Seis meses hace ya que todo
empezó y todavía no han logrado descubrir a los culpables. Con la primera desaparición
nadie podía adivinar lo que estaba por venir. El único testigo de ese primer
caso solo pudo afirmar que le vio con un cura. La sotana le delató. Aseguró
que, por desgracia, no pudo verle la cara, pero sí la del chaval. Sabía que era
uno de la clase de los mayores. Lo conocía por haberle visto muchas veces en el
patio, cuando iba a recoger a su hijo.
Todos los secuestros tuvieron
algo en común: se produjeron a la salida del colegio, aprovechando la aglomeración
y confusión reinantes a esa hora. Lo que resultó sorprendente para todos
─padres, maestros y policía─ fue que los desaparecidos fueran internos, de ahí
que sus padres no les echaran en falta ni supieran nada de lo ocurrido hasta
que se les comunicó el infortunio. ¿Qué hacían, pues, fuera del colegio cuando
debían haberse retirado a sus habitaciones o a la sala de estudio? ─se
preguntaron. En todos los casos, seis en total, los poquísimos testigos
oculares ─ya se sabe que la gente va a lo suyo, sin reparar en lo ajeno─ coincidieron
en haber visto a los chicos marcharse con un hombre ataviado con una sotana. Era
de esperar, pues, que sospecharan de todos y cada uno de los curas del colegio.
Más de treinta.
¿Dónde estarán y qué les habrán
hecho a esos pobres muchachos?, se estará preguntando todo el mundo, empezando
por los padres de los desaparecidos. Los padres. Ojalá sufran lo indecible. Se
lo merecen. No mostraron demasiado interés por saber la verdad sobre aquel “incidente”,
como lo llamaron. Miraron hacia otro lado. Deberíamos haberlos hecho
desaparecer también a ellos.
¿Quién puede adivinar quienes
son los causantes de esas desapariciones? Después de lo que ocurrió, nuestro
comportamiento nunca ha dado lugar a sospechas. Todo quedó en nada y todo
volvió a la normalidad. Ya es cosa del pasado. Punto y aparte.
Se dice que la policía está estrechando
el cerco y cree saber dónde pueden encontrar a los secuestradores. Hemos oído
que solo es cuestión de días para que descubran nuestro escondrijo. No sabemos
si es cierto o solo es un farol para tranquilizar a la opinión pública. Claro
que el factor sorpresa es fundamental. Quizá sí que estén atando cabos. De ser así,
no hay tiempo que perder. Tendremos que pensar en lo que vamos a hacer.
******
Ya hemos tomado una decisión. Lo
primero será deshacernos de las asquerosas sotanas. Un buen fuego servirá.
Nadie se extrañará de ver una hoguera en la noche de San Juan. Luego los
cuerpos. El olor a carne quemada se hará notar, pero están tan escuálidos que
las llamas los consumirán en poco tiempo. Lástima, hubiéramos deseado prolongar
un poco más su suplicio. Se lo tenían merecido. Abusaron de nuestra confianza y
de su autoridad. Nadie nos creyó. Nadie les culpó. Fue su palabra contra la
nuestra. Y sus abusos quedaron impunes. Hasta ahora. Esta vez han sido ellos
quienes han caído en la trampa.
Es el fin. No nos queda más
remedio que volver al colegio e inventarnos alguna historia sobre nuestra
desaparición. Cualquier cosa valdrá. ¿Acaso no dijeron que éramos unos chicos con
una gran imaginación? Después de aquel “incidente” seguro que nadie se atreverá
a preguntar qué hacíamos de la mano de aquellos curas. Tampoco creemos que
quieran saber qué ha sido de ellos.
*Versión extendida del microrrelato de igual título con el que concursé en el 11º concurso de microrrelatos de terror y gore de Molins de Rei (Barcelona).
Un relato realmente brillante, Josep Mª. Sales por donde menos se lo espera uno y, aunque acostumbrada ya a esos finales inesperados, y presintiendo cualquier desenlace posible, esta vez me ha pillado por sorpresa y me ha parecido genial.
ResponderEliminarFelicidades por este relato tan sorprendente que, además, hace justicia.
Un beso.
