Estoy
preparando la mudanza, cuando, entre recuerdos varios, he encontrado aquel
diario que un día, sintiéndome eufórica, empecé a escribir. Pensé que era cosa
de adolescentes, pero algo en mi interior me empujó a plasmar en aquellas hojas,
todavía vírgenes, mis sentimientos, mis ilusiones y mis experiencias. Y todo
por culpa de alguien que juró hacerme feliz.
Ahora,
sentada junto a la ventana, desde donde habíamos contemplado las puestas de sol
y nos habíamos hecho tantas promesas, releo mis notas, con una caligrafía
infantil, pero cargada de emociones, y me pregunto cómo pudo cambiar tanto
nuestra vida.
Desde
que escribí las últimas líneas, empapadas de lágrimas, han transcurrido dos
largos años. Creía que a estas alturas ya se me habría cerrado la profunda
herida que se abrió en mi corazón, pero veo que estas notas me remueven por
dentro haciéndome sentir culpable por no haber sabido retenerlo.
Pero
¿cómo se retiene a alguien que se ha desenamorado? No hay vuelta atrás, eso lo
comprobé de inmediato. Entonces ¿por qué me siento así, impotente y hundida?
Son los recuerdos de aquellos días tan felices los que me deprimen y no me dejan
resucitar de esta muerte sentimental en la que me siento instalada.
Me
levanto y arrojo este maldito diario por la ventana y me obligo a hacer un
último esfuerzo para, si no olvidarlo, cosa imposible, por lo menos ignorarlo,
verlo como es ahora, un insensible que solo piensa en posesiones materiales. Y
yo no podía ser una de ellas.
Muy bonito este relato del desamor. Particularmente no comprendo como una mujer cuando la deja alguien, no olvida a esa persona que le ha hecho daño. Yo le cogería rabia y no lo podría ver ni en pintura, y más después de pasados los años.
ResponderEliminarQuizás pienso así por la edad... jjj.
De cualquier manera se te da igual de bien escribir en femenino.
Buen aporte como siempre.
Un abrazo Josep.
Entiendo que resulte muy difícil olvidar a alguien a quien has querido pero, cuando no hay vuelta atrás, no hay que torturarse, sino mirar adelante, hacia un nuevo futuro sin el lastre del resentimiento ni de la nostalgia.
EliminarPocas separaciones son amistosas, la mayoría entañan malestar y hasta una cierta rabia, cuando no odio, hacia quien ha terminado con la relación. Y si no, que se lo pregunten a Shakira, ja, ja, ja.
Un abrazo, Elda.
Hola Josep, muy bien descritas las sensaciones y pensamientos del desamor.
ResponderEliminarExcelente aporte. Un abrazo de amistad
Hola, Nuria. Muchas gracias por pasarte y dejar este amable comentario.
EliminarUn abrazo, también de amistad, claro, je, je.
Ya se te echaba en falta, pero ha merecido la pena la espera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues me lo estuve pensando mucho, pero al final caí en la trampa y sucumbí a la tentación, je, je.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
Quan s'acaba l'amor costa de tirar endevant, però amb el temps se'n sortirà i trobara potser noves oportunitats.
ResponderEliminarAprofito l'avinentesa per desitjar-te un bon dia del teu sant i que sigui ben joiós !!.
Una abraçada .
Diuen que quan es tanca una porta, s'obre una finestra. En aquest cas, va anar bé tenir una finestra oberta per a poder llençar el malaït diari, he, he.
EliminarMoltes gràcies per la felicitació. Va ser un dia bonic, però no tant com quan Sant Josep era festiu (fa la tira d'anys) i a casa feiem festa grossa (el meu pare també es deia Josep Maria).
Una abraçada, Artur.
Has descrito a la perfección esa muerte en vida para las que algunas personas conlleva el desamor. Pero es cierto, aunque obvio, que cuando una persona se desenamora o ya no quiere estar contigo no hay mucho que hacer. Son las dos caras de la moneda: amor y desamor. Probablemente las sensaciones más fuertes por las que puede pasar el ser humano. Buen aporte al reto, Josep.
ResponderEliminarAbrazos.
Hay personas que llegan a sufrir una depresión por culpa del desamor, y ello no debería ser así, solo debe ocurrir en personas muy sensibles o muy enamoradas, que no admiten perder a aquella persona que lo fue todo para ellas.
