Con estre microrrelato, que lleva por título La obra póstuma, participo en el reto que nos plantea este mes El Tintero de Oro. Espero que os guste.
Pensé
que quizá la tranquilidad de una biblioteca me sacaría del pozo seco en el que se
hallaba mi inspiración. Y así fue.
Al tercer día consecutivo de acudir a la
biblioteca pública tuvo lugar el hallazgo. Hasta entonces, todas las escasa
ideas me resultaban anodinas, nada que ver con mi pasada experiencia literaria.
Fue al agacharme para recuperar mi bloc de notas escasamente nutrido de
estupideces, cuando lo vi.
Al principio no identifiqué de qué se trataba,
pero cuando lo tuve en mis manos comprobé que era un tintero dorado —parecía
oro auténtico— y en él había la siguiente inscripción: “Pídeme un deseo y lo
verás por escrito”. No me lo podía creer. ¿Acaso estaba ante una especie de
lámpara de Aladino? Qué tontería más pueril —pensé.
Pero mi desesperación me empujó a probar la
veracidad de aquel sortilegio. Y funcionó, ya lo creo. En apenas unos minutos
mi mano escribía compulsivamente. Y lo que surgía de ella era oro puro, como el
del tintero mágico.
Mi editor, gratamente satisfecho por el
resultado, me prometió publicarlo lo antes posible, previendo que sería todo un
éxito.
Cuando, al llegar a casa, me dispuse a poner en
un lugar prominente el tintero, como si de un trofeo se tratara, vi algo que
hasta entonces me había pasado desapercibido. En letras muy pequeñas, había
otra inscripción que decía: “pero todo tiene su precio”.
Ese precio lo estoy pagando ahora en una cama
de hospital. Creo que mi novela será mi obra póstuma.
(250 palabras)
La verdad es que todo tiene su precio, pero el pobre protagonista lo pagó demasiado caro 😅. Un aporte directo, centrado y resolutivo para este reto Tintero 💯👌
ResponderEliminarAbrazos, Josep.
Gracias, MIguel. La tentación fue demasiado fuerte, invitando al protagonista a correr un riesgo desconocido.
EliminarUn abrazo.
Hola, Josep.
ResponderEliminarEste tintero mágico es que es muy traicionero. Primero engatusa con sus promesas y luego te castiga con sus tributos. ¿A qué me recuerda esto? ¿Bancos, telefonía, televisiones, contratos de ensueño...? Nusé. 😅😂
Una magnífica redacción con bella elección de las palabras.
Un placer leerte. Muchas gracias.
Un Abrazo.
Hola, José Antonio (porque supongo que Ant. es la abreviación de Antonio, je, je). Todo lo mágico tiene dos caras, la buena y la oscura, y en este caso la oscura resultó muy peligrosa. Y en efecto, muchas de las promesas que nos hacen en esta vida, suelen truncarse al descubrir lo que hay detrás de ellas.
EliminarMuchas gracias por tu valoración.
Un abrazo.
Excelente Josep. Es lo malo de no leer la letra pequeña aunque sospecho que incluso de haberla leído el protagonista hubiera "firmado". Un relato que nos enseña que los atajos fáciles siempre tienen un precio. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Ana. Al igual que en los contratos que firmamos, muchas veces obviamos leer la letra pequeña y luego vienen las sorpresas.
EliminarUn saludo.
Hola Josep, puñetero tintero con que mala hostia se las juega, si es que no nos acostumbramos a leer la letra pequeña... Que pena que termine siendo su obra póstuma. Muy bueno. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Nuria. Un tintero que prometía el éxito pero que escondía un lado oscuro y muy peligroso. Y ahora el protagonista tiene que pagar un precio demasiado alto.
EliminarUn abrazo.
Hola, Josep, qué triste final, pero necesario porque así lo pedían en el reto. Una pena no poder disfrutar de las mieles del éxito, como se suele decir, al menos tuvo una gran obra entre sus manos.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola, Meche. Pues sí, el final es muy triste, pues no tiene vuelta atrás. Consiguió la inspiración y el éxito que anhelaba, pero le ha costado muy caro.
EliminarUn abrazo.
El final ha sido un alto precio. Con lo que cuesta que llegue el éxito y que no pueda disfrutarlo...Saludos!
ResponderEliminarMuchos favores se cobran un precio demasiado alto. Muchas veces más vale quedarse como uno está que arriesgarse ante lo desconocido.
EliminarUn saludo.
Hola, Josep. Ay la dichosa letra pequeña, cuantos disgustos da por no leerla a tiempo. De todos modos, leerte es un placer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Carmen. Muchas veces no leemos la letra pequeña, bien porque nos pasa desapercibida, bien por desidia, ignorando que puede contener una información de vital importancia.