Muchas gracias, Rosa, por tu comentario tan halagador. Tenía dudas con respecto a la sorpresa que pudiera llevarse el lector, seguramente porque yo sabía de buena tinta el final, jeje.
EliminarMe alegra saber, pues, que conseguí mis dos objetivos: el primero, que el relato gustara, y el segundo, que sorprendiera.
Un beso.
Hola Josep, me he quedado fascinado y en una segunda lectura literal, de cómo has conseguido girar los acontecimientos que el lector parece adivinar en un principio de los hechos.
ResponderEliminarNo siempre son las cosas como parecen y con tu relato nos sorprendes gratamente con tu narrativa.
Un abrazo.
Pues me alegra haber podido conseguir ese efecto, ya que, como le he comentado a Rosa, tenía mis dudas, cosa que siempre me ocurre cuando presento un relato a un concurso. Primero me satisface y, una vez lo he presentado, no me acaba de convencer. El próximo mes tengo previsto tratar este tema en mi otro blog, Cuaderno de bitácora, una vez hayan concluido todos los concursos a los que me he presentado hasta ahora.
EliminarVolviendo al presente, te agradezco mucho tus palabras. Y, en efecto, las cosas no siempre son lo que parecen.
Un abrazo.
Hola Josep Mª. He hecho como Miguel Pina, he vuelto a leer el relato para así, sabiendo el desenlace, disfrutarlo en todo su esplendor, por lo bien narrado que está y porque nada me hacía presagiar ese final.
ResponderEliminarConsidero que hubiera sido un digno ganador del concurso, la verdad.
Un beso
Vaya, Chelo, muchas gracias!!
EliminarNo sé si el relato era digno o no, pero lo que sí puedo decir es quizá no ses lo suficientemente terrorífico o gore como para llevarse el premio. Es la tercera vez que concurso en este certamen y sigo sin aprender la lección. Cuando leo luego los relatos ganadores (uno en la modalidad en catalán y otro en la de castellano) compruebo que no doy en el clavo. Al parecer mis relatos no son lo suficientemente repugnantes, jajaja
Un beso
Ahora que acabo de ver que participas com este relato en el concurso, te deseo suerte, Josep Mº.
EliminarUn beso
Pues muchas gracias de nuevo, Chelo. Muy amable por este detalle.
EliminarUn beso.
¡Fantástico relato Josep!. Enhorabuena porque, aunque el microrrelato no fuera lo suficientemente gore para ganar..., no te quepa duda de que sorprende y gusta mucho :) Me encantan tus giros, y tus sorpresas :) Gracias por compartir compañero de teclas. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga lectora y viajera. Me encantan los giros, aunque a veces me producen mareos, jajaja.
EliminarUn abrazo!
Muy interesante y sorprendente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, compañero.
EliminarUn abrazo de vuelta.
Hola Josep, Fíjate que estaba yo queriendo coger el hilo con la historia vampiresca anterior pensando que no se había terminado, y no me cuadraba, jajaja.
ResponderEliminarBueno, pues es un relato bastante morboso e impresionante, con toda la buena imaginación con la que te mueves siempre y que te quedó genial con ese giro que consigues en la mente del lector creando una confusión de momento.
Y en cuanto a los concursos ya sabes, el que la sigue, la consigue...
Un abrazo.
Jajaja. La historia vampiresca llegó a su fin. Por eso pude el cartelito FIN, jeje
ResponderEliminarEsta es, efectivamente, una historia morbosa, pero tenia que serlo si quería participar en ese concurso, aunque reconozco que no es mi punto fuerte.
De todos modos, es agradable observar que los que la habéis leído os ha gustado o, por lo menos, entretenido. Siempre es mejor entretener que aburrir, jaja
Un abrazo, querida Elda.
Cazador cazado, se puede decir de este inquietante relato.
ResponderEliminarMe ha gustado ese giro que da la vuelta a una historia demasiadas veces repetida y nunca suficientemente castigada.
Ojalá todos los críos que han sufrido maltrato y abuso pudieran tomarse la justicia por su mano como en este relato.
No soy yo del "ojo por ojo y diente por diente" pero la impunidad en la que vive tanto sinvergüenza me vuelve muy extremista (a la par que cabreada).
Enhorabuena, Josep M., por un relato impecable.
Un abrazo.
