domingo, 19 de enero de 2025

Año nuevo, vida nueva

 


Juan y María llevaban casados 49 años. Al cabo de seis meses celebrarían las bodas de oro. Nunca habían imaginado vivir tanto tiempo juntos. Pero así era y sería mientras su salud lo permitiera.

Este año pasarían la Nochevieja solos, sus hijos tenían otros compromisos y no podrían celebrarlo juntos como cada fin de año. Sería más triste de lo habitual, pero lo importante era pasarla juntos.

Lo celebraron siguiendo la tradición: una cena exquisita —María era una excelente cocinera—, turrones y cava y a esperar las doce campanadas desde la Puerta del Sol, intrigados por ver qué vestido luciría en esta ocasión la Pedroche.

Llegado el momento culminante, tras haber tragado, no sin cierta dificultad, las doce uvas, cada uno formuló su deseo secreto. Ambos pidieron, como siempre, seguir siendo felices a lo largo del año que acababan de estrenar.

Se acostaron temprano —la edad no perdona—, pues pasada la una de la madrugada ya se les cerraban los ojos irremediablemente.

Al día siguiente vendrían los hijos y los nietos a comer. María ya había preparado un gran ágape, como cada año. Durante la comida, brindarían por los que ya no estaban.

Lo que María no podía haber previsto era que ese día tan inolvidable, sería Juan quien no estaría presente. Esa mañana no despertó. María estrenó así una nueva vida sin su marido. Juan siempre había dicho que quería dejar este mundo sin sufrir, tranquilamente, mientras dormía. Por lo menos, ese deseo sí que se cumplió.




58 comentarios:

  1. Magnífico relato, Josep Mª!
    Después de tantos años juntos, resignarte a tener que hacer el resto del camino sola tiene que ser un reto muy amargo. Pero morir sin dolor, en plenas facultades y sintiéndote dueño de ti mismo no deja de ser un regalo que todos querríamos que la vida nos hiciera en el último tramo de nuestra existencia. La vejez es cruel porque viene cargada de renuncias y de dolor, de soledad y de desamparo. Para morir no hace falta sufrir durante años ni ver cómo cada día vas siendo capaz de hacer menos cosas y tener que cederle terreno a una dependencia que te resta dignidad.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Hola, Estrella.
      En primer lugar, gracias por tu valoración. La falta de la pareja con la que se ha convivido muchos años marca un antes y un después, pues la vida ya no es igual y esa falta produce mucho dolor.
      En cuanto a la forma de morir, indudablemente todos deseamos lo mismo: morir en paz y sin dolor, aunque no podamos despedirnos de nuestros seres queridos, que es lo que estos más sienten no haber podido hacer.
      El fin de una existencia debería ser siempre dulce y sin haber tenido que sufrir por culpa de una enfernedad larga e incurable.
      Un abrazo.

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  2. Así es la vida, y también una de las mejores maneras de morir. Tal vez no lo sea tanto para los que quedan, aunque en la pérdida de un ser querido no hay buenas formas.. Me gustó mucho el tono fluido y natural del correr de la vida, con ese "como siempre" para que no haya más "como siempre" sino un barajar y dar de nuevo. Un abrazo

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    1. Sí, Juana, así es la vida. Y es muyu cierto que quien sufre más la ausencia de un ser querido es quienes se quedan, no aquel, o aquella, que se va.
      Me alegro que, aunque sea una historia triste, te haya gustado el modo de desarrollarla.
      Un abrazo.

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  3. Y a quien no le gustaría morir así, de la noche a la mañana, en un pis pas, ahorrandose pruebas dolientes y sufrimiento.
    Excelente Josep.
    Feliz comienzo de semana.
    Abrazo

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    1. En efecto, Carmen, todos deseamos que, llegado el momento, dejemos este mundo de una forma tranquila, y qué mejor que tras un sueño plácido y profundo.
      Feliz semana.
      Un abrazo.

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  4. Un final ben dolç aquest !. Ell va aconseguir fer realitat el seu desig, potser els altres ho haurien desitjat molts anys més tard...
    Bon any i força !.

