Este relato lo escribí hace
hoy dos años. He modificado el título y he introducido algunos cambios en el
texto. Pero, en el fondo, todo es igual, como lo es el propósito que me ha
llevado a publicarlo de nuevo: que los buenos deseos para el próximo año no
queden en simples palabras y buenas intenciones, sino que los hagamos realidad,
sin esperar otro milagro que el de nuestro propio esfuerzo. ¿Tenéis ya
preparada vuestras lista de propósitos para el 2018? ¿Estáis dispuestos a
cumplirlos? Sea como sea, feliz año nuevo.
A José, la tonadilla de los
niños del colegio San Ildefonso ya no le suena igual que cuando era pequeño.
Tampoco le produce la misma emoción. Entonces esa cantinela infantil anunciaba
el inicio de las vacaciones navideñas, tan esperadas, y ahora le produce una
profunda nostalgia.
Ya lleva unos cuantos años, no
quiere ni contarlos, viviendo solo y trabajando doce horas diarias para llenar
el vacío que habita en su existencia. Apenas sale, por mucho que su hijo le
insista para que haga alguna actividad. No es sana la vida enclaustrada que
lleva. Le anima a trabajar menos y a divertirse más.
Llegadas estas fechas, José
toma una hoja de papel y escribe sus propósitos para el año nuevo, pero tras el
tercero ya se le terminan las ideas. Hay uno, sin embargo, que cada año
encabeza la lista y esta vez se compromete a llevarlo a cabo: hacer ejercicio.
A su edad la salud es lo que
más le preocupa. A la vista de los resultados de los últimos análisis, el
médico le ha recomendado ponerse a dieta y, sobre todo, caminar. Lo de la dieta
va en segundo lugar en su lista de propósitos, seguido de dejar de fumar. El
cuarto lo ha olvidado, ya lo pensará luego. Ahora tiene mucho trabajo que
hacer, el que se ha llevado a casa, pues prefiere el ambiente de su piso que el
de las frías oficinas. Además, puede trabajar más tranquilo, sin interrupciones
de las señoras de la limpieza o del vigilante jurado que no paran de
preguntarle si tardará mucho en marcharse.
Salvo la Nochebuena, que la pasará
con su hijo, su nuera y sus dos nietos, los pocos días de vacaciones que tiene se
quedará en casa, trabajando. Siempre tiene cosas que hacer.
A medida que se acerca el fin
de año, a José la sensación de soledad se le va intensificando y recapacita. Se
convence de que tiene que poner fin a este tipo de vida. Y vuelve a tomar esa
hoja de papel que dejó a medias y empieza a añadir buenos propósitos: beber
menos, ese era el cuarto que había olvidado; estudiar inglés; apuntarse a ese
curso de pintura; dedicar más tiempo a los amigos y a la familia; viajar; darse
algún capricho de vez en cuando y… ¿por qué no?, podría intentar salir con
alguien. Podría proponérselo a Rocío, su compañera de trabajo, viuda como él,
que ya va siendo hora de que vuelva a vivir la vida, que total son dos días y
él todavía tiene cuerda para rato. En definitiva, tiene que cambiar de vida y
eso es lo que va a hacer.
Cada día, antes de acostarse,
relee, uno a uno, esos propósitos que le tienen que sacar de la monotonía a la
que lleva tanto tiempo entregado.
El primer día del año nuevo
saldrá a pasear. Ese será el primer propósito a cumplir. Los excesos
alimenticios se acabarán tan pronto se acueste la noche de fin de año. El resto
de propósitos los irá cumpliendo uno a uno, sin prisa, pero sin pausa.
En la cena de Navidad de la
empresa, todos sus compañeros comentaron, entre copa y copa, sus deseos para el
nuevo año. También tenían su lista de buenos propósitos, pero con una
diferencia: él sí sería capaz de cumplirlos. Al despedirse, deseándose
mutuamente un feliz año, sabe que, cuando los vuelva a ver, será un hombre
nuevo.
