemigo. Y de las
alimañas. Oigo explosiones. Suenan cada vez más cercanas. La línea de fuego se está
acercando. Significa que retrocedemos. Espero que den conmigo.
Oigo pasos. Quiero
pedir auxilio, pero no sé si son amigos. Se acercan. Oigo su respiración
entrecortada. Se detienen junto a mí. Alzo la cabeza todo lo que puedo para poder
verlos, pero solo distingo unas siluetas en la oscuridad. Son soldados. Uno de
ellos se agacha y me observa. No puedo identificar el uniforme.
Muy bueno Josep Mª,... eso si que es un Continuará... pero una jodienda para los que nos quedamos con un palmo de narices, espero que recapacites y le des una oportunidad a ese pobre soldado herido,...
ResponderEliminarUn abarzo!
Pues mira, Norte, no era esa mi intención, pero quizá sí le dé una oportunidad al pobre soldado, aunque si le doy continuidad a la historia quizá descubramos algo que no nos guste, je,je.
EliminarUn abrazo.
Me ha encantado esa situación en la que has dejado al soldado. A ver cuándo descubra el uniforme del soldado qué le depara el destino. Me encantará leer la continuación que por lo que le dices a Norte ya tienes pensada. Yo no necesito que seas bueno con él. Soy mala.
ResponderEliminarUn beso.
Supongo que en cuando el desconocido abra la boca, ya no habrá duda de de qué bando es.
EliminarPues no, no tengo pensada la continuación, pero creo que tiempo tiempo para ello. De momento, he congelado la escena, je,je.
Un beso.
Una espera angustiante... esperemos que el final sea bueno para él. No tardes..
ResponderEliminarUn beso
La misma angustia que debe sentir el soldado malherido hasta no saber quiénes son sus visitantes, je,je.
EliminarUn beso.
Está el Tintero de David que no hay quien lo pare. Mañana sacaré yo mi aportación.
ResponderEliminarMuy buena la tuya. Espero que no nos dejes en ascuas y continúes de verdad.
Un abrazo.
Soy un falso, porque te digo eso y yo no voy a seguirlo. :)
EliminarOtro abrazo.
Bueno, sea como sea, me complace que te haya gustado.
EliminarY tu aportación también es muy buena. La muerte puede llegar a deparar sorpresas, je,je.
Un abrazo.
Hola, Josep Mª. Todo el día esperando a que lleguen y, cuando lo hacen, llegamos a 250 palabras. Ya es putada, la del soldado digo que no sabe si es amigo o enemigo. Me temo lo segundo.
ResponderEliminarBuen Suspense y buen relato.
Hay un 50% de probabilidades de que sea enemigo. Aunque si hacemos caso a la Ley de Murphy..., ja,ja,ja.
EliminarMuchas gracias, Isan, por pasarte.
Un abrazo.
¡Qué bien has utilizado el recurso, Josep! Detienes el relato en el momento justo y nos dejas en ascuas. Me ha gustado mucho el modo de contar la historia y mostrar la angustia del soldado. Fantástico micro. Felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta, me alegro mucho que te haya gustado.
EliminarTu aportación a este reto también es muy buena.
Un abrazo.
Eres un maestro Josep! ¿Qué mayor angustia que la de un pobre herido en la soledad de un campo de batalla que al fin ve acercarse a alguien sin poder saber si es amigo o enemigo? Perfecto.
ResponderEliminarPor supuest, esta será una noche de insomnio pensando si lo salvarás o... continuará
Un abrazo
Hola, Juana. Mi protagonista no tardará en salir de dudas, pero mientras tanto ya se sabe: quien espera desespera, je,je.
EliminarUn abrazo.
Pues lo has dejado en un punto muy intrigante, así que aquí estaré para cuando continúes la historia.
ResponderEliminarUn estupendo comienzo Josep.
Un abrazo y buen domingo.
Veo que sois mayoría quienes esperan/piden una continuación. En pirncio, si lo he entendido bien, el reto solo consistía en escribir un microrrelato que quedara cortado con un "continuara...", dejando al lector en ascuas, pero sin necesidad de una segunda parte. Y yo, como soy muy obediente, así lo he hecho. Pero dadas las reiteradas peticiones, quizá, solo quizá, haré como los cantantes ante la petición insistente del público (¡otra, otra, otra!) y os acabe "regalando" una continuación, ja,ja,ja.
EliminarUn abrazo.
Buenos días Josep.
ResponderEliminarUn escrito con coherencia desde el epicentro de las emociones, temores y dolores de la boca del protagonista en primerísima persona. Las frases muy cortas, casi diría entrecortadas, potencia el sufrimiento del soldado.
Por un momento da cabida a la esperanza y el rescate, el continuará nos deja con la piel erizada.
Magnífico, Josep.
Buenos y hermosos (al memos por acá) días, Tara.
EliminarCon las frases muy cortas he pretendido reflejar la emoción y el sufrimiento del soldado que, malherido, está esperando a que alguien vaya a rescatarle antes de que muera. Como sabes de sobras, es el recurso habitual en escenas de suspense, para mantener al lector atento al desarrollo de los hechos. Si lo he conseguido, me congratulo por ello, je,je.