EliminarGracias por comentar.
Un abrazo.
Dicen que «el que algo quiere, algo le cuesta», pero hay precios que no compensan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Antes de tomar una decisión, deberíamos conocer y valorar los pros y los contras. Pero muchas veces, la ansiedad o la necesidad, nos hace imprudentes.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno el relato y con un final muy triste.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ánxela. Me alegro que te haya gustado.
EliminarUn saludo.
Ese genio de Aladino se cobró muy caro cumplir el deseo. Un texto ágil, y muy bien narrado. Me ha gustado mucho
ResponderEliminarUn abrazo
Este genio no resultó tan simpático como el de Aladino. Tenía una pistola cargada para cobrarse el favor.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo.
¿ no es posible que llevando al hospital el frasco del veneno encuentren una cura?
ResponderEliminarSi estuviera House...
Estoy viendo que la frase obligada, que además es determinante, y la poca extensión nos deja poco margen de libertad. justo podemos jugar con el entorno.
abrazo, Josep maria
Si House existiera, muchos lo agradeceríamos, je, je.
EliminarEn efecto, como este micro tenía que ceñirse a una longitud que no podíamos exceder, no ha quedado más remedio que reducir la historia a la mínima expresión.
Un abrazo, Gabiliante, y gracias por pasarte.
¡Hola, Josep! Muy buen micro. Gracias por participar en el reto. Me ha gustado que quien pide el deseo no ve la advertencia de pagar el precio hasta mucho más tarde, cuando ya se ha cumplido el deseo, y culmina la historia con este dramático e inevitable final. Me he imaginado ese momento en el que el protagonista ve la inscripción de la letra pequeña: debió ser muy desconcertante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tu amable comentario. La idea que hay detrás de este reto ya indica que no hay que precipitarse a la hora de pedir un deseo, por mucha necesidad que uno tenga de obtenerlo.
EliminarUn abrazo.
Hola, Josep, qué tal el verano? Espero que bien. Pues mira que te vinieron las musas y con ellas un relato tan esperanzador como escalofriante. No sé si el precio a pagar valdría la pena, aunque por lo menos el éxito lo haría eterno.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Hola, Pepe. El verano, aparte de muy caluroso, como en todas partes, ha trancurrido y sigue transcurriendo con bastante tranquilidad. No obstante, las musas solo acudieron cuando, ya de vuelta de las vacaciones y cansado de esperarlas, les di un ultimatum: o aparecéis de una vez o quedáis despedidas, ja, ja, ja.
EliminarEn cuanto a mi protagonista, mis musas, un poco cabreadas coinmigo, me impusieron ese final. O lo terminas como nosotras queremos o seguimos de vacaciones. Y, claro, las mujeres siempre se salen con las suyas, je, je.
Un fuerte abrazo de vuelta.
¡Ay! Cómo se las gasta ese tintero... Un micro estupendo, Josep, con una frase final demoledora. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn tintero con malas artes, sin duda.
EliminarGracias por tu comentario, Marta. Me alegro mucho que te haya gustado.
Un abrazo.
La vida, la cordura, la salud... toso es válido para este pérfido tintero, no tiene piedad de los que caen en sus redes. Voy a empezar a buscar yo uno a ver si me inspira para este reto que me parecía fácil, pero sigo sin que me visiten las musas. A falta de musas, bienvenido sea tintero maligno...
ResponderEliminarUn beso.
Yo también busqué ese tinterio mágico, pero sin éxito y ahora celebro no haberlo encontrado, je, je.
EliminarUn beso.
Muy buen micro Josep, sin dudas que todo en la vida tiene su precio, este señor por pasar por alto esas pequeñas letras, caro lo está pagando.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
Efectivamente, todo en la vida tiene su precio y hay quien no repara en arriesgarse a pagar uno muy alto a cambio del éxito.
EliminarUn abrazo, Patricia.
¿Cuantas grandes obras se han convertido en exitosas una vez muerto su autor, y sin este poder disfrutar satisfecho de su éxito? Puede haber peor castigo para el ego de un escritor o cualquier otro artista? En cualquier caso, es una lástima, que gran pena! Un abrazote!
ResponderEliminarPues sí, hay algunas obras póstumas que han alcanzado un gran éxito de autores que en vida fueron uos perfectos desconocidos. Una injusticia.
EliminarUn abrazo.
Hola Josep.
ResponderEliminarSolemos aprender tarde y de mala manera que todo tiene un precio en esta vida. Por lo menos, todo lo que se consigue sin esfuerzo. Un abrazo.
Hola, Marlen. Se dice que de los erores se aprende, pero en este caso, mi protagonista no tuvo tiempo de rectificar.