La melancolía que le embarga
en la Nochevieja toca a su fin. Solo quedan unos minutos para estrenar un nuevo
calendario. Año nuevo vida nueva; eso es lo que se dice y así será. Mañana será
el primer día de su nueva vida ─piensa José. Hoy será el último de su aburrida
existencia, la de todos estos años tan vacíos. Y pensando en esos buenos
augurios, se acuesta poco después de medianoche, tras haberse tomado las
doce uvas en solitario como preludio de lo que está a punto de iniciar. Medio
adormecido por el último exceso de alcohol y con el bullicio del vecindario
como telón de fondo, se sumerge en un sueño profundo, el sueño que será la
frontera entre el antes y el después.
*********
El primer día del año amanece
frío y gris, tal como predijeron los meteorólogos. Enciende la calefacción y
mientras se toma la primera taza de café, contempla la calle desde la ventana
de la cocina. Todo está desierto y lóbrego a las ocho de la mañana. Él se
acostó inusualmente temprano, pero los demás debieron celebrar el Año Nuevo
hasta el amanecer.
El cielo, de un gris plomizo,
transpira tristeza e inspira apatía, abandono y melancolía. Pesa como una losa.
Hoy no saldrá a pasear, hace demasiado
frío y puede que nieve. Mañana será otro día. Ahora que lo recuerda, al día
siguiente, en la oficina, le espera un follón de mil demonios.
Siente apetito, abre la nevera
y desayuna algo con las sobras de la noche anterior. Cuando se acaben, comeré
más sano ─se dice─. Toma otro café cargado y lo acompaña con un cigarrillo. Y
luego otro. Cuando acabe este paquete dejaré de fumar ─piensa─. Entonces repara
en la hoja de papel que se dejó sobre la mesa, en la que escribió los diez
buenos propósitos para el año que acaba de empezar. La toma con cierta aprensión, lee lo que hay escrito de su puño y letra y la arroja a la papelera aun sintiendo un leve remordimiento. No necesito ninguna lista que me recuerde lo que
debo hacer, ya sé lo que me conviene ─exclama en voz alta─. Y puesto que le
quedan muchas horas por delante, abre el portátil y se dispone a aprovechar el
tiempo libre para adelantar el trabajo pendiente.
Cuando al día siguiente, la
mujer de la limpieza vacíe la papelera, destruirá, sin saberlo, todos los
propósitos de enmienda de José y, con ellos, su nueva vida. Hasta el próximo
fin de año.
¡¡¡¡Hola!!!!
ResponderEliminarLa verdad es que todos hacemos lo mismo, y nos "marcamos un Scarlett O´hara" con el mañana será otro día.
Yo el año pasado me marqué algunos con el blog, por ejemplo mirar las estadísitcas, y al final no lo he hecho.
Muy muy feliz entrada y salida de año.
Un abrazo.
Hola Gemma. Creo que, quien más quien menos, todos hemos caído en la tentación de los buenos propósitos. Pero del dicho al hecho... jajaja.
EliminarQue el cambio de año te sea favorable para que, esta vez sí, todos tus deseos se hagan realidad.
Un fuerte abrazo.
Muy bueno!! No sé de dónde vendrá esa tradición de los propósitos pero vamos, no sé si alguien es capaz de cumplirlos jajaja una vez leí que los cambios en el estilo de vida (dieta, ejercicio, dejar de fumar) nunca deben realizarse al inicio de algo, como el 1 de enero o un lunes, que mentalmente es mejor hacerlo un miércoles cualquiera. Pero tampoco sé si me puedo fiar de ese artículo así que...jajaja
ResponderEliminarMi propósito para el año nuevo, ya lo he dicho varias veces, es organizarme mejor y también trabajar menos y escribir más!! Aunque lo de trabajar menos, por desgracia, no depende de mí...pero en fin, no me voy a quejar ahora del trabajo.