Yo tampoco estoy a favor del ojo por ojo, pero a veces, en caliente, creo que todos hemos deseado la venganza, devolver al maltratador, al abusador, al violador, todo el mal que ha hecho del modo más duro y ejemplarizante.
EliminarMuchas gracias, Paloma, por tus comentarios.
Un abrazo.
Hola Josep Maria,
ResponderEliminarUn relato con mucha fuerza, inquietas al lector pero a la vez uno comprende y se solidariza con esos pobres niños. Terrible realidad.
Muy logrado, a pesar del tema que tocas, es realmente bueno.
Un abrazo.
Los niños son especialmente sensibles y totalmente indefensos ante ese tipo de abusos. Si nadie, ni siquiera sus propios padres, mueve un dedo para compensarles por el daño recibido acusando a los culpables e incluso ponen en duda su palabras, no les queda más remedio que actuar y tomarse la justicia por su mano. Eso es lo que he querido reflejar en este relato de ficción, pues en la realidad no serian capaces de hacer algo tan atroz.
EliminarMuchas gracias, Irene, por tu amable comentario.
Un abrazo.
Un comportamiento atroz merece una respuesta del mismo calibre. Pero si la justicia no actúa, la víctima inocente se siente desamparada. Por lo menos, a esos chicos les he dado la posibilidad de actuar por su cuenta y riesgo, esperando no ser descubiertos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un relato genial, Josep. Acostumbrados a los relatos que denuncian abusos por parte de curas, en este caso y con un giro narrativo magistral, tú los conviertes en las víctimas de unos críos con bastante poca inocencia y mucha mala idea. No sé si ponerse a la altura de lo peor de la sociedad, incluso superalo, es una forma de justicia o de degeneración penosa, pero en cualquier caso a la mayoría nos queda la sensación de que la balanza se ha equilibrado y de que podríamos mirar hacia otro lado ahora nosotros...
ResponderEliminar¡Un abrazo y feliz finde!
Muchas gracias, Julia, por tu apreciación. Esos chavales, marcados por algo que no han podido superar, especialmente cuando sus propios progenitores ignoran sus acusaciones, deciden tomarse la justicia por su mano. Evidentemente, ese sadismo, que ningún niño llegaría a manifestar en la vida real, no es más que una expresión o licencia literaria que deja aflorar los sentimientos más bajos de un ser humano. "Mis chicos" no solo se ponen a la altura de sus verdugos sino que los superan en crueldad.
EliminarUn abrazo.
Hola Josep.
ResponderEliminarComo bien han comentado los anteriores compañeros, el giro es tan impresionante que realmente dudas de lo que estás leyendo, por eso tiene mucho mérito de tu relato. Estamos acostumbrados (asquerosamente acostumbrados) a las historias de abusos a niños dentro de la iglesia, y realmente creía que el relato iba por ahí (aunque realmente sí que va por ahí). Pero el cambio te pilla desprevenido y me parece brillante. Una auténtica "vendetta" que viniendo de quien viene resulta escalofriante.
Me ha encantado, Josep.
Un fuerte abrazo y feliz sábado.
Pues sí, Ziortza, el relato va por ahí, y va más allá, hasta el punto de que la "solución final" parezca (o eso es lo que he intentado) increíble, especialmente viniendo de unos críos. Hasta qué punto una persona que ha sido vejada, humillada, forzada contra su voluntad y por la fuerza, es capaz de hacer justicia por su cuenta, no lo sé. Una cosa es desearlo y otra llevarlo a cabo.
EliminarAquí me he permitido dar rienda suelta al deseo de venganza más atroz.
Me alegra que, a pesar de lo escabroso del relato, haya gustado.
Un abrazo.
¡Hola!
ResponderEliminarQué bueno. Al igual que Chelo lo he releído sabiendo el desenlace para captar esas cosas que se nos escapan al no conocer el final, y me ha encantado.
Un abrazo y feliz finde.
A menos que no se entienda nada de nada, tanto a la primera vez como tras la segunda lectura, me gusta forzar al lector a releer un texto para cerciorarse de que lo ha entendido y, sobre todo, tal como apuntas, para apreciar esos detalles que se le han podido escapar. A mí, como lector, me gusta tener que hacerlo. Ello suele suceder cuando el desenlace es totalmente inesperado y la relectura te hace ver cosas que se te escaparon. La segunda vez que vi "Sexto sentido", observé cosas que se me habían pasado por alto, jajaja
EliminarUn abrazo.