Agradezco tu comentario, amiga.
Un abrazo.
Eso es, Josep, el reto está logrado y el micro es muy bueno. Por eso no puedes dejarnos sufriendo así, con la angustia del pobre soldado. La continuidad llama. Está pidiendo ayuda, dale la oportunidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me resulta difícil negarle ayuda a quien me la pide, así es que... ¿Continuará?, ja,ja,ja.
EliminarMuchas gracias, Carmen.
Un abrazo.
Más allá del continuará, creo que has reflejado de manera sobresaliente la vulnerabilidad del ser humano. Las guerras descubren por desgracia nuestra peor cara como especie. Pero eso ya es otra historia.
ResponderEliminarUn abrazo, Josep.
La guerra siempre origina incertidumbre y espetranza. Este pobre soldado siente las dos cosas a la vez.
EliminarUn abrazo, MIguel.
Eso no se hace, Josep, aunque sea parte de un reto estás obligado a darle continuidad, ja, ja. Cuánta tensión, intriga y horror. Ese narrador en primera persona te ha quedado inmenso y real. Muy bueno, a ver cómo acaba si decides darle continuidad, aunque ya te he dicho que deberías estar obligado, XD.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sé que he sido malo, pero la culpa no es mía, sino de David Rubio y su microrreto, je,je.
EliminarAunque, en principio, las cosas hay que hacerlas más por devoción que por obligación, me estáis tentando a darle continuidad a esta historia, ja,ja,ja.
Un abrazo.
Se agradece, Juio David, aunque este reto solo es eso, una reto, sin premios, ni reales ni virtuales, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Josep!
ResponderEliminarCon tus palabras has conseguido que empaticemos muy bien con el dolor y angustia de tu protagonista, y el final podría dejar paso a tantos escenarios... Los obvios, los rebuscados, los extraños...
enhorabuena!
Un abrazote!
Efectivamente, Ana, cualquier final es posible y unos escenarios serían mejores que otros para el protagonista. Pero me temo que no puede elegir, je,je.
EliminarMuchas gracias por pasarte.
Un abrazo.
Ay pero copmo me dejas así. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarEL microrreto lo exigía de este modo, je,je.
EliminarUn abrazo, Gemma.
Es fácil empatizar con ese soldado abandonado, desorientado y vulnerable. Esperemos que le des una honrosa salida a su valor... aunque nunca se sabe, ¿verdad? Enhorabuena por el micro
ResponderEliminarSi uno se pudiera poner en la piel de ese soldado, se daía cuenta de lo horrible que es estar esperando a que alguien acuda en tu ayuda en medio de un campo de batalla en el que cualquier cosa puede suceder. Quizá le vaya bien o mal, quién sabe, je,je.
EliminarUn abrazo.
¡Hola, Josep! Jo, esa primera persona y ese tiempo presente logran que sintamos el mismo desconcierto, miedo y desasosiego del personaje. Por si estar desamparado en plena batalla no fuera poco, consigues aumentar la tensión conforme se acerca el continuará avanzando con los sentidos lo que en ese momento se acerca. Escucha sus pasos, su respiración... hasta que al final ve a ese soldado a su lado, un soldado que no sabemos si es amigo o enemigo. Y con ello, nos quedamos con las ganas de saber qué le sucederá. ¡Estupenda participación! Un abrazo!!
ResponderEliminar¡Hola, David! El empleo de la primera persona es más personal, je,je. Uno empatiza más con el protagonista y se pone en su lugar, en lugar de ser un mero espectador.
EliminarObservo que tu microrreto está dando mucho de sí, disparando la imaginación de muchas historias inacabadas, ja,ja,ja.
Muchas gracias por tu lectura y tu comentario.
Un abrazo.
P.D.- Por los comentarios que recibe mi relato, veo que mucho/as lectore/as creen que este reto es un concurso y que, como tal, se otorgará un premio al ganador o ganadores, je,je. Para mí, el mejor premio es que acabe siendo publicado en la antología correspondiente.
Josep que buen micro, tenso y angustioso, nos ponemos en lugar de ese soldado y pedimos que no sea el enemigo, a menos que fuera Adolfo Hitler el que estuviera herido, si es así, seria una pena que no fuera el enemigo, ja, ja.
ResponderEliminarUn increíble continuará el que nos brindas. Feliz semana.
Si fuera Hitler el herido, desearía que alguien acabara con él y el resto del ejército fuera a rematarlo, je,je.
EliminarNo, en realidad estamos ante un muchacho que, en mi imaginacipon, he situado a finales de la guerra civil española. Según el bando al que pertenezca, deseará que sean soldados republicanos o "nacionales" (rebeldes) los que le encuentren.
Un abrazo.
Para tu protagonista sería una putada morirse en ese momento, y para mí quedarme sin saber qué pasa. Este reto de David no me mola nada, ¡qué manera de dejarnos colgado, por Dios!
ResponderEliminarGenial historia y ha cumplido (por desgracia para mí) su función.
Un beso.