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    1. Per mí, és la millor manera d'abandonar aquest món, sense fer soroll ni molestar a ningú.
      Bon any i salut!

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  5. Se le atravesaría una uva... o el vestido de la Pedroche.
    Hay gente que elige fechas señaladas para morirse. Yo conocí a una señora que murió el día que cumplía 100 años.
    Buen micro.
    Un abrazo.

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    1. Pues quizá su corazón no superó la conmoción de ver a la Pedroche con esas pintas que suele lucir, je, je.
      Aunque pudiera hacerlo, creo que no me atrevería a elegir la fecha de mi muerte. Prefiero dejarlo al azar e ignorar cuándo tendrá lugar.
      Un abrazo.

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  6. Pero Josep, jaja, pobre Juan, ¿qué te hizo para que lo mataras a seis meses de cumplir sus bodas de oro? ¿O lo hiciste por María, pues más vale tarde que nunca y ahora se siente liberada de esa carga que llamaba matrimonio? Al fin y al cabo la historia trata sobre ella, sobre cómo se las va a arreglar para seguir de ahí en adelante. Más saludos.

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    1. La familia va creciendo sin parar y alguien tiene que dejar espacio en este mundo, digo yo. Y le tocó al pobre Juan. Mala suerte, aunque suerte sí tuvo en el modo de hacerlo. Y María, qué te voy a decir, tendrá que dedicarse más que nunca a sus nietos, y como ya no tendrá nada que hacer con su marido, lo/as hijo/as se aprovecharán más que nunca para pedirle que haga de canguro (en España es la persona que cuida a los niños cuando no pueden hacerlo los padres), pero sin cobrar, je, je.
      Un saludo.

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  7. ¡Ay! Un relato que deja una sensación agridulce. Al final hay que celebrar la vida compartida y agradecer lo vivido. Un micro estupendo, Josep.

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    1. Pues sí, Marta, este tema no hay forma de tratarlo sin dejar un regusto amargo. Y es que la vejez, por mucho que algunos coach digan lo contrario, es una etapa de la vida bastante triste, como lo es la muerte.
      Me alegro que, a pesar de todo, te haya gustado.
      Un abrazo.

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  8. Triste final para Juan aunque no se enterara de su muerte, mal comienzo para la familia.

    Abrazos.

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    1. Hola, Conchi. Desde luego, ese final es mucho más triste para la familia que para el finado, que, a fin de cuentas, no se enteró de nada. Debe ser horrible darse cuenta que uno se está muriendo. teniendo la mente clara.
      Un abrazo.

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  9. Hola Josep. Perder a tu compañero de vida debe ser una tragedia y dejar la sensación de que todo lo que sostenía tu mundo se va poco a poco apagando. Cierto es que morir en la placidez del lecho, sin esperarlo ni desearlo, debe ser la mejor de las muertes. Ese es un gran consuelo. Un abrazo.

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    1. Hola, Jorge. Es como perder una pierna, que aunque puedas seguir caminando lo haces con dificultad, pues has perdido un importante punto de apoyo. Del mismo modo que quien ha perdido un miembro, lo sigue notando, como si todavía lo tuviera, un viudo, o viuda, sigue sintiendo la presencia de su ser amado aunque no lo pueda ver.
      La muerte de forma indolora y plácida de un ser querido también es un alivio para de quien sigue vivo.
      Un abrazo.

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  10. Duro, pero a la vez tierno relato de una muerte sin sufrimiento y no diría que feliz, pero si con el ciclo de la vida cumplido. Una manera de empezar el año de muerte je, je.
    Reto más que superado.
    Abrazos, Josep.

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    1. La muerte nunca es bienvenida, pero cuando llega es mucho mejor que lo haga rápidamente y sin sufrimiento. Solo sufre el que se queda sin compañía, pues quien se va no se da cuenta de ello.
      A María, el año nuevo, desde luego, le trajo una vida nueva, aunque no fuera la esperada.
      Un abrazo, Miguel.