¡Tremendo! ¡Y qué desenlace! No lo sospeché hasta que el autor quiso que lo supiésemos. Es una denuncia desarrollada desde la literatura, un cuento no tan cuento en el que has puesto imaginación, rabia en la manera de contarlo y sobre todo, una venganza más que merecida.
ResponderEliminarPor cierto, qué tétrica la imagen del colegio, casi todos eran así, grandes, grises...te lo digo yo que estuve tres años interna en un colegio de dominicas nicas nicas.
Muy buen trabajo Jose Mª
Resulta difícil engañar sin que se te vea el plumero, jeje y que, luego, cuando has desentrañado la verdad, no resulte ridículo todo el engaño. Eso suele pasar cuando se intenta forzar la historia con el único propósito de sorprender. Por eso me dan un poco de reparo este tipo de historias cortas en las que tienes que jugar con las apariencias. Me alegro, pues, si he conseguido el objetivo.
EliminarUn abrazo, Tara.
P.D.- La imagen del colegio corresponde a Las Escuelas Pías de San Antón, donde estudié desde los 6 a los 17 años, solo que ese edificio es de antes de la guerra civil. En el que yo estudié, en la misma ubicación, se reconstruyó durante la posguerra sobre las cenizas del anterior, que, según cuentan, fue pasto de las llamas por un incendio provocado por los anarquistas anticlericales. Me costó encontrarlo pero lo logré.
Abusadores con sotana, abusadores con placa de policía o título de médico o maestro. Triste es dado comprobar que los individuos despreciables saben mimetizarse o disfrazarse con profesiones que deberían ser respetables con lo que ello implican : Orientación, protección, enseñanza... Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
ResponderEliminarTu relato toca la realidad por desgracia, y hay tanta descarnada realidad que podríamos escribir tremendas historias con un final como el que le has dado a este.
Un abrazo Josep.
Esos profesionales son los que, por proximidad a sus víctimas y por la confianza que les transmiten a ellas y a la sociedad, tienen la oportunidad de abusar de su autoridad y cercanía para doblegar la voluntad de quienes deberían estar bajo su amparo y someterlos a sus bajos y repugnantes instintos.
EliminarUn abrazo, Francisco.
Gracias, Josep María, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. Un abrazo y suerte!!!
ResponderEliminarGracias a ti, David, por ofrecernos esta oportunidad. Escribimos, nos lo pasamos bien y encima hacemos amigos. ¿Qué más queremos?
EliminarAlguien dijo que lo importante no es ganar sino participar, jeje
Un abrazo.
Un relato fantástico con un final muy sorprendente que en ningún momento se adivina. Me ha gustado mucho. Suerte en el concurso.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado, Marta.
EliminarMuchas gracias por tus deseos y te adelanto los míos en caso de que decidas presentarte.
Un abrazo.
Realmente me he quedado sorprendida con el desenlace Josep, cuando vas leyendo solo piensas en los pobres jóvenes, dado que en la realidad se han dado muchos casos de abusos. Me ha gustado mucho, gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esos jóvenes son, sin duda, merecedores de lástima, pero al final se convierten en verdugos implacables, lo cual les etiqueta como asesinos de violadores. ¿Cuántas veces no habremos deseado el peor de los castigos para quienes cometen abusos sexuales, especialmente en niños?
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Conchi.
Un abrazo.
Un relato magnífico, me ha encantado el giro que da y lo sorprendente del final. Mucha suerte en el concurso. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Beatriz (no sé de dónde saqué lo de Belén, cuando dejé mi comentario en tu blog, jeje) por tus amables palabras. Me alegro que te haya gustado el relato.
EliminarUn abrazo.
Qué bueno Josep Mª, el desenlace no se espera para nada y en este caso aún me ha gustado más porque se hace justicia. Gore no me parece que sea el relato pero terrorífico desde luego que sí.
ResponderEliminarUn beso
Pues sí, Conxita, es un final justo pero ilegal. A veces, para hacer justicia hay que saltarse la ley, por duro que sea.