EliminarUn abrazo, Miguel.
Claramente, hay que pasar página cuando no se puede cambiar la naturaleza de una persona cuya personalidad te causa daño. Me agradó el retrato de la protagonista, sentimental, romántica y desengañada. No dejará de soñar pero con más madurez. Gracias y un saludo.
ResponderEliminarLa muerte física de un ser querido sí que deja una huella imborrable el resto de la vida, pero la pérdida de alguien que deja de quererte, aunque sea también muy doloroso, es perfectamente superable con el tiempo. Y, efectivamente, con cada fracaso en la vida, uno se hace más fuerte ante la adversidad.
EliminarUn saludo.
No, cuando se deja de querer no hay vuelta atrás. Es inútil tratar de retener a alguien afectado de desamor. Incluso a veces al que ya no ama le gustaría revertir esa situación, pero es imposible.
ResponderEliminarUn bonito, triste e irremediable relato.
Un beso.
Hola, Rosa. Cuando una relación hace aguas, quizá todavía puede rehacerse si cada miembro de la pareja así lo desea y pueden resolver las diferencias, pero cuando el amor se acaba, es mejor dejar marchar a tu pareja y seguir tu camino. El mundo no se acaba por eso.
EliminarUn beso.
Estupendo, Josep. Muestras muy bien el dolor que causa el desamor y el reproche en que está atrapada la protagonista pese a reconocer lo imposible de retener ese amor perdido. Un micro desencantado y muy emocional.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta, por tu comentario y me alegro que te haya gustado este micro sobre el desamor.
EliminarUn abrazo.
Muchas gracias por aceptar el reto, Josep. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarGracias a ti, Bruno, por retarnos, je, je.
EliminarUn fuerte abrazo.
No se puede retener a nadie, ni aunque se ame, como sigue haciendo tu protagonista. Es triste, pero los sentimientos son impredecibles y difíciles de gestionar. Quizás eso sí, debería intentar tomar la determinación de quemar ese diario, no solo apartarlo, de vivir un poco, así seguro que avanzará.
ResponderEliminarUn beso, Josep Maria.
Cuando uno pierde algo de valor, intenta por todos los medios recuperarlo, pero la pérdida del amor es algo imposible de recuperar y ya forma parte del pasado. Yo también habría preferido quematr el diario que lanzarlo por la ventana. Pero quién sabe si quien lo encuentra es un escritor y la historia que lee le inspira una novela, je, je.
EliminarUn beso, Irene.
Muy bien plasmado ese estado de desamor que va naciendo en tu protagonista al leer el diario y la decisión de tirarlo por la ventana es comprensible.
ResponderEliminarUn abrazo Josep
Puri
Hola, Puri. Si cuando miramos las fotos del album familiar, sentimos una gran nostalgia al ver plasmado en esas imágenes un pasado que no volverá, a mi protagonista, la lectura de su diario, en el que reproduce momentos pasados de felicidad, le provoca además una rabia difícil de controlar.
EliminarUn abrazo.
Buenas, Josep.
ResponderEliminarMe ha gustado ese final, que la protagonista no era una posesión material. Vale que él se había desenamorado, pero, para mí lo más importante, es que ella no quería ser la posesión de nadie, y eso, seguro que fue un aliciente para que ese hombre, posesivo, no la viera como lo que quería. Al menos eso es lo que quiero creer que pasó.
Un saludo.
Irene
Hola, Irene.
EliminarHay relaciones de pareja que acaban siendo tóxicas porque (como en este caso) el hombre considera a su pareja como una pertenencia más. Llegado a este punto, hay que cortar por lo sano porque, de lo contrario, puede acabar en una relación de dominante-dominado, lo que equivale a un maltrato psicológico.
Un saludo.
Si en una relación de pareja, alguno de ellos utiliza o considera al otro como una posesión mal empezamos.
ResponderEliminarEl diario lo hubiera tirado igualmente al igual que tu protagonista, pero quizá en la cabeza de esapareja que le prometió felicidad eterna y no cumplió.
Un abrazo.
Como le decía a Irene, esa relación de dominancia del hombre sobre la mujer debe atajarse de inmediato, pues puede derivar en algo mucho peor. Por fortuna, en el caso de esta historia, la joven decide tirar por la borda, o mejor dicho por la ventana, ese pasado que le resulta tan amargo de recordar.
EliminarUn abrazo.