Me ha encantado el relato, es muy realista :))
Un besote y que todos tus propósitos se cumplan!! :))
Hola María. Yo supongo que siempre queremos hacer algo nuevo y pasar página, pensando en lo malo que hemos dejado atrás. Es un poco como renovar los votos.
EliminarSiempre he creído que cuando alguien deja algo para después de... es que no lo tiene muy claro y se engaña a sí mismo posponiendo lo que, en realidad, no desea hacer.
Pues mira, eso de organizarse mejor no lo veo muy difícil. Todo depende de si la organización es uno de tus puntos fuertes o no. Lo de trabajar menos y dedicar más tiempo al ocio o a otras actividades ya es más peliagudo pues, como bien dices, no es algo que solo dependa de nosotros. Y hoy día, no estamos para hacerle ascos al trabajo, ese bien tan preciado y, para muchos, tan escaso.
Mi único propósito para este año nuevo es que nada empeore y, a ser posible, mejore (salarios, oportunidades, salud...). Casi nada, jeje
Un beso y que, por fin, logres organizarte mejor y, a ser posible, escribir más.
Uffff qué oportuno y qué verdadero este relato. Me encanta cómo cuentas el modo en que va capitulando con cada uno de sus propósitos empezando por el de salir a pasear. La forma en que el día lóbrego y triste le hacen retroceder de forma natural, casi como si estuviera esperando cualquier excusa para ceder al abandono que ya le tiene dominado.... qué hubiera hecho si hubiese lucido el sol??? También qué mala suerte, pobre hombre, que el entorno no le acompañe para darle un empujoncito, o tal vez daba igual, él hubiera encontrado cualquier otra excusa, verdad? Yo como todos también tengo mis propósitos de año nuevo.... seré capa de cumplirlos??? Feliz año amigo!!
ResponderEliminarSiempre tendemos a buscar cualquier excusa, por peregrina que sea, para no hacer, o demorar, aquello que nos resulta pesado o incómodo. Cuántas veces no me habré propuesto apuntarme a un gimnasio y luego viene lo de que no tengo tiempo para ello. O imponerme salir a caminar un buen trecho y entonces resulta que hace demasiado calor o demasiado frío, o llueve, o va a llover de un momento a otro. Y así sucesivamente. Y eso es lo que le ocurre al protagonista de esta historia. Se ha acomodado tanto a la vida que lleva, que, a la hora de la verdad, cualquier excusa es buena para no cumplir con lo que se había propuesto. Si hubiese lucido el sol, seguramente una inesperada lumbalgia le habría hecho desistir del paseo matutino.
EliminarLo peor de todo es que no llegó a proponerle a su compañera viuda salir juntos. Él se lo ha perdido, jeje
Procura que tu lista de buenos propósitos sea cortita, así no te arrugarás a la hora de ponerlos en marcha, jajaja
Un abrazo, Maite, y feliz año nuevo.
Esta genial esta entrada porque parece ser que muchas personas hacen lo mismo. Recuerdo muy bien este relato Josep.
ResponderEliminarYo desde luego no tengo ningún propósito, me conformaría con tener un año como este que está a punto de terminar, o podría decir "Vigencita que me quede como estoy", jajaja, y es que cuando uno llega a una edad, trata de hacer todo lo correcto para la salud y para mantenerse en forma, hasta que el cuerpo dice... hasta aquí hemos llegado, jeje.
Un gusto volver a leerlo.
Feliz año amigo, que pases muy buena noche con tu gente.
Un abrazo.
Yo diría que son muchos (yo ahora ya me excluyo) que se proponen hacer muchas cosas tan pronto como empiece el nuevo año y luego se olvidan, o se hacen los olvidadizos, jeje
EliminarY tienes toda la razón, cuando se sobrepasa una cierta edad, los deseos se hacen mucho más modestos, pero también más realistas y asumibles. Mantenernos como estamos es una muy buena opción y cuidarnos es lo mejor que podemos hacer y tampoco es tan difícil. Algún pequeño sacrificio hay que hacer, pero todo sea por la salud física y mental.