EliminarMuchas gracias por leerme y dejar tu comentario.
Un beso.
Hola Josep
ResponderEliminarHe disfrutado el relato.
Intriga y misterio, distintos narradores y final sorprendente.
Personalmente no doy dos duros por el futuro de esos chicos, tomarse la justicia por su mano a esa edad... no creo que se conviertan precisamente en angelitos!
Ya tienes tema para una segunda parte: el reencuentro 20 años después...
Enhorabuena.
Saludos
Hola Paola,
EliminarMe alegro que te haya gustado, a pesar de ese final tan tétrico.
Yo también creo que el futuro de esos chicos será más bien oscuro, siempre penderá sobre sus conciencias (o por lo menos de sus mentes) la atrocidad de ese acto justiciero y vengativo.
Y no está mal su sugerencia de una continuación, jeje
Un abrazo.
Un relato extraordinario con una vuelta de tuerca final realmente sorprendente. Dramático y brutal, propio de una historia de venganza.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso, Josep. Un saludo.
Muchas gracias, Bruno, tanto por su amable critica como por tus deseos.
EliminarUN abrazo.
Hola Josep. Me has dejado anonadado con el final de tu relato, que realmente no esperaba. La narración en la primera persona del plural creo que influyó mucho en la intriga, ya que no lograba encajar las piezas, pero cuando avanza la segunda parte el panorama se va aclarando de un modo tenebroso, porque el desenlace es brutal. Pero eso no quiere decir que la vejación de los niños o muchachos por parte de los curas no sea tanto o más brutal, porque les deja una impronta para toda la vida de la que muchos no logran salir y pueden convertirse en vengadores de la crueldad sufrida, en candidatos al suicidio, en intentos vanos de sanar una herida que les impide disfrutar de la vida, u otras desgracias.
ResponderEliminarUn relato contundente, muy bien escrito, y con una crítica social merecedora de elogio.
Te deseo toda la suerte para el concurso del tintero. Un saludo.
Ariel
Hola Ariel. Me alegra que este relato te haya causado tan buena impresión y te agradezco tus comentarios.
EliminarCuando las víctimas de abusos de esa índole se ven abandonadas e ignoradas por quienes deberían apoyarlas y defenderlas, es lógico que nazca en ellas un deseo irrefrenable de venganza. La crueldad puede generar crueldad, del mismo modo que el odio genera odio. Los niños son los seres más indefensos ante la brutalidad de los abusos sexuales por parte de quienes tienen la responsabilidad de educarlos y protegerlos. La fantasía de este relato les ha dado alas para convertirse en verdugos de sus verdugos.
Gracias por tus buenos deseos.
Un saludo.
Hola Josep Mª, Vaya tela. He tenido que leer el relato un par de veces porque me había perdido al comienzo, como si fueran dos narradores y tal vez sea así. Me he despistado tal vez, como sugerencia, sería ahí donde colocar las estrellitas (más de treinta... y ...dónde estarán?) La historia sorprende por ese giro al final, me ha parecido genial, vaya venganza por los estudiantes. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Eme, por tu comentario. Entiendo que la forma narrativa del inicio pueda crear confusión. De hecho, es lo que pretendía. He puesto la voz del narrador (que no es el narrador omnisciente) en boca de uno de los personajes, en este caso uno de los niños secuestradores, que cuenta los acontecimientos de forma neutral y en tercera persona, hasta que se desvela su identidad cambiando a la primera persona. Quizá esta idea, no sé hasta qué punto original o más bien extravagante, ha podido crear un desconcierto mayor del que pretendía. Aun así, me alegra que, en su conjunto, la historia te haya gustado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un relato envolvente que lleva de la mano al escenario y me quedo con sabor a venganza o justicia por propia mano. Suerte
ResponderEliminarMuchas gracias, Xavier, por venir a leerme y dejar tu amable comentario.
EliminarUn saludo.
Hola, Josep Mª. Muchísimas gracias por compartir este excelente relato que huele no sólo a las hogueras que tan bien "vemos" en él, sino a un puesto muy alto en el ranking final de "El tintero de oro". ¿Es necesario que diga que me ha encantado y que he disfrutado mucho leyéndolo?
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte en el concurso, aunque opino que no la necesitarás...
Un abrazo.