El desamor causa mucho dolor, hay que sobreponerse y pensar que el muy necio no la merecía.
ResponderEliminarAbrazos Josep.
Hola, Conchi. Si el enamoramiento produce un sentimiento de felicidad, el desamor produce el efecto contrario, pero no hay que dejarse llevar por la desesperación. Todo tiene un principio y un final, y cuando este llega, hay que asumirlo de la mejor manera posible.
EliminarUn abrazo.
Leo tu relato y me provoca unas sensaciones y emociones muy concretas y definidas. Luego leo los comentarios de tus lectores y me congratulo de la diversidad de reacciones y maneras de aceptar o enfrentarse a situaciones similares a la que se plantea la protagonista de tu relato. El ser humano es maravilloso en su diversidad.
ResponderEliminarUn abrazo, Josep.
¡Hola, Pedro! Qué bueno leerte por aquí después de tanto tiempo.
EliminarEs cierto que cada uno reacciona a un mismo estímulo de forma distinta, al igual que cada uno lleva el duelo a su manera. Los hay que ante un desprecio o fracaso, se lo toman muy mal y sufren por ello, y otros que pasan página rápidamente y siguen adelante sin mirar atrás.
Un fuerte abrazo.
Hola Josep, enfrentarse al desamor implica desenredar una madeja de sentimientos, urdida con amor e ilusiones y no es sencillo, duele mucho, cuesta trabajo. Lo has descrito perfectamente en tu relato que me parece una gran aportación al reto de El Tintero. Me gustó mucho. Saludos. Ana Piera.
ResponderEliminarHola, Ana. El desamor es como un castillo de naipes que se ha desmoronado cuando uno menos se lo esperaba. Ante esta situación, hay quien intentaría volver a construirlo piexa a pieza y hay quien lo acabaría destrozando por rabia y frustración al ver que no ha sido posible mantenerlo en estabilidad.
EliminarMe alegro que mi aportación te haya gustado.
Un saludo.
¡Hola, Josep! Una de las características del desamor es que, el que lo padece, siempre se considera el bueno y es incapaz de ver sus propias contradicciones. En este estupendo micro he percibido esa sensación en la protagonista con un torrente de emociones que va de la tristeza y nostalgia, a un sentimiento de culpa por no haber sabido retenerlo y un final donde encuentra en la demonización del amado, "un insensible materialista", la forma de pasar página. Toda esa mezcla le da al relato una verosimilitud grande a la voz que nos habla. Un abrazo!!
ResponderEliminar¡Hola, David! Pues sí, en una pareja que se separa, suele suceder que ninguno de los dos miembros se considera culpable, y dirige las culpas al otro. En este caso, parece que la chica padece el abandono de su pareja pero que, tras pensarlo, se da cuenta que es lo mejor que le ha podido suceder, por duro que sea, pues el susodicho era excesivamente posesivo. De hecho, hay muchas mujeres a las que les cuesta reconocer en su pareja a un maltratador psicológico.
EliminarUn abrazo.
Hola Josep, espero que lanzar el diario por la ventana le sirva y que esa mudanza también. Por lo menos no tendrá tantos recuerdos. Bien contado. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Ainhoa. La decisión de lanzar el diario por la ventana fue el preludio de un cambio radical en la vida de la joven, el símbolo de su liberación.
EliminarUn abrazo.
Bellos recuerdos que llevan a la tristeza del desamor para, finalmente, aceptar la realidad y pasar página. Interesante micro.
ResponderEliminarUn saludo.
Cuando por fin se logra pasar página de un acontecimiento que ha causado tristeza, quien así lo hace puede volver a vivir feliz, de lo contrario vivirá un calvario permanente.
EliminarUn saludo.
Es lo único bueno que tienen las mudanzas, que aprovechas para tirar cosas que no sirven para nada. Ahora solo le queda a tu protagonista "tirar" ese sentimiento de culpa por alguien que no se lo merece.
ResponderEliminarUn beso.
Pues es muy cierto, Paloma, y es que además de tirar cosas inútiles y muchas de ellas olvidadas, también te libras de los malos recuerdos, je, je.
EliminarUn beso.