EliminarUn abrazo.
¡Hola Josep! Otra pobre alma que cae en las garras del tintero. Creo que tu protagonista ya habrá aprendido la lección, de que siempre hay que buscar la letra pequeña, aunque ya no le vaya a servir de mucho.
ResponderEliminarBuena aportación.
Un saludo.
Hola, Rocío! Hay quien es capaz de vender su alma al diablo a cambio de que se le conceda un deseo. En este caso, el diablo tomó forma de tinterio de oro.
EliminarUn saludo.
¡Hola, Josep! Nada como una muerte abrupta para que hablen de uno. Pocos mitos del cine, e incluso de las letras tuvieron una vida larga. Quizá se trata de eso, de abandonar el plató en el momento justo. Sin duda, que los herederos lo agradecerán, je, je, je... Estupendo micro para el reto. Espero que hayas disfrutado de un verano magnífico. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminar¡Hola David! El pobre iluso no disfrutará de los laureles, pero sí disfrutarán de los beneficios económicos sus herederos, si los tiene.
EliminarEl verano no ha estado mal, pero podía haber estado mejor, je, je. Entre otras cosas, estuve buscando la inspiración y como no encontré, afortunadamente, ningún tintero mágico, me tuve que contentar con esta idea que salió a duras penas.
Veo que se ha cumplido el comentario que dejé en el Tintero de Oro sobre que, como ya no participabas activamente en su administración, podías, por lo menos, participar en sus retos.
Me alegro que lo hayas hecho.
Un abrazo.
El tintero siempre tiene sorpresas.... la obra ira firmada con otro nombre..... no se puede confiar en artefactos magicos.
ResponderEliminarYo no sé qué haría en la misma situación de mi protagonista. No creo en los milagros, pero a veces la tentación es tan fuerte que nos hace ser imprudentes.
EliminarUn abrazo.
Estupendo aporte Josep, lástima que vió tarde la letra pequeña. Un saludo!
ResponderEliminarGracias, Lulita. Pues sí; si se hubiera fijado en la letra pequeña, otro gallo le habría cantado. Quién sabe.
EliminarUn saludo.
Tiendo a desconfiar de los mensajes publicitarios porque casi siempre engañan o se callan lo que no les interesa que se sepa. En cuanto a los objetos mágicos y sus mensajes... pues nunca me he encontrado nada parecido pero creo que debo aplicar la misma actitud que con los anuncios a tenor de lo que le pasa a tu prota, ja, ja, ja.
ResponderEliminarBuen relato Josep Mª. Estoy volviendo, muy poco a poco, a este mundo bloguero y me he estrenado con tu historia. Voy ahora al Tintero a ver las bases exactas y lo mismo me animo y participo.
Un besote.
¡Hola, Paloma! Nadie regala nada a cambio de nada. Todo tiene su precio y hay que ser muy cauto para no caer en el engaño. Solo la desesperación puede dar al traste con todo tipo de precauciones.
EliminarYa he comprobado que te has animado, estrenando el curso con un relato típico de su autoría. A ver si también te animas a participar en este reto. Total, solo son 250 palabras, je, je.
Un beso.
Muy bueno. Hay que ver la mala sombra que tienen algunos "genios del tintero"
ResponderEliminarMuchas gracias, Guille. Desde luego, hay genios muy astutos y con mucha mala leche, je, je.
EliminarUn saludo.
Las inscripciones habrá que leerlas con una buena lupa ¡Que mala uva tenía el tintero!. Muy buen relato Joseo "Suerte".
ResponderEliminarAbrazos.
Esa inscripción especial es como la letra pequeña de muchos contratos y anuncios, que uno no lee porque apenas se aprecia o bien porque uno es en exceso confiado.
EliminarUn abrazo, Conchi.
Perdón, quería decir Josep.
ResponderEliminarHola Josep, ¿qué tal tus vacaciones?, yo estoy aquí desde el domingo después de un mes y medio por la selva, que es lo que parece la aldea, jajaja.
ResponderEliminarBueno, vaya participación más estupenda que has hecho, me encanta el tema que has elegido, y a la vista está que siempre hay que leer la letra pequeña.
Yo tenía un jefe en la oficina que cuando no leíamos un papel por detrás nos decía... Bueno la verdad es que no lo voy a poner por si lo lee alguna feministas de estas acérrimas que hay. A mis compañeras y a mi, la verdad es que nos hacia gracia.
Me salgo del tema pero te digo, que me ha gustado muchísimo el relato.
Un abrazo amigo.
Hola Elda. Las vacaciones no han ido demasiado mal. Ya contaré alguna cosa en mi otro blog. Ahora estoy de vuelta a la rutina, retomando los problemas que dejé aparcados, je, je.