Que tengas una buena entrada de año y que lo disfrutes con tu familia, Elda.
Un abrazo.
Así son las cosas y así nos las has contado :D jajaja como la vida misma compañero. Realismo puro y duro. Aunque "cada uno es cada uno" personalmente creo que empezar todo a la vez es una mala estrategia ;) a veces es mejor poquito a poquito cuando los cambios/desaprendizajes/reeducaciones son grandes. También creo que en la lista de José el punto nº1 debía ser: "Darme una vueltecita por el psicólogo"... Duelo, exceso de trabajo, de alcohol y de soledad... tiene todos los síntomas de que la vida se le ha ido, o se le está yendo, de sus manos. Salud con mayúsculas y viajes compañero :D Feliz salida y entrada de año. ¡¡Un abrazo!!
ResponderEliminar¡¡¡Hola, amiga viajera!!! Esto es algo real como la vida misma. Y si no, que tire la primera piedra quien no se haya saltado, si no todos, la gran mayoría de buenos propósitos para el año nuevo, jeje.
EliminarBueno, el pobre José lo tenía peliagudo. Una vida como la que llevaba no se cambia de la noche a la mañana. Como bien dices, las cosas hay que hacerlas poco a poco y no fijarse objetivos demasiado ambiciosos. Y luego hay que hacer un ejercicio de realismo. Es muy fácil hacer listas pero hay que priorizar y centrarse en lo más importante que, como le decía a Elda, es la salud, especialmente a partir de cierta edad.
Una visita al psicólogo le hubiera hecho bien, pues lo que José necesitaba era poner un poco de orden en su mente.
Que el nuevo año te depare muchos más viajes a lugares maravillosos.
Un abrazo.
Yo no incumplo los propósitos, porque no los hago. Aunque tenga un pelín de barriga cervecera, el peso no es mi mayor problema. Más ejercicio no me vendría mal, pero voy andando a casi todos los sitios y eso me sirve de excusa para creerme que ya estoy haciendo algo. Los análisis me salen bien, quitando el colesterol. Tomo el danacol y las nueces, procuro no hacer demasiado el burro comiendo (aunque no siempre lo consiga) y con los paseos se me quitan los remordimientos. Soy claramente malo para los idiomas, por lo que el inglés lo tengo descartado desde hace tiempo. Antes trataría de sacarle lustre a mi oxidado y patético francés. Mis tres paquetes diarios de tabaco los dejé definitivamente hace más de 25 años. Quizá sea el único propósito serio que he cumplido en muchos años.
ResponderEliminarEl relato está muy bien escrito y resulta muy ameno y creíble.
Feliz 2018.
Un abrazo.
Bueno, ese es un muy buen sistema. Si no te fijas ningún propósito, nunca podrás arrepentirte de no haberlo cumplido, jeje.
EliminarPero por lo que cuentas, amigo, en cierto modo sí que, de forma más o menos velada, te propones una serie de "obligaciones" para cuidarte: tomas el danacol y unas cuantas nueces, procuras no hacer excesos a la hora de comer y sales a pasear. ¡Y dejaste de fumar! No está nada mal. Yo dejé de fumar (y no era un gran fumador) hace algo más de 5 años y lo hice de un día para otro, sin tenerlo apuntado en ninguna libreta. La cosas hay que hacerlas sobre la marcha, sin imposiciones, porque estas son las que más nos incomodan y las acabamos rechazando.
Me alegro que el relato te haya resultado ameno y creíble. He intentado reflejar una (¿triste?) realidad.
Un abrazo y feliz 2018.
