Esta es mi contribución al microrreto de este mes de mayo propuesto por El Tintero de Oro, con el tema "A vueltas con el tiempo". Espero que os guste.
En esta ocasión, Aurelio estaba convencido que
ganaría el Rally. Su nuevo automóvil, convenientemente tuneado, cortaría el
aire como un rayo.
Aun saliendo en décima
posición, fue ganando terreno rápidamente. Volaba más que corría. Ni él mismo
se lo podía explicar. La motorización de su coche no justificaba tal velocidad.
Parecía que algo le empujaba, pero lo único que le daba alas era su deseo de
ganar.
Al cabo de muy poco tiempo
—no podría precisar cuánto— llegó a la meta sin que nadie le persiguiera ni de
lejos.
Le extrañó sobremanera
que no hubiera nadie esperando a los corredores. El cartel con el rótulo META pendía
desmayado. El viento lo zarandeaba inmisericorde.
Se dirigió raudo al
primer edificio que vio a su alrededor. En los bajos había un bar restaurante. Preguntó
al hombre que atendía la barra. Este, sorprendido por la pregunta, le dijo:
«¿Carrera?, pero si la carrera fue hace dos días, lo que ocurre es que nadie ha
venido a descolgar el cartel. Ya sabe cómo son estas cosas. Y usted ¿de dónde
dice que viene?»
A Aurelio,
desconcertado, solo le quedó una explicación para hallar sentido a lo ocurrido.
A la velocidad con la que se desplazó, había acelerado el tiempo de tal forma
que se había pasado de frenada. El tiempo había corrido tanto a su favor que
había alcanzado el futuro, aunque solo fuera con cuarenta y ocho horas de
adelanto. Aunque mereciera un trofeo o un reconocimiento, quién se lo iba a
creer.
¡Pues vaya si ganó el rally! Un final inesperado que sorprende y cambia el tono del micro. Estupendo, Josep. Una historia muy original.
ResponderEliminarYa se sabe: los últimos serán los primeros, je, je. Me alegro que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Eso es correr!!! buen relato
ResponderEliminarQuien no corre vuela, je, je.
EliminarUn saludo.
Hola, Josep Maria.
ResponderEliminarSorprendente final. Y qué miedo, te imaginas que suceda, cómo vuelves a tu ahora. Qué descontrol. Y encima no puedes explicarlo, porque nadie te va a creer.
Muy bueno.
Un beso.
Hola, Irene,
EliminarPues sí, el pobre tendrá que apañárselas para volver a su tiempo anterior. Pero algo se le ocurrirá, porque a mi no, ja, ja, ja.
Un beso.
La velocidad sin control puede provocar que nos perdamos en el tiempo! Muy bueno el relato con su final sorpresivo! Un abrazote Josep Maria!
ResponderEliminarLos italianos tienen un refrán que dice "Chi va piano, va sano e va lontano" y de los franceses (se le atribuye a Napoleón) sabemos lo que "vísteme despacio que tengo prisa". A mi protagonista (o a su coche) se le fue la pinza y corrió demasiado y ppor eso le pasó lo que le pasó, je, je.
EliminarUn abrazo.
Ja, ja. Qué pena de viaje en el tiempo. En lugar de años, dos días y en lugar de sitios o situaciones deslumbrantes, un lugar con los restos lánguidos de una carrera ya pasada. A ver si para otra ocasión tiene más suerte el hombre. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.
Pues sí, no le sirvió de nada correr más rápido que el tiempo. Ni hubo premio, ni probablemente reconocimiento de lo conseguido. Es el logro más inútil que conozco, je, je.
EliminarUn beso.
Muy original tu aportación al reto con esa velocidad de relámpago. La verdad es que en el automovilismo una décima de segundo lo puede cambiar todo y tu conductor se lo tomó a pecho :)
ResponderEliminarEl tiempo es algo muy estimulante para divagar sobre el tema, pero eso sería para tu 'Cuaderno de bitácora'.
Un abrazo, Josep.
Del velero bergantín, José Espronceda dijo "no surca el mar sino vuela", pero este automóvil sí que voló sin darse cuenta su piloto.
EliminarPara escribir algo serio sobre el tiempo en mi Cuaderno tendría antes que repasar la teoría de la relatividad, ja, ja, ja.
Un abrazo, Miguel.
Ya sabía yo que se te ocurriría algo. Muy interesante. Se me han cruzado un poco los cables.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tiempo me costó escribir algo mínimamente presentable. Pero me dije "tiempo al tiempo". Y salió esto. Inténtalo, con calma, tómate tu tiempo y seguro que algo se te ocurre. Ya ves que el tiempo es muy importante, je, je.
EliminarUn abrazo.
el tiempo es una ilusión.
ResponderEliminarY una quimera.
EliminarUn saludo, Rodrigo.
Hola, Josep, un micro automovilístico muy oportuno, solo que la alta velocidad alcanzada debió llevarlo a anticiparse a la carrera, no a llegar retrasado dos días.
