lunes, 25 de mayo de 2015

Con el culo al aire



José quería ser actor pero su tartamudez se lo impedía. En el teatro parroquial solo le daban papeles sin diálogo. Su cojera tampoco jugaba a su favor. Pocas eran, pues, las oportunidades que se le ofrecían.

Cada año, por Semana Santa, tenía, eso sí, un papelito asegurado en La Pasión: de pastorcillo, de leñador, incluso un año hizo de mula.

Su gran oportunidad le llegó, sin embargo, cuando le ofrecieron el papel de Jesucristo. Solo había una particularidad: haría de doble durante la resurrección. El motivo: José solo pesaba cincuenta kilos y sería mucho más fácil de izar que a Romualdo, el verdadero Jesús, con sus cien kilogramos de masa corporal.

El final de la obra, la resurrección, sería espectacular: Jesús emergería, entre una nube de humo, hasta desaparecer en lo más alto del escenario.

El truco era sencillo: se abriría una trampilla practicada en el suelo y José, a quien nadie podría identificar por la humareda reinante, sería izado con la ayuda de dos correas que disimularía el sudario con el que iría cubierto, una especia de sábana que quedaba abierta por detrás. Qué más da, le dijeron, si total solo te van a ver de frente.

En el momento culminante, entre el humo emergió el cuerpo del resucitado ante la exclamación de sorpresa del auditorio, sorpresa que se acrecentó al ver que volvía a descender hasta desaparecer, y ante la estupefacción de los dos tiradores que no entendían cómo no podían con un cuerpo tan liviano. No se habían percatado que las correas se habían entrecruzado justo a la altura de la polea que pendía del techo. A cada tirón, el cuerpo de José emergía y las exclamaciones del público se repetían. Hasta que se convirtieron en carcajadas.

Tras la tercera intentona fallida, se unieron dos fornidos voluntarios y entre los cuatro tiraron con tal fuerza que la polea hizo girar las correas de tal modo que el cuerpo en suspensión de José dio media vuelta dando la espalda al respetable público.

Y así, Jesús resucitado quedó, ante la hilarante audiencia, con el culo al aire.

 
 
Relato inspirado en hechos reales
 
 
 

8 comentarios:

  1. Qué bromas más pesadas tiene a veces la vida!! Para una oportunidad de lucimiento y realización que tiene el protagonista, acaba convertido en un muñeco de "hazmereir"...

    Muy triste, sobre todo porque está inspirado en hechos reales según nos adviertes. Me pregunto si yo misma también me habría reído...

    Buen relato, Josep!! :)

    Un abrazo y feliz tarde de lunes.

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    1. Desde luego, es una pena que todo se vaya al traste cuando se ha puesto ilusión y empeño para que salga bien.
      Cualquiera que hubiese presenciado ese infortunio se habría reído, yo incluido. Y es que el suceso dio para eso y mucho más.
      Muchas gracias, Julia, por dejar tus comentarios.
      Un abrazo.

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  2. Sin duda, la actuación de José pasará a los "anales" de la historia de la pequeña parroquia. :P

    Un abrazo, Josep Mª. ; )

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    1. Pasó, pasó. Y pasaron años y la gente todavía se acordaba de esa memorable actuación.
      Muchas gracias, Pedro, por pasarte por aquí.
      Un abrazo.

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  3. Nunca se sabe cuando Murphy va a actuar, así que mejor llevar ropa interior. A pesar de lo vergonzante de la anécdota, te felicito por el relato, Jospe.

    Abrazo!!!

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    1. Bueno, lo del culo al aire es, en cierto modo, metafórico pues el protagonista de tal incidente llevaba calzoncillos. Aún así, quedó de espaldas al honorable público y con lo que pretendía ser un sudario abierto por detrás.
      Y es que la vida tiene esas cosas.
      Muchas gracias por tu felicitación. .
      Un abrazo.

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  4. Jajaa, pobre José, encima de sus dificultades para las actuaciones con palabras, la única que no tenia que decir ni media, le salió frustrada, jajaja.
    Bueno, la actuación salió cómica, algo es algo.
    Un relato muy interesante Josep.
    Un abrazo.

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    1. Me alegra que te haya divertido. La situación es para echarse a reír aunque al pobre José no le hizo ninguna gracia.
      Un abrazo, Elda.

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