¡Ay! Si es que somos únicos para encontrar motivos que aplacen esos propósitos. Desde luego, esas listas físicas o mentales creo que todos las hacemos al inicio de año. Ese deseo de comenzar de nuevo, de iniciar etapas. Lo curioso es que son como pepitos grillos, sabemos que es lo que nos conviene pero a la mínima los dejamos de lado.
ResponderEliminarAsí somos de contradictorios, como así de excelente es tu relato que ha sabido mostrar dicha práctica tan de esta época... y si no siempre nos quedará septiembre para comenzar el verdadero año, je, je, je. Un fuerte abrazo y mis deseos de que esa lista logres cumplirla en este año!!
La carne es débil, David. Hacer planes es muy fácil, lo realmente difícil es cumplirlos al pie de la letra. Solo he visto un cambio radical de hábitos cuando el interfecto ha estado al borde del abismo y el médico le ha dicho que, de seguir así, se estaba cavando su propia tumba. Tristemente, no hay nada como un buen susto para poner en práctica un cambio drástico de estilo de vida.
EliminarEspero que, si tienes tu propia lista de buenos propósitos, los vayas cumpliendo poco a poco pero manteniéndolo en secreto, así nadie podrá reprocharte si no cumples algo, jeje.
Un fuerte abrazo y que disfrutes de la entrada de año.
Propósito de enmienda. Se dice así, no?. Hoy he visto a un jovenzuelo de 90 años en el banco. Se lo ha dicho por lo bajini a un conocido suyo. Tengo 90.Lo hemos oído todos. No ha querido sentarse .Daba saltitos y su cara era una sonrisa. Claro que él mismo después ha contado que su madre murió a los 107 años. Los genes lo primero, pero el sentirse más ligero de muermos, si lo conseguimos, a lo mejor nuestra cara se convierte en otra sonrisa. Siempre queremos cambiar algo.Creo que tu relato está a la orden del día. ¡¡¡Feliz año Nuevo!!! Abrazo.
ResponderEliminarHola, Betty. Pues sí, eso es un propósito de enmienda, como el que hacía yo de niño al confesarme, y luego volvía a pecar, jajaja
EliminarBueno, hablando de genética, si eso funciona, a mi me espera algo parecido a ese "jovensuelo" que mencionas. Mi padre murió cuando estaba a punto de cumplir los 100 años, y los habría sobrepasado si no fuera por un accidente que se lo llevó antes de lo previsto, pues tenía una salud de hierro. Yo no sé si superaré ese listón pero, de hacerlo, espero que sea con la cabeza en su sitio, como la del personaje de tu banco.
Llegadas estas fechas, todos deseamos algo para el año que está a punto de comenzar, pero, por lo menos, no suelen ser deseos materiales. Podemos decir "ojalá me toque la lotería", pero lo que realmente nos importa es que no nos falte el trabajo, disfrutar de una buena salud y tener a alguien a estro lado quien darle todo nuestro amor.
Un abrazo y feliz año nuevo.
Esta bien hacerse nuevos propósitos con el nuevo año, pero claro como tú protagonista, luego llega el año nuevo y zas empiezas a no cumplir y yo tengo que proponerme varias cosas, una hacer mas ejercicio y mira que ando pero no lo que debería lo reconozco y ya voy entrando en una edad en la que la salud es verdaderamente importante, lo demás creo que no me fijaré metas, solo tengo pensamiento de hacer cosas pero sin prisa pero sin pausa, es decir sin agobios, que yo me conozco y si no me salen luego las cosas como yo quiero no me sienta nada bien, de modo que si propósitos pero sin agobiarse, en fin se que uno se me cumplirá y es ahora mi mayor ilusión, una vez pasado Marzo empezaré a replantearme las cosas, eso si, me parece que por imposición de que si no estudias Valenciano no entras en la administración Pública Valenciana a opositar, he de tomarme muy en serio el valenciano y eso si que aunque me cueste he de hacerlo, en fin me cuesta pero no me queda otra, de modo que ese es tan bien un propósito para este 2018.