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  11. Hola Josep Mª
    Creo que la mayoría preferiríamos este regalo, si pudiéramos elegir: morir sin dolor, en plenas facultades y sintiéndote dueño de ti mismo. Un buen aporte al reto.
    Saludos
    Marlen

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    1. Hola, Marlen. Lo que más tememos de la muerte no es morir sino el dolor. Aunque hoy día, los cuidados paliativos intentan evitar ese doloroso trance, no hay nada mejor que marcharse sin hacer ruido y siendo dueño de tu mente.
      Un saludo.

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  12. Hola.
    Precioso relato, aunque me ha removido. A mí padre se lo llevo la ambulancia durante la cena de Nochebuena y mi madre no despertó un lunes de carnaval, que a ella le encantaba.
    Qué alegría volver a tus letras y, respecto a la Pedroche...no me gustó nada lo que le pusieron en la cabeza, con lo mona que es le quedaba raruno, ajaja.

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    1. Hola.
      Cuando sobreviene algo así, siempre es doloroso, pero cuando sucede en fechas señaladas deja una huella más imborrable, si cabe, pues año tras año, al llegar esas fechas sentimos más su ausencia.
      Mi madre se indispuso un día de Navidad y tuvo que ser ingresada de urgencias, Le diagnosticaron un cáncer que se la llevó. Y mi padre, cinco años después, falleció de repente una semana antes de Navidad. Supongo que ambas cirsunstancias han propiciado este relato sobre la vejez.
      En casa, de un tiempo a esta parte, solemos sintonizar el canal donde aparece la Pedroche solo por curioidad, para ver qué extravagancia lucirá en cada ocasión. Pero luego, una vez visto, cambiamos a otra cadena, je, je.
      Un abrazo.

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  13. Ay, qué triste y mira que me lo estaba imaginando. Bueno, al menos se fue sin sufrir, como quería, pero pobre mujer, qué manera de empezar el año. Me ha gustado mucho.
    Un beso.

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    1. Tenía en mente relatar una historia en la que alguien espera que el año nuevo le depare fortuna y lo que le trae son penalidades, pero tenía que asociarlo con la vejez y me sentí tentado a contar algo triste al respecto. Y así salió este micro, y me alegra que te haya gustado.
      Un beso.

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  14. Hola Josep, la forma de morir es la ideal, lo malo son las consecuencias de esa muerte inesperada `para los demás , pero por lo que nos cuentas tu protagonista la llevó bastante bien. La fecha elegida para morir es inolvidable para la familia.
    Bonita y triste historia
    Un abrazo
    Puri

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    1. Hola, Puri. María tuvo, si duda alguna, un gran disgusto al perder a su marido, con el que había convivido toda una vida, en ese día tan señalado y tan de repente, si previo aviso, aunque es de suponer que, por otra parte, se resignó pensando que, por lo menos, no había sufrido.
      Un abrazo.

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  15. Hola Josep. Estupendo relato, como siempre. Esa forma de morir la quisiéramos todos, porque normalmente nos asusta la forma...
    Feliz él de irse así, pero para quien queda es un gran mazazo, en este caso su mujer.
    Me ha gustado mucho amigo.
    Un abrazo.

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    1. Hola, Elda. En efecto, como he dicho anteriormente, no nos asusta tanto la muerte como el sufrimiento que puede precederla. Morir en paz, física y mentalmente, es lo mejor que nos puede pasar, aunque cuanto más tarde sea mejor, je, je.
      Me alegro que, a pesar de lo triste de la historia, te haya gustado.
      Un abrazo.

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  16. Calculo que ella se espera a las bodas de oro y ni un minuto más.
    Por cumplir...
    Estos matrimonios tan largos suelen acabar bastante parejos.
    Abrazooo

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    1. Hola, Gabiliante.
      Seguro que cuando llegue la fecha en la que habrían celebrado as bodas de oro, lo pasará muy mal, al igual que le ocurrirá cada día de año nuevo.
      Un abrazo.

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  17. Qué relato más emotivo y triste Josep, la vida es así, pero perder tu marido a cierta edad es aún mucho más duro. Un abrazo

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    1. Gracias, Nuria. Parafraseando la canción, cuando un amigo (o ser querido) se va, algo se muere en el alma. Quien se queda solo, sufre la ausencia de quien marchó, y más cuando se trata de una pareja que ha convivido tantos años.
      Un abrazo.