Hola, Josep, siempre sostengo que si algo tiene de bello el amor, es la libertad que le da al Ser amado, mientras más aprisionas, más alejarás ese amor de ti y hay amores tan posesivos..., otros tan empalagosamente románticos y aditivos, y otros tan naturalmente llevados que si faltan los celos te acusan de no amar, ja, ja. Hay de todo en este menú amoroso, pero falta tanto amor propio, autoestima, que se pierde el encanto o magia que un dia hubo porque el acoso amoroso como la dependencia del amor, es más terrible que el desamor mismo.
ResponderEliminarEl micro nos habla de nostalgia y culpa por no saber retener un amor. Muy bueno el enfoque al ponerte en la piel de una mujer sensible y enamorada de su ex. Menos mal que decidió tirar el diario, por lo menos es una buena señal. Felices dias Josep.
Hola, Harolina. Efectivamente, el amor no implica la propiedad del ser amado. Solo se sustenta si existe un respeto mutuo, y cuando esto se ha acabado, tambien se acaba el amor, y no hay que intentar recobrarlo de cualquier modo, ni mucho menos recriminarse por no haber sabido conservar lo que ya no valía la pena mantener, sino librarse de aquella persona que al final hizo daño moral a su pareja.
EliminarUn saludo.
Un corazón roto por el desamor al que le cuesta sanar, muy buen micro, me gusta como describes los sentimientos, buen micro.
ResponderEliminarSaludos.
PATRICIA F.
Hola, Patricia. Me complace que te haya gustado la forma de plasmar el desamor en tan pocas palabras. En la realidad, se necesitarían de muchas más.
EliminarUn saludo.
Tu relato es una pieza emotiva y conmovedora que captura con gran sensibilidad el dolor de una ruptura amorosa y el proceso de intentar seguir adelante. En tan solo unos párrafos, logras transmitir una historia completa con un arco emocional claro: desde la nostalgia inicial hasta el intento de liberación final.
ResponderEliminarEl texto tiene una atmósfera melancólica y profundamente personal que invita al lector a empatizar con la protagonista. La narración en primera persona funciona perfectamente para sumergirnos en sus pensamientos y emociones, haciéndonos testigos de su lucha interna. Hay una mezcla de vulnerabilidad y fuerza que se desarrolla a lo largo del relato, culminando en un acto simbólico —arrojar el diario por la ventana— que deja una sensación agridulce de liberación incompleta.
Me impresiona cómo logras que el relato sea universal a pesar de su brevedad. Muchos lectores podrán reconocerse en esa sensación de aferrarse a recuerdos que duelen y en el esfuerzo por soltar un pasado que ya no tiene futuro. El tono es introspectivo pero no cae en la autocompasión excesiva, lo que le da autenticidad.
Te felicito.
En efecto, la joven pasa de un estado incial de nostalgia al del rencor en unos pocos instantes (seguramente en la vida real habrían transcurrido semanas e incluso meses).
EliminarQuien ha pasado por ese trance, probablemente se reconocerá, como bien dices. Y aunque cada persona recciona a un estímulo negativo de forma distinta al resto, seguro que existe en todas ellas un común denominador: la tristeza por el amor perdido, la nostalgia de los tiempos felices pasados, el desánimo por no haber sabido conservarlo, y finalmente la aceptación de lo inevitable.
Muchas gracias por tu amable comentario y acertado razonamiento.
Un saludo.
¡Hola Josep! A veces cuesta muchísimo sanar esas heridas que deja el desamor pero parece que la protagonista del relato ya está un paso más cerca de conseguirlo. Releer viejas notas que habíamos escrito para alguien o sobre alguien nos puede remover todo un mar de sensaciones dentro y tu lo plasmas muy bien a través de esa lectura del diario de la protagonista. Nos transmite perfectamente cómo puede estar sintiéndose ella en esos momentos.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Hola, Rocío! Pues sí, aunque las heridas de todo tipo acaban cicatrizando, las del desamor cuestan más en sanar y solo la fuerza de voluntad para pasar página puede acelerar ese proceso curativo.
EliminarComo creo haber dicho con anterioridad, si ver las fotografía antiguas del album familiar ya nos remueve muchos sentimientos, tanto de alegría como de tristeza, la lectura de un diario en el que se relata la felicidad pasada con quien había de ser un amor duradero, es mucho más doloroso.
Un saludo.
Sin duda hay amores que dejan huella por tiempo, pero si uno tiene claro que era mejor seguir caminos distintos, nos da aire para seguir adelante! Un abrazote Josep!