Mientras escribía este micro, pensaba en los dos soldados protagonistas de "Nos vemos allá arriba", la novela de Pierre Lemaitre, que caen malheridos en las postrimerías (uno o dos días antes del armisticio) de la primera guerra mundial. Siempre he pensado que, si toda muerte en la guerra es una putada, más lo debe ser morir el primer o último día de la contienda, como un pobre pringao que no le ha dado tiempo a nada.
EliminarY bueno, yo he actuado así por exigencias del guion, y si David me reta a escribir un micro que acabe de este modo, pues lo hago y punto, ja,ja,ja.
Un beso.
Simplemente el estruendo de los cañonazos ya debe ser aterrador. Así que con la que le viene encima la cosa está de lo más cruda. 🖐
ResponderEliminarNo puedes imaginarte lo que impresiona un cañonazo, sobre todo si lo oyes de cerca. Yo lo sé por mi experiencia en la mili y concretamente en artillería, je,je.
EliminarY sí, el pobre soldado herido lo tiene muy crudo.
Un saludo.
Que bien descrita toda la escena, la angustia del personaje sobrecoge es no saber quien le va auxiliar es intrigante a tope.
ResponderEliminarEsperamos a ver como se resuelve la cosa.
Un abrazo Josep
Puri
Ya dice el refrán que quien espera, desespera, pero sobre todo si se está a expensas del enemigo o a las puertas de la muerte.
EliminarUn abrazo, Puri.
Esta vez juego con ventaja porque al no poder haberte leído antes me he encontrado con las dos partes de un tirón. Y desde luego corro a leer la siguiente.
ResponderEliminarAbrazos.
Es lo que tiene esperar. A veces llegar tarde es mejor que ser puntual, je,je.
EliminarUn abrazo.
Muy buenas descripciones, me sentí como si estuviera en medio de esa batalla. Qué situación, no poder moverse y estar a expensas de quien sea que pueda encontrarte. Buen microrrelato. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegro que esa sensación de impotencia que deía sentir el soldado herido te haya llegado.
EliminarUn abrazo, Cyn.
Hola, Josep Mª! Te ha quedado muy chulo el microrrelato. Has descrito muy bien la escena donde un soldado está malherido, quedando a merced de las inclemencias del tiempo y de las posibles alimañas. Poniéndose la situación la mar de "chunga" al final del micro cuando cabe la posibilidad de que caiga en manos del enemigo. ¡Compañero, menudo panorama! Me ha gustado mucho. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, Beri. Es que tiene que ser muy angustioso estar pendiente de ser, immóvil por culpa de las heridas, y sin saber si quien aparecerá será amigo o enemigo. De ello depende su vida.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Hola, Josep Mª!
ResponderEliminarUn micro duro, el sufrimiento de un soldado que tiene que sufrir las consecuencias de una guerra que él no pidió. ¡Me ha encantado!
Saludos
El sufrimiento siempre es un hecho duro de asimilar, tanto para quien lo experimenta como para quien lo contempla. Incluso, a veces, para quien lo lee, je,je.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Hola Josep. ¡Qué manera de crear tensión con tan pocas palabras! No sabemos sin don amigos o enemigos, pero espero que el pobre soldado vea la luz del nuevo día.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Hola, Bruno. Si te pica la curiosidad y quieres saber cómo continúa esta historia, tienes a tu disposición la segunda parte, y ahora mismo voy a pubicar la tercera y última, je,je.
EliminarUn abrazo.
¡Hola! Una historia muy conseguida, transmite inquietud, angustia, la agonía de la incertidumbre... y para colmo, un continuará que dejas al lector/a con todos esos sentimientos a flor de piel!!. A mí me has dejado totalmente colgando del abismo, queriendo saber si quienes lo encuentran son amigos o enemigos, porque, a mi parecer, de entrada, existen estos dos caminos posibles, pero muy muy contrastados, porque imagino que uno podría dar lugar a un final de salvación y el otro, todo lo contrario... Y este hecho en sí, del 50%-50%, me parece que tiene una excepcional carga dramática.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Hola y bienvenida. Quien está realmnete al borde del abismo en esta historia es ese pobre soldado. Ignora lo que le deparará ese encuentro fortuito, aunque deseado. La intriga se balancea entre sobrevivir o morir en el intento. Es un dilema muy duro para él, y para el narrador, ja,ja,ja.
EliminarUn abrazo.
Un inicio muy inquietante para incentivar nuestra expectación ante esta crítica situación del protagonista en plena refriega.
ResponderEliminarReto más que superado.
Un beso, Josep.
Hola, Estrella. Tenía que ser mínimamnete intrigante, para dejar al lector en ascuas, je,je.
EliminarUn beso de vuelta.
Ostras no había visto que participabas en este reto. Bueno ahora tengo la suerte de leerlo corrido jeje. Por lo pronto esta parte es la hostia, no se si está muerto o vivo, te cuento en la siguiente. Muy bueno compañero.
ResponderEliminarSi eres de las que les gusta leer un relato en tres partes de corrido, estás de suerte, pues no has tenido que esperar, je,je.
EliminarUn abrazo.