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  18. Después de toda una vida juntos, cuando falta la pareja ha de acerse todo un mundo seguir sin ella. Debe estar presente en cada objeto que tengamos en casa, en cada lugar del barrio, en cada recuerdo. Ha de ser doblemente difícil continuar el camino solo. Muy emotivo el relato Josep Mª! Un abrazote!

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    1. La muerte del compañero o compañera de vida siempre es dolorosa, pero de joven se acaba superando poco a poco y se puede vivir una nueva vida, pero cuanso se es muy mayor, la ausencia es como un agujero negro o un pozo sin fondo. Y es muy cierto que todo recuerda a la vida que compartieron, tanto los objetos como las situaciones, y en los momentos de celebración, como es la Naviodad, todavía resulta más duro.
      Un abrazo.

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  19. Hola, Josep!
    Pues es un relato con un final trágico y feliz al mismo tiempo. Sí él dejó de sufrir pero ella sí y no a partes iguales. Por un lado por no tenerlo a su lado pero por otro por una partida placentera. Cada vez me obsesiona menos la partida en cuestión, creo que obsesionarse con ella mitiga el disfruta que nos quede en esta estancia.
    Muy buena propuesta, Josep, un placer leerte!
    Un abrazo

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    1. Hola, tocayo! Cuánto tiempo sin leerte. Y de pronto, zas, apareces en tu blog y en el mío, je, je.
      Cuando mi madre falleció, mi padre se consoló pensando que pronto se reuniría con ella. A una edad avanzada, es una cuestión de fe pensar si marcharse de este mundo es bueno o malo. Y mi padre, que tuvo que esperar cinco años, no dejaba de pensar en ese momento. Lo malo es que ni ella ni él tuvieron una muerte plácida, que es lo que todos deseamos.
      Muchas gracias, Pepe, por dejar tu amable comentario.
      Un abrazo.

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  20. Hola Josep, un relato super emotivo que hace que uno recuerde a familiares que ya no están. Y bueno, creo que el señor tuvo la mejor muerte de todas y eso es de agradecer, para ella será un poco difícil la vida sin su pareja pero espero que también la muerte sea amable con ella. Me has conmovido con tus líneas. Te felicito.

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    1. Hola, Ana. Todas las Navidades, cuando levantamos la copa de vino o de cava para brindar, dedicamos un momento para recordar a los que ya no están con nosotros, que cada vez son más, como es natural. Afortunadamente, la marcha de los más mayores se ve compensada con la llegada de nietos y sobrinos, que nos alegran la vida.
      Y lo que todos deseamos es que aquellos que se fueron, lo hicieran en paz, haciendo, de este modo, su pérdida más soportable.
      Muchas gracias por tu felicitación.
      Un saludo.

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  21. Bonito relato que has escrito. Pasar los 50 años juntos es una maravilla cuando se aman. Nosotros estamos en ello este año será especial si la muerte no llega antes para uno de los dos. Un abrazo.

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    1. Pues espero que podáis celebrarlo juntos, en armonía y con salud. Las bodas de oro son un regalo para una pareja que se ama.
      Un abrazo.

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  22. Para el que se va placidamente es toda una bendición. Pero ya nmos figuramos que los que se quedan son los que se llevan la peor parte en la ración de tristeza.
    Un abrazo Josep. Un placer leerte.

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    1. Es así, Javier. El que se va de ese modo, sin hacer ruido, sin darse cuenta, no puede sufrir su propia pérdida, a diferencia de quien es consciente de que está viviendo sus últimos minutos en este mundo. En cualquier caso, quienes más sufren son siempre los que se quedan.
      Un abrazo.