Muchísimas gracias a ti, Patxi, por tan elogioso comentario y por tus deseos. Muchas hogueras deberían acabar con la inmundicia, la escoria y la basura humana que son esos abusadores de menores. Si realmente existiera el infierno, esos deberían ser los que ardieran en él.
EliminarUn abrazo.
¡Hola Josep! Un relato sobre un tema muy duro, la justicia no llega,o llega tarde. Terrible que niños y jóvenes tengan que soportar el abuso. Robar la inocencia, debería estar penado siempre. Es que esto me supera. Tu relato reivindica en cierto modo a los protagonistas de tu historia. ¡Saludos!!
ResponderEliminarHola Mirta. Además de la dureza del tema, sacando a la luz ese comportamiento brutal e ignominioso por parte de quienes deberían cuidar de los niños, podríamos reflexionar en la sed de venganza que se despierta cuando la justicia no actúa. Tomarse la justicia por su mano no debería ser nunca la solución, pero he llevado al extremo este hecho por tratarse de un relato de ficción. A veces, sin embargo, hemos visto como la realidad supera a la ficción.
EliminarUn abrazo.
Josep un buen relato, tocas una realidad que siempre prescribe antes de juzgarla. Pero la vuelta que has dado a la historia es sorprendente y es un giro inesperado. Esos niños supieron bien vengarse. ¡Suerte en el concurso!
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Mamen. Me alegro que te haya parecido un buen relato. El tema, desde luego, se las trae, y encima he echado más leña (o sotanas) al fuego, jeje
EliminarTe deseo también suerte en el concurso.
Un abrazo.
Hola Josep,
ResponderEliminarParece que hay una historia fuerte y potente por ahí debajo. Por eso como lector tiquismiquis siento que se difumine aunque no se desperdicie del todo. Como lector me pierdo por los vericuetos de un relato donde el autor es omnipresente aunque en apariencia haya un narrador plural en primera persona. Me queda una intriga después de leer el relato varias veces, tal parece que es ese el objetivo del autor, y después de leer los comentarios lanzó un par de preguntas, al autor y a los comentaristas que me precedieron : ¿cuál es el "incidente" sobre el que se soporta la historia? ¿Es un MacGuffin?
Ya digo que hay una historia potente sin duda, pero ese afán de buscar sorpresas sorprendentes sorpresivamente sospechosas, es un castigo para el lector. Porque este lector que me acompaña, no se entera ni se enteró de lo que pasa o pasó, aparte de una crónica de sucesos disimulada y poco verosímil en su desarrollo (no en el hecho de que hubo y hay curas y frailes depredadores)
Ni que decir tiene, que es mi opinión tan despreciable como la de cualquiera, pero con una garantía y es que me gusta tu trabajo y como digo, tal vez merezca la pena dar un par de vueltas y mostrar lo que quieras mostrar, con un punto de vista claro que te permita elegir un narrador. Ya se encargará el narrador de repartir juego después sin necesidad de que el autor se meta a estorbar y enturbiar el baile entre narrador y lector. Ahí está la magia. Un abrazo y a disfrutar de los "David"��
Hola Don,
EliminarAhora he sido yo quien ha tenido que releer tu crítica, que nada tiene de despreciable, para entender su verdadero significado. Creo haber entendido, en tu exposición, casi tan larga como mi mircorrelato, que este no te ha gustado y que no lo has entendido. Lo que no sabría decir es si no te ha gustado porque no lo has entendido o viceversa. Explicarte lo que he pretendido contar sería como explicar el significado de un chiste que no se ha comprendido. No tiene gracia.
Como debes saber, este relato, al participar en un certamen de microrrelatos, tuvo que ajustarse a un número limitado de palabras, 333 para ser concreto, aunque yo lo extendí un poco a la hora de publicarlo en mi blog. Un relato así debe, por lo tanto, comprimir y sintetizar al máximo una historia que, de otro modo, sería mucho más larga, sustituyendo la posibilidad de explayarse en descripciones por pistas que el lector debe interpretar. Si no lo he logrado, es culpa mía.