ResponderEliminarEspero y deseo que tengas una buena entrada y salida de año y que todos tu propósitos e ilusiones se vean cumplidas en este año que comienza, y que nos sigas trayendo tan buenos relatos e buenas reflexiones. Un abrazo.
Lo de fijarse nuevas metas para el año nuevo en estas fechas es pura fachada, jeje. Responde, creo yo, a un sentimiento de culpabilidad que subsanamos, o aliviamos, diciéndonos a nosotros mismos que haremos esto y aquello, pero sin demasiada convicción. Los propósitos de cambios se han de hacer sobre la marcha, a medida que comprendemos que tenemos que cambiar algo en nuestra vida. ¿Que hay que estudiar inglés porque, de ese modo, tendré una buena oportunidad para entrar a trabajar en tal sitio? Pues bien, a estudiar inglés, o como en tu caso, valenciano. ¿Que me duele la rodilla porque tengo artrosis y el sobrepeso empeora el dolor? Pues me pongo a dieta, sin exagerar, para aliviar las molestias. Y así con cada cosa con la que nos vayamos topando por el camino de la vida. Fijarse un día concreto para, por ejemplo, dejar de fumar no es buena idea, porque cuando llega ese día tan temido para el fumador recalcitrante, seguro que se inventa una excusa para aplazarlo. Solo es cuestión de pensarlo, decidirlo y hacerlo. A mí me funcionó.
EliminarYo también te deseo una buena salida del año viejo y una mejor entrada en el 2018. Y, de verdad, lo único que deseo, Tere, para este nuevo año, aparte de salud para mí y los míos, es que los políticos se pongan las pilas de la convivencia y del sentido común y nos ahorren pasar tan malos tragos a los que queremos vivir en paz.
Un abrazo.
Nunca he hecho una lista de propósitos para el año nuevo ni pienso hacerlo. Intento disfrutar de la vida cada día y cualquier momento es bueno para cambiar lo que no me gusta. Mucho por hacer, mucho por vivir, eso está claro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por cierto, no te lo he dicho antes. Me ha gustado y seguro que hace reflexionar a muuuucha gente!
ResponderEliminar;)
Yo nunca he hecho una lista de buenos (ni malos) propósitos para el nuevo año, pero sé que hay quien sí lo hace, aunque no tan larga como nuestro amigo ni por escrito. Y los comentan en público porque dicen que, de este modo, se obligan a cumplirlos para no quedar mal. Yo soy de tu opinión, hay que coger el toro por los cuernos cuando se te pone delante y no anticipar cosas que no sabes si ocurrirán o si podrás cumplirlas. Está bien hacer un propósito de enmienda cuando consideras que hay algo que debes cambiar, pero no tienes porqué esperar a que empiece un nuevo año.
EliminarMuchas gracias por tus dos comentarios. Me alegro que te haya gustado y mucho más me alegraría si realmente hiciera reflexionar a más de uno, jeje
Un abrazo, David.
Y es que no hay nada mejor que aprender de los errores,... jajaja Como muy bien dices, con los años los deseos se vuelven más modestos. Feliz Año Nuevo!
ResponderEliminarPero ya sabes, amigo, que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, jajaja
EliminarPero quizá sí que después de muchos tropiezos e incumplimientos de propósitos, nos volvemos más prudentes.
Un abrazo y feliz año!
Es que José, en el fondo muy fondo, se había acomodado a su forma de vida, quizá por acostumbramiento o desidia. Se impuso demasiados cambios y muy radicales para su forma de ser. Hubiera tenido que ser más prudente o menos ambicioso. Era lógico, pues, que al primer contratiempo tirara la toalla, jeje
ResponderEliminarSaludos y feliz año nuevo, Julio David.