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  23. Hola, Josep, un micro cargado de sentimiento y tradiciones, y que desde luego la sorpresa final cambia los planes.
    Te cuento que mis padrinos, que fueron mis segundos padres (una pareja sin hijos) faltando un mes y unos cuantos días para cumplir su boda de oro ella murió, estaba enferma y él sin estar enfermo murió de tristeza a los seis días de haber pasado la fecha de la boda de oro, se amaron tan hermosamente que fue dura la separación.
    La vida tiene sus misterios y hay que saber respetarlos. Me ha gustado mucho tu micro. Un abrazo.

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    1. Hola, Harolina. La vida nos da muchas sorpresas, unas buenas y otras malas. Entre las malas están esas muertes inesperadas o en momentos que deberían ser más de celebración que de tristeza. Pero como no lo podemos evitar, no nos queda más remedio que resignarnos a la triste realidad. A mi padre le hacía ilusión llegar a cumplir los 100 años y falleció, en vísperas de Navidad, cuanso le faltaban unas semanas para ello.
      Me alegro que te haya gustado este breve relato.
      Un abrazo.

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  24. Un relato que sucede con frecuencia, el comienzo de una vida nueva sin la persona que ha compartido una vida contigo y que has amado es muy dificil, pero como bien dices en una respuesta, la vida teda de todo un poco penasy alegrias, amor y ausencia, logros y fracasos...de todo se aprende y te vas haciendo fuerte
    Me ha gustado mucho el relato
    Un abrazo

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    1. Por triste que parezca, por salud mental, tenemos que estar preparados a aceptar esos golpes que nos da la vida de vez en cuando y, cuando acontecen, procurar pasar las etapas del duelo lo más rápidamente posible. La pérdida de un ser querido produce una herida en el alma que no se cura del todo pero cicatriza con el tiempo.
      Me alegro que te haya gustado este relato.
      Un abrazo.

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  25. Vaya manera de empezar el año... o de terminarlo, que en esas fechas yo me hago un lío.
    Está claro que uno puede hacer todos los planes del mundo, pero el destino o lo que sea que se encarga de nuestro futuro va a su bola. Cuando uno es mayor estos cambios bruscos son más probables, pero nadie está libre de algo así.
    Al menos, el deseo de Juan se cumplió.
    Un beso.

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    1. Noche Vieja y Año Nuevo, una frontera muy delgada entre lo pasado reciente y el futuro inminente. Y en ese corto espacio de tiempo nos puede cambiar la vida de forma sorprenente, y no siempre para bien, como en este relato. No recuerdo si ya lo he dicho antes, pero es muy cierto que el hombre propone y Dios (o el destino, la mala suerte, o lo que sea) dispone. Creemos, o queremos, que el año nuevo nos deparará forzosamente algo bueno, pero nunca se sabe. Año nuevo, vida nueva, mejor o peor, eso sí.
      Un beso.

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  26. Hola Josep esta vida tiene estas cosas. Bien contado. Un abrazo.

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    1. Hola, Ainhoa. Esta vida, para bien o para mal, está repleta de sorpresas. Solo esperamos las buenas, pero debemos estar preparados para las malas.
      Un abrazo.

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  27. Hola, Josep Maria.
    Tuvo suerte de que uno de sus deseos se cumpliera, se teme al sufrimiento, creo que todos deseamos irnos así, pero tu historia, aunque sea una escena cotidiana deja un poquito más, y es el que se queda, que es su mujer, después de tantos años, da mucha pena pensar en ella.
    Besos.

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    1. Hola, Irene. Pues sí, tuvo esa suerte, aunque no se enteró de ello, a menos de que exista algo parecido a la vida después de la muerte y supiera cómo falleció. Y, por supuesto, su mujer, que conocía el deseo de su marido. En cierto modo, un motivo de serenidad y resignación. Todos preferiríamos marcharnos así, algo que también se lo deseamos a nuestros seres queridos.
      Un beso.

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  28. Un relato muy bonito y triste, por lo menos a María le queda el consuelo de que Juan se quedó dormido, ese es el final que deseamos todos, terminar así, plácidamente. Un abrazo Josep.

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    1. Morirse sin sufrir y sin darse cuenta es lo mejor que nos puede pasar, aunque este hecho no está exento de dolor por parte de los allegados que han perdido a su ser querido.
      Un abrazo, Lola.

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