ResponderEliminarSu mente volaba aceleradamente, pero el vehículo no ayudaba mucho diría yo, con razón su extrañeza con ese motor que no era tan veloz.
Pensé que lo que había pasado era que accidentado por la alta velocidad había muerto, pero el final tumbó esa idea. Un abrazo.
Hola, Harolina. Sin darse cuenta corrió más que el tiempo, de modo que superó la velocidad del reloj y se saltó dos días. Se dice que si uno se propone algo con todas sus fuerzas, lo consigue, pero lo ocurrido a mi protagonista ya es ciencia ficción, pues su coche de rally actuó como una máquina del tiempo, je, je.
EliminarUn abrazo.
Su reloj biólogico atrasaba, pero para él no hay otro.
ResponderEliminarMuy bueno. Un abrazo, Josep María.
El hombre todavía sigue desconcertado por lo ocurrido, pero por desgracia no podrá contárselo a nadie del equipo, que todavía anda buscándolo, ja, ja, ja.
EliminarUn abrazo.
El que no se consuela es porque no quiere. la navaja de ockham (o algo asi) dice que no iba tan rapido como creia y que llegó el ultimo, dos dos tarde.
ResponderEliminarMuy buen alarde de ironia.
Abrazooo
Como el tiempo nos suele jugar malas pasadas, todo es posible.
EliminarMuchas gracias por dejar tu comentario.
Un abrazo.
Pues si que le dio caña al auto, menudo acelerón. Lástima que no lo pueda contar. Un abrazo
ResponderEliminarEs una pena que no se pueda contar un acontaecimiento tan extraordinario porque nadie le daría crédito y muy posiblemente lo tacharían de demente.
EliminarUn abrazo.
Y menos mal que sólo fueron cuarenta y ocho horas, hubiera sido terrible que pasaran 48 años o 480, imaginate su mundo ya no existiría.
ResponderEliminarMuy buen micro, me gustó, viajo en el tiempo pero apenas unas horas.
Un abrazo.
PATRICIA F.
En tal caso ya sería un viaje al futuro en toda regla y lo que habría visto al llegar distaría mucho de ser una simple meta, je, je.
EliminarMe alegro que te haya gustado esta historieta de ficción.
Un abrazo.
"Lo único que le daba alas era su deseo de ganar", a veces un deseo es tan poderoso que puede lograr hasta lo inesperado. Un viaje en el tiempo muy corto que le permite, al menos, llegar a su momento presente, aunque nadie le crea, pero él lo sabe. Original y muy entretenido relato, Josep.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, Mila, ahí está el quid de la cuestión: la voluntad de lograr algo aparentemente inalcanzable. Eso es lo que le dio alas. Has dado en el clavo, je, je.
EliminarMe alegro haberte procurado un rato entretenido de lectura.
Un abrazo.
Hola Josep. Pues vaya viaje que le metió al tiempo nuestro amigo. A mi todas estas cosas de la deformación del tiempo, o del espacio-tiempo, me resultan muy atractivas y en el futuro tal vez tengamos la tecnología para hacerlo a voluntad y movernos a grandes velocidades tanto en el espacio como en el tiempo. Mientras tanto, estas cosas solo pasan en la literatura y en los accidentes como el del protagonista. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge. Seguro que en un futuro (no sé si cercano o lejano) dispondremos de la tecnología necesaria para superar las barreras físicas actuales, pero mientras no lo conseguimos, siempre tenemos el recurso de fantasear, como yo lo he hecho, je, je.
EliminarUn abrazo.
Este hombre tiene el mismo problema paradójico del árbol que cae en el bosque y nadie lo ve ni lo oye caer. Con lo cuál quién confirmará su victoria si nadie estaba allí para confirmarla.
ResponderEliminarUn coche convertido casi, casi en máquina del tiempo.
Original.
Un abrazo, amigo.
Sería su palabra contra la del resto de humanos y pondría en peligro su cordura a la vista de la sociedad. Más le valió quedarse para sí la experiencia, aunque no pudiera disfrutar del éxito de haber coseguido un verdadero hito.
EliminarUn abrazo, Javier.
Me parece muy interesante y original tu relato. Se confirma el hecho de que cuando jugamos con el tiempo (aunque en este caso haya sido sin intención), algo se pierde. Me imaginé el carro corriendo como un diablo y rompiendo la barrera de las horas. Muy interesante concepto. Saludos.
ResponderEliminarPienso que es mejor aliarse con el tiempo que jugar en su contra, je, je.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Ana.
Un abrazo.
Hola, Josep. Por llegar demasiado pronto, y paradojicamente tarde, no ganará la carrera.
ResponderEliminarQuiso correr tanto que pasó de largo. Sin quererlo, le salió el tiro por la culata.
EliminarUn abrazo.
Hola, Josep! Ja, ja, ja... No por ir más rápido se llega más lejos, pero en este caso tenemos una excepción. Nadie vio su victoria, aunque quizá pueda sacarle beneficio en programas de misterio. Algo como "El caso del conductor que desapareció en carrera y apareció dos días después". Un abrazo!