Me ha gustado tu entrada .Trasmites la nostalgia ,la soledad de una manera impecable. Si casi sentí como una llovizna gris tus letras. Fijate nunca he pedido o hecho nada para el año siguiente
ResponderEliminarPara mi la vida es una continuación de situaciones que tenemos que aceptar con el paso de los años Todo el mundo quiere ser feliz
todo el mundo quiere tener una fiesta el 31
►Y el que lo pasa solo se siente aislado sin pensar que es un dia mas y un cambio de número.....Un placer haber llegado a tu lugar ..gracias por compartir tus letras
Prop
La soledad obliga, a veces, a tomar decisiones drásticas y tal vez precipitadas. Pero esa misma soledad dota a quien la sufre de una gran falta de ánimo para afrontar el resultado de esas decisiones.
EliminarLa vida es un camino rectilíneo, aunque los humanos la hayamos dividido físicamente en el tiempo, contándola por años, por meses, por semanas y por días. Por lo tanto, nuestras decisiones no deben esperar a que crucemos esas fronteras impuestas por la astrología. No hay que esperar al año nuevo para hacer lo que podemos, o debimos, hacer en el presente.
Debemos "recomenzar" nuestra vida cada día y en casa instante, jeje
Muchas gracias, amiga, por venir hasta acá para dejar tu comentario.
Un abrazo.
Hola Josep
ResponderEliminarYo ya he desistido de hacer planes!!
Como bien dices es un relato que cada uno de nosotros podría reescribir año tras año porque no cambia nunca. Lo único que varía es el número de canas que tenemos en la cabeza en el momento de empezar a escribirlo.
Un abrazo.
Yo tampoco hago planes. En todo caso, los he sustituido por buenos deseos. Ojalá salga bien esto o aquello, ojalá pase eso o lo de más allá, etc. Incluso se puede desear que el próximo año no nos salgan tantas canas, jajaja. Lo que me resulta absurdo es asegurar que vas a hacer algo que llevas años proponiéndotelo sin haber dado jamás un paso para llevarlo a cabo.
EliminarUn abrazo, Paola, y feliz año nuevo, con o sin planes.
Hola Josep Mª esto de los buenos propósitos es cíclico, pasa a principio de año, en septiembre, antes de las vacaciones de verano... Seguro que el de hacer ejercicio, seguido del de aprender inglés daría para un estudio. Sea lo que sea parece que a las personas nos gusta ponernos objetivos y al principio de un año tienes 365 o 366 (depende) oportunidades para hacerlo. Así que tu protagonista sigue la estadística.
ResponderEliminarEn mi caso no soy de listas ni de buenos propósitos a primeros de año, más que nada porque me conozco y no lo haría, si algo me interesa y creo que me apetece hacerlo, lo hago y así siempre cumplo. Prefiero desear que todo lo que venga, sea mejor que todo lo bueno que ya fue. Y mucha salud.
Besos y muy feliz año.
Hola Conxita. Mejor no hacer planes y dejar fluir la vida, aprovechando lo mejor de ella. Que sea la necesidad y no la autoimposición la que dirija nuestras decisiones y nuestros pasos.
EliminarFijarnos unos objetivos cada final de año es más bien fruto de una cierta frustración por no haber sido capaces de hacer lo que siempre nos proponemos hacer inútilmente. Es como un acto de contrición seguido de un propósito de enmienda, jeje
Lo mejor es desear lo de siempre, ese trío tan clásico: salud, dinero y amor.
Un beso y feliz año nuevo.
Lo de los buenos propósitos ya es una cantinela que nadie se cree poder cumplir ningún año. lo mejor es hacerlo sin proponérselo, poquito a poco. De todas las maneras los malos hábitos enraízan en nosotros como la mala hierba y la pereza es mala consejera a la hora de atajar los males que nos ahogan.
ResponderEliminarMi único propósito para todos los años que estreno es : Intentar ser feliz con lo que soy y tengo. Y si puedo ser y conseguir nuevas cosas (Retos personales) mejor que mejor.