De todos modos, y como esta historia no tiene nada de chiste, aunque sí de fantasía, voy a intentar aclarar tus dudas, haciendo una breve sinopsis del argumento: el narrador es uno de los muchachos internos en el colegio de curas que sufrieron abusos sexuales por parte de algunos de estos sacerdotes. Como ni los padres ni la institución dieron credibilidad a su denuncia, deciden tomarse la justicia por su mano de la forma más cruel posible. A la vista de los pocos testigos, los muchachos aparentan ser secuestrados por unos curas, cuando, en realidad, son ellos quienes, atrayéndolos con malas artes, los recluyen en un escondrijo para someterlos a tortura. Al sospechar que van a ser descubiertos, deciden deshacerse de los maltrechos sujetos y de sus pertenencias y regresar al colegio excusándose con cualquier mentira, como la que, en su día, fue calificada su acusación.
Aunque siga sin gustarte la historia, por lo menos espero haberte podido aclarar que el “incidente” no es más ni menos que la trifulca que se organizó con la denuncia por parte de los chicos de unas violaciones que fueron consideradas por padres y religiosos como una invención, una calumnia. Si es o no un MacGuffin se lo tendría que preguntar a Hitchcok.
Si aun así no he logrado hacerte entender el meollo de la historia, lo siento, y como diría tu personaje: éche o que hai.
Yo también te deseo suerte en el concurso.
Un abrazo.
De nuevo Josep, y vaya por delante que no me gusta irrumpir en espacio ajeno. Cuando lo hago también envío por delante mi mano fraternal y abierta seguida por la risa franca y un deseo inmenso de aprender y compartir.
ResponderEliminarAgradezco mucho tu respuesta y únicamente aclaro alguna cosa que se haya podido quedar enredada en el fragor del combate (es broma ¿eh?) :
1 - El relato sí me ha gustado, y así lo escribí sin dudar (repito mis frases entre comillas) : «... me gusta tu trabajo y como digo, tal vez merezca la pena dar un par de vueltas y mostrar lo que quieras mostrar, con un punto de vista claro que te permita elegir un narrador».
2 - El relato (anécdota, argumento ) sí lo he entendido y así lo escribí para aclarar : « una crónica de sucesos disimulada y poco verosímil en su desarrollo (no en el hecho de que hubo y hay curas y frailes depredadores)»
3 - Sigue gustándome la historia y te agradezco lo de la aclaración del "incidente", sobre manera porque a eso me refería cuando escribí sobre el riesgo de "buscar sorpresas sorprendentes sorpresivamente, sospechosas". El "incidente", sobre el que se soporta la historia como bien acabas de escribir : "no es más ni menos ... la denuncia por parte de los chicos de unas violaciones... consideradas .. una invención, una calumnia". ¡casi nada lo del ojo , como para dejarlo en "incidente"! (permíteme el tono jocoso pero no por ello menos respetuoso)
Eso es lo que echa a faltar un lector empedernido. El desencadenante de la historia, lo que puede forzar la verosimilitud aunque esta no exista. (Seis meses, seis frailes, seis alumnos)
Kurt Vonnegut ofrecía una lista de ocho simples reglas, una de las cuales resulta muy efectiva :
Dale a tus lectores toda la información que sea posible tan pronto como sea posible. Al diablo con el suspense. Los lectores deberían tener una comprensión tan completa de lo que está pasando, dónde y por qué, que si las cucarachas se comieran las últimas páginas, ellos mismos podrían terminar el cuento.
Y para acabar y no dar más la brasa, estimado Josep, sí he entendido el meollo de la historia y es ese meollo el que empujó a hacer mi comentario fraternal y agradecido por tu trabajo, la prueba de lo cual es que que precisamente empecé así :«Parece que hay una historia fuerte y potente por ahí debajo. Por eso como lector tiquismiquis siento que se difumine aunque no se desperdicie del todo.».
En resumen, ha sido un placer departir y compartir contigo y con el resto de colegas en este espacio que nos montó el maestro David.