ResponderEliminarHola, David. Y no por mucho madrugar amanece más temprano, je, je. Pues en verdad podría contarle su experiencia a Iker Jiménez y acudir al programa El cuarto milenio, pues solo él se interesaría por su experiencia "especial". El título que sugieres le va que ni pintado, ja, ja, ja.
EliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHe estado dudando si eliminar este comentario, como he hecho en otras muchas ocasiones ante unas palabras tan absurdas y ofensivas como estas, pero he decidido dejarlo tal cual para dejar constancia de tu estilo tan personal e irracional de comentar escritos míos y de muchos de mis amigos blogueros. Si no te gusta lo que escribo, no vengas a leerme. Así de fácil.
Eliminar¿Viajó tan rápido que llegó dos días antes o viajó tan rápido que llegó dos días después? (¿O sigue viajando en algún lugar? jeje). Yo en esto de los viajes en el tiempo me quedo en el limbo, a veces.
ResponderEliminarPero me gusta el tema del relato, ideal para alentar la imaginación con paradojas desafiantes y entretenidas. Aunque no tanto así cuando estas mismas cosas nos comen el coco de noche cuando intentamos dormir.
Va un abrazo, Josep.
Yo tamién me lìo mucho con las paradojas temporales, así que he dejado correr la imaginación a su libre albedrío, je, je.
EliminarAunque en más de una ocasión he soñado despierto con viajar al pasado (no tanto al futuro), todo ha quedado en una fantasía pueril.
Un abrazo.
Creo que en el pasado tambien habia gente que le ocurria lo mismo con un caballo veloz. Hoy en dia es pues con autos. En el futuro... quien sabe. basta ir rapido y el tiempo comienza a hacer cosas raras
ResponderEliminarEl paso del tiempo es percibido de distinta forma por distintos observadores: a unos les pasa muy rápido y a otros muy lento. Al corredor de esta historieta se le hizo muy corto porque traspasó las leyes físicas sin darse cuenta, je, je.
EliminarUn abrazo.
Por eso, en realidad el aprendizaje se "darle tiempo al tiempo". ¡Y nombre al forzado anonimato: soy Juana y te mando un abrazo. Me ha encantado la velocidad que has conseguido darle al relato, acorde con la carrera.
ResponderEliminarPues hola, Juana, y bienvenida. El tiempo juega muchas veces con nosotros: cuando queremos que corra veloz va lento y cuando deseamos que transcurra muy lentamente se acelera. Lo que nunca podremos lograr es detenerlo.
EliminarGracias por tu comentario.
Un abrazo.
Eso sí que es correr y desde luego ganó la carrera de largo.
ResponderEliminarLo que no he entendido es la respuesta del camarero del bar, dice que la carrera fue hace dos días, no lo pillo.
Besos.
Hola, Paloma.
EliminarA ver cómo te lo explico, pues es como intentar explicar el significado de un chiste malo, je, je.
El sujeto en cuestión viajó tan rápido que corrió más veloz que el tiempo (cómo, ni idea) hasta llegar al futuro (un futuro de solo 2 días), de modo que si la carrera tuvo lugar, por ejemplo, un lunes, él saltó hasta el miércoles, de ahí el comentario del barman. Si aun así, no lo has pillado es que no lo he sabido contar bien o me hecho un lío con la típica paradoja temporal, ja, ja, ja.
Un beso.
Lo has hecho fenomenal, y tiene todo el sentido el relato. Soy yo que, al pensar en el futuro me imaginé, en realidad, el pasado (estaba pensando que había llegado antes de la carrera y eso es retroceder, no avanzar). Cosas de estar en temporadas de exámenes y andar como pollo sin cabeza.
EliminarParecía como si condujera la máquina del tiempo y todo se trastoco.
ResponderEliminarUn abrazo Josep.
Cuando se sentó al volante de ese bólido no podía imaginarse que en realidad correría más rápido que el tiempo.
EliminarUn abrazo, Conchi.
Hola Josep pues si que se paso de velocidad que hasta el tiempo se hizo a un lado. Muy bien contado. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Ainhoa. Alguien dijo que el tiempo es relativo, je, je.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Jajaja, muy bueno,¡ ganarle tiempo al tiempo!! Estupendo relato, Josep. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Lola. Me alegro que esta historieta sobre la lucha contra el tiempo te haya gustado. Quién sabe si algún día eso será posible, je, je.
EliminarUn abrazo.
Ja, Ja, Ja, Josep, al final corrió más que nadie pero llegó más tarde que todos, dos días más tarde. Menuda paradoja la que nos planteas, pero qué bien contada, en ningún momento lo vi venir.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Y eso que no se tomó un Red Bull, pero las ganas de volar le dieron alas, je, je.
EliminarMe alegro que te haya gustado esta historieta que se burla del tiempo (el cronológico, no el climatológico).
Un abrazo.