ResponderEliminarYo creo que todos los amores dejan huella, pero unos más que otros. Todos recordamos a nuestro pirmer amor con nostalgia, pero comprendemos que es algo del pasado. Sin embargo, cuando se produce una ruptura en la relación de una pareja que prometía ser sólida y duradera, la persona que se siente defraudada sufre lo indecible, y tiene que pasar mucho tiempo antes de superarlo, pero una vez logrado se abre un nuevo futuro y se olvida, poco a poco, ese doloroso pasado.
EliminarUn abrazo,
Hola, Josep, cuántas promesas incumplidas guardan los diarios y cuántas lágrimas se traga ese papel. No solo has hecho un homenaje al desamor, sino también a los diarios, esos que nos enseñaron a amar la escritura también.
ResponderEliminarUn abrazo. 🤗
Hola, Merche. No sé si hoy día se siguen escribiendo diarios peronales. Mi hija menor sí lo hacía, pero era una especie de reflexiones trascendentales sobre la vida y sus experiencias; supongo que tambien incluiría la amorosa, no lo sé. En todo caso, releer lo que un día se anotó, debe de tener un efecto muy profundo, al comprobar lo que un día fue y dejó de ser, y ver plasmada nuestra vida en unas páginas que una vez fueron muy importantes.
EliminarY en cuanto a que esos diarios enseñan a escribir, es muy cierto, Volvienddo al caso de mi hija, siempre ha sentido pasión por la escritura. Como yo, je, je.
Un abrazo.
Hola Josep. Creo que tu protagonista sufría por comparación. A veces pasa que la añoranza de mejores épocas es como un ancla. Pero hizo bien en tirar el diario aunque sea metafóricamente. Es como decir borrón y cuenta nueva.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Mirna. Efectivamente, leyendo de nuevo ese diario, mi protagonista vio claramente un antes y un después en su vida de pareja. El ahora estaba a años luz del antes y ello le produjo una despresión que solo logrará superar haciendo, como dices, borrón y cuenta nueva. La destrucción del diario es un primer paso.
EliminarUn abrazo..
Hola, Josep. Por no redundar en los comentarios anteriores me fijo en un aspecto concreto: A esa mujer del diario le queda una sensación de culpa por no haber sabido retener a aquel hombre. Y esto es tan injusto como habitual: A veces quien más apuesta por una relación es quien más sufre cuando esta se rompe, llegando incluso a sentirse culpable. Un gran detalle que incluyas este sentimiento, totalmente injustificado y muy destructivo. Una culpa absurda pero a veces inevitable. A ese hombre no había que retenerlo, había que darle puerta, y cuanto antes mejor... ¿Cómo que ella no pudo ser una de sus posesiones? ¿Que fué de aquellas promesas? Ojalá esa culpa saliera volando por la ventana junto con el diario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Isra. Esta joven sintió algo muy parecido a lo que sienten algunas mujeres maltratadas por un marido posesivo, que se inculpan de lo que realmente es culpa de él, por no hablar de que incluso intentan justificar (este no es el caso que nos ocupa) la actitud del maltratador argumentando que todo lo hacía por amor a ella.
EliminarEn todo caso tiene que ser un dolor muy intenso el producido por una separación, cuando la parte "abandonada" llega a recriminarse que no supo reconducir el problema, cuando, en realidad, no existía solución alguna. Así que lo mejor que pudo hacer mi protagonista fue sacarse de encima todos esos pensamientos negativos y acabar olvidando esa relación tóxica.
Un abrazo.
Josep, hay algo en este relato que toca una fibra muy concreta: esa culpa que aparece justo cuando debería asomar el alivio. Ese instante en que uno empieza a liberarse de lo que le pesaba, y aun así algo dentro susurra que el fallo ha sido suyo. Que “no haber sabido retener” a alguien te convierte en responsable, como si el amor se midiera por cuánto aguantamos, aunque nos estemos deshaciendo por dentro.
ResponderEliminarY eso es lo más duro del desamor: no solo perder al otro, sino tener que desmontar la idea de que hiciste algo mal, incluso cuando lo correcto era irse.
Me ha gustado que el diario no sea solo un símbolo de lo que fue, sino también del lugar donde quedó atrapada esa culpa. Y que al final vuele por la ventana —como si lanzar el papel fuera también lanzar la absurda idea de que uno puede ser posesión de otro. Esa frase final es potente. Deja claro que, más que una historia de desamor, esta es una historia de identidad: de alguien que empieza a recordar quién era antes de intentar encajar en la vida de otro.