Un abrazo, salud y que las puntuaciones te sean propicias
Muchas gracias, Don, por tus explicaciones y haberte tomado tu tiempo para aclarar este pequeño pero interesante contencioso literario (también es broma), jeje
EliminarAcepto todas y cada una de tus observaciones. Solo me atrevería (osado que es uno) a poner una pequeña pega a la regla de Vonnegut que mencionas y a las de tantos otros teóricos de la escritura. En mi cortísima y escasísima formación como escribiente, me he forjado unas pocas opiniones y una de ellas es que las reglas de los maestros están para conocerlas, procurar seguirlas (sobre todo en un principio), para luego para dejarlas de lado si así te sientes más libre y cómodo. Según me dijo alguien durante ese periodo de formación (o quizá de deformación), al lector no hay que darle todo bien mascado, hay que dejarle volar la imaginación. Hay que darle la información justa y necesaria para que siga el curso de los acontecimientos pero dejándole con las ganas de saber más. Pero quién soy yo para decir algo así, un simple aprendiz en este difícil arte de la escritura que se ha lanzado al ruedo al poco de jubilarse. Yo me limitaría a decir aquello de que cada maestrillo tiene su librillo. Y mucho me temo que yo ni siquiera llego a ostentar ese titulillo, jajaja
Un abrazo, Don, y que el concurso también te resulte propicio.
De acuerdo colega. Comparto esas opiniones. Ha sido un placer enriquecedor además este intercambio de experiencias. Es un buen lugar sin duda.
EliminarUn abrazo
Hola Josep. Vengo de lo de David y he disfrutado leyendo tu relato. Un buena vuelta de tuerca (otra forma de morir), con un desenlace sorpresivo e interesante. Buena suerte en el concurso. Cariños.
ResponderEliminarHola Vivian. Me alegro que el concurso organizado por David Rubio te haya traído hasta aquí y que te haya gustado mi relato, sorpresa incluida, jeje
EliminarMuchas gracias por tu presencia y por haber dejado tu comentario.
Un abrazo.
Hola Josep.
ResponderEliminarComo dicen por ahí, "¡con el correo hemos topado!". Interesante relato en el que vas dejando pistas hasta el giro final. Muy bien logrado e efecto. Me ha gustado.
Suerte en el tintero..
Un abrazo.
Jeje. Muchas gracias, Jean, por tu comentario y tus buenos deseos.
EliminarUn abrazo.
Hola JOSEP!!! Creo que tu relato comienza con buen tono y logra atraparnos, aunque me pasó que muy pronto me intuí la vuelta de tuerca. La frase "Los padres. Ojalá sufran lo indecible. Se lo merecen. No mostraron demasiado interés por saber la verdad sobre aquel “incidente” me saltó pues rompe por completo con la voz narrativa planteada aunque, claro, se explica más abajo, cuando sabemos a quienes han secuestrado...
ResponderEliminarCreo que un gran acierto es dejar a la imaginación del lector el "incidente" y todo lo terrible que somos capaces de imaginar sin que no lo digas.
Suerte en el concurso!!
Abrazo!
Hola Diana. Muchas gracias por dejar tu opinión. Deseo que en la vida real no hayan muchos "incidentes" como ese, pero si los hay tampoco deseo que se resuelvan del modo en que lo he imaginado. Pero siempre hay que hacer justicia.
EliminarTambién te deseo suerte en el concurso con tu velo.
Un abrazo.
Sorpresa!!! Muchos interrogante abiertos para quien quiera imaginar.
ResponderEliminarMe gustó.
Un abrazo.
A fin de cuentas ¿no se dice aquello de "la imaginación al poder"? Pues eso, jeje
EliminarMe alegra que te gustara.
Un abrazo, David.
Hola, Josep. Me ha parecido un buen relato con una vuelta de tuerca al final inesperada. Está bien contado y no hace falta que sea terrorífico para que sea un texto que se lea con ganas hasta el final. El tema es duro y actual y sí dan ganas de poner para siempre entre rejas de por vida a todos loa abusadores de niños. Lo del narrador despista porque empieza narrando, como dices, un niño y después pasas a un primera persona del plural. En el final, con esa gran sorpresa que le das al lector se me queda una pregunta bailando.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso. Abrazos.
Hola Lana. Observo que la figura del narrador ha creado más de una confusión. El niño-narrador describe, o cuenta, lo que ha ocurrido, primero de forma imparcial (quizá por ello parezca la voz de un narrador "externo") para luego hablar en nombre del grupo de niños.
EliminarMuchas gracias por tu paciente lectura y por tu comentario. Y. cómo no, por tus buenos deseos, que hago recíprocos.
Un abrazo.