De momento me estoy poniendo al día con los blogs amigos.
Un abrazo.
Eso de los buenos propósitos es como tomar carrerilla para dar un gran salto y luego caer de bruces cuan largo uno es, jeje.
EliminarUna vez me dijeron que cuando uno pretende abandonar un mal hábito (confesable), lo mejor para lograrlo es divulgarlo a los cuatro vientos, pues, de este modo, uno se siente obligado a hacerlo salvo que quiera quedar en ridículo. Yo me lo creí y comenté a todos los amigos y parientes que iba a dejar de fumar. Y lo hice, pero a los seis meses caí de nuevo en la tentación. Cuando, después de unos años, dejé definitivamente de fumar, lo hice en el más absoluto de los secretos (solo mi mujer lo sabía). Así que lo mejor es hacer las cosas cuando uno se siente preparado sin tener de dar cuenta a nadie.
Yo también creo que el mejor propósito para cualquier año es no fijarse propósitos e intentar, como bien dices, ser feliz con lo que uno es y tiene, y de paso ir mejorando poco a poco en todo aquello que nos resulte un lastre para ser aun más feliz, ya sea material o sentimental.
Un abrazo, Francisco.
Esa lista de propósitos bien pudiera titularse "Mañana los empiezo".
ResponderEliminarCreo que a todos nos ha pasado lo mismo que a tu protagonista, que los propósitos se quedan en eso, en propósitos y pocos se convierten en hechos realizados. Es difícil romper las costumbres y cuantos más años tiene uno, peor; los vicios y los malos hábitos están mucho más arraigados y es más complicado cambiar de actitud.
Creo que a tu protagonista le venció el error que cometemos muchos: proponerse demasiadas cosas. Es mejor tener pocos objetivos y, a ser posible, fáciles.
Espero que tus propósitos (si es que tienes una lista por ahí) para este año recién estrenado se cumplan, si no todos, al menos alguno.
Un abrazo, Josep Mª y feliz año.
Sí, Paloma, la edad nos lo pone todo cada vez más difícil, al menos a mí. Cambiar nuestros hábitos de la noche a la mañana es como intentar enderezar un árbol torcido. Si este es demasiado viejo, ya no hay nada que hacer, jajaja.
EliminarEn mis buenos tiempos (tiempos de planes y cambios frecuentes), sí confeccionaba una lista mental de buenos propósitos. A medida que fui viendo que el número de éxitos era cada vez menor, abandoné este hábito. Así que, como le comentaba a Francisco, he acabado proponiéndome no hacer planes. Ahora voy afrontando los retos (si es que aparecen) y los planes (los menos posibles) con serenidad y nunca me propondré nada que no sepa de antemano que pueda cumplir.
Para este año recién estrenado mis mayores propósitos se centran en la familia y en la salud, cuidando a ambas como un tesoro.
Un abrazo, Paloma, y feliz año.
Los propósitos que solemos hacer para el año nuevo los vamos dejando para mañana, mañana, mañana.... y cuando nos damos cuenta ya tenemos que hacer de nuevo la lista. Feliz 2018 Josep!!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esto es como la frase que todos hemos leído alguna vez en un bar: "hoy no se fía, mañana sí", jajaja. Pues con los propósitos igual. Y así van pasando los días. O como dice la canción: quizás, quizás, quizás.
EliminarFeliz 2018 también para ti, Conchi.
Un abrazo.
Saludos, Josep, tienes mucha razón coincidimos muchos en los buenos propósitos que se empiezan a desvanecer a medida que avanza el año. Este año no me formulé ninguno, solamente vivir cada instante sea bueno o no. Feliz año!!
ResponderEliminarHas hecho bien, Maria, en no formular ningún deseo. Las buenas nuevas vienen por sí solas cuando menos te las esperas. Si uno es bueno, todo le tiene que salir bien, jeje
EliminarSaludos.