Gracias por ponerle palabras a algo que muchas veces solo se intuye. Este micro habla de algo íntimo, y lo hace sin ruido. Sin gritos. Solo con la verdad incómoda de lo que cuesta decir adiós.
Un abrazo.
Muchas gracias, Tarkion, por tu elaborado comentario. Es muy cierto que cuando alguien fracasa en algo (ya sea una relación o un objetivo que se había marcado) muchas veces tiende a inculparse por no haber sabido hacerlo mejor, a diferencia de quienes suelen echar la culpa a alguien ajeno, la típica excusa de quien no quiere reconocer que ese fracaso se debe solo a él. En esta historia, el dolor por la pérdida de alguien que, en su día, representó el máximo exponente de la felicidad en la pareja, produce en la persona afectada (mi protagonista) ese sentimiento primitivo de culpabilidad, que solo tras una detallada reflexión le abrirá los ojos para darse cuenta de que fue él quien tuvo la culpa y que no merece llorar por esa ruptura sino alegrarse por haber roto con alguien que seguramente acabaría siendo un maltratador psicológico.
EliminarUn abrazo.
Josep, volver a leer ese diario te hizo sentir que ese amor se fugaba, para qué echar lágrimas. Mejor que el diario volara por la ventana acabara con los recuerdos. Un abrazo.
ResponderEliminarLa lectura de ese viejo diario sirvió para hacerla sentir en cierto modo culpable por haber dejado escapar a quien tantó amó, pero a la vez le abrió los ojos para verlo de otro modo, para verlo tal como en realidad era.
EliminarUn abrazo.
Josep. ¿Te imaginas? La mujer tira por la ventana el diario y justo abajo va pasando el ex y le cae en la cabeza. Un poquito de karma, un poquito de justicia poética jeje Va un abrazo.
ResponderEliminarJa, ja, ja. Pues yo me había imaginado que le cae en la cabeza de un escritor frustrado y sin ideas, a quien la lectura de ese diario le inspira para escribir una novela de amor y desamor. Sería una plagio, pero quién se iba a enterar, je, je.
EliminarUn abrazo.
Qué bonito.
ResponderEliminarMe encanta releer mis diarios de adolescencia, era tan dramática... Yo n puedo tirarlos, como tu protagonista.
Feliz día.
A mí también me gustaría, pero nunca llegué a escribir un diario sobre mi vida y mis cuitas. Eso solo lo hice cuando llegó mi jubilación, plasmando muchas de mis experiencias, de niño, de adolescente y de adulto, en una especie de biografía novelada o novela biográfica, de la que imprimí varios ejemplares que regalé a mis familiares más allegados, para que supieran quién fui y por todo lo que pasé. Mientras lo escribía me lo pasé muy bien y resultó ser un ejercicio totalmente catártico.
EliminarUn abrazo.
Hola Josep. Qué difícil es pasar página muchas veces en la vida, y sin embargo qué necesario, no podemos quedarnos anclados al pasado, ni a personas que no quieren estar ya en nuestras vidas. Muy bien reflejado. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge. Cuando uno vive muy intensamente una experiencia, sobre todo si es amorosa, resulta muy difícil superar el fracaso e imposible de olvidarla. Aun así, hay que esforzarse para evitar, como bien dices, estar anclados en un pasado que solo nos aportará una triste nostalgia.
EliminarUn abrazo.
Es admirable la imaginación que tienes, cientos y cientos de relatos cada uno de un tema distinto. Enhorabuena.
ResponderEliminarSAludos.
Con tu permiso voy a subir el enlace a BlogNet, un grupo en Facebook de blogueros que intentamos viralizar nuestros blogs y nuestras entradas. No sé si perteneces al grupo, en cualquier caso allí estamos y estaríamos encantados de que te unieras a nosotros.
ResponderEliminarHola, Manuela. En primer lugar, agradezco tu cumplido. Es cierto que soy bastante ecléctico y me gusta todo tipo de género. En mis dos recopilaciones de relatos doy buena prueba de ello.
EliminarEn cuanto a tu petición, no tengo ningún inconveniente, aunque ya he visto que has compartido este relato en BlogNet, el grupo de facebook al cual me acabo de agregar. Veremos cómo funciona la cosa, je, je.
Un abrazo.