EliminarMe alegro que te haya gustado mi relato, pues me costó mucho hallar una historia digna de ser publicada, pues mis neuronas también se habían tomado vacaciones, ja, ja, ja.
En cuanto a lo que cuentas del papel y tu jefe, seguramente en aquel entonces era una broma aceptable y aceptada. Ahora, en cambio, la cosa probablemente sería muy distinta. Los tiempos han cambiado y las sensibilidades también.
Un fuerte abrazo, amiga.
Muy buen relato Josep,
ResponderEliminarMe gusta que haya transcurrido en una biblioteca, no en vano en eso coincide con el mío. Otro ejemplo más de que la ilusión repentina no permite al protagonista sopesar la situación, o descubrir la tan temida "letra pequeña". Gran aportación.
Un saludo!
Muchas gracias, Antonio. Una biblioteca siempre tiene un halo de misterio, regalando sosiego e inspiración. Cuando era estudiante universitario, me gustaba mucho acudir a la biblioteca pública (la Biblioteca de Catalunya), rodeado de paredes seculares. Ese silencio sepulcral y la luz atenuada me ayudaban mucho a estudiar relajadamente. Nunca hallé un objeto mágico, pues eso solo sucede en la imaginación, je, je.
EliminarUn saludo.
Hola Josep, sin duda el precio del trato ha sido altísimo. Buen micro. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Ainhoa. Demasiado alto, desde luego. Si lo hubiera sabido...
EliminarUn abrazo.
La maldición del tintero. Bueno, al menos la inmortalidad estuvo garantizada. Pocos son los afortunados.
ResponderEliminarUn abrazo, Josep.
Si al menos pudiera ver el éxito de su obra desde el más allá, quizá habría valido la pena, je, je.
EliminarUn abrazo, Isabel.
¡Hola Josep Mª! Cuántos autores dejaron su obra póstuma, su única obra. El tintero abre su temporada en octubre con una de ellas. ¿No te parece curioso que un escritor o escritora deje una sola obra y se convierta en un novela inolvidable? Al menos da que pensar. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarHola, Emerencia. Pues sí, es una pena que halla habido autores con una sola obra que triunfó una vez muertos. ¿Habrá alguna causa detrás de ello o es simple casualidad?
EliminarUn abrazo.
Madre mía!, no sé qué es peor. Prefiero vivir en el anonimato más absoluto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Josep. Si que le salió cara la inspiración, espero que al menos esa obra póstuma sea una obra maestra y todo haya merecido la pena por la gloria y el paso a la posteridad. Pásame el título que le echaré un ojo a ver ;). Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge. No sé si le habrá merecido la pena al pobre escritor. Solo tiene la palabra de su editor de que su obra será todo un éxito. Ya tengo pedido un ejemplar, cuando me llegue te lo paso, ja, ja, ja.
EliminarUn abrazo.
Todo tiene un precio y tu protagonista lo pagó muy caro . La letra pequeña es lo que tiene que es " pequeña " y con eso se dice todo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Lo cuentas muy bien
Un abrazo Josep
Puri
Hola, Puri. Ciertamente, no hay nada gratis en esta vida y si uno quiere algo, algo tiene que dar o sacrificar a cambio. Por eso hay que pensárselo mucho antes de dar el paso.
EliminarMe alegro que te haya gustado,
Un abrazo.
Bueno, está en el hospital, pero aún no se ha muerto. A lo mejor se equivoca y después del gran éxito literario, volverá a la misma tesitura. Pero esta vez, leerá antes la letra pequeña.
ResponderEliminarEfectivamente, Cristina, todavía no ha muerto, pero tal como se expresa es de suponer que no le han dado esperanzas y que el fin está muy cerca. En todo caso, estaré atendo al desarrollo de los hechos, a ver si al final se produce un milagro, je, je, pero creo que el tintero ya vertió sobre él su maldición y no hay vuelta atrás.
EliminarUn saludo.
Eso pasa por no leer antes la letra pequeña (mi personaje por eso quedó eunuco), no sé que es mejor :-) UN abrazo, Josep.
ResponderEliminarNunca hay que precipitarse a la hora de tomar una decisión que puede ser crucial.
EliminarUn abrazo, Myriam.
Recuerda al dilema de Aquiles. Una vida larga pero gris y olvidada. O tener una fama por generaciones, a corto de una corta vida.
ResponderEliminarLa diferencia es que el escritor no hizo una elección, firmó sin leer la letra chica.
Saludos.
Realmente es una gran dilema al que yo no sabría responder. Es un poco lo que me preguntaban cuando todavía era un estudiante: ¿Qué prefieres, trabajar en algo que te entusiasme pero ser pobre o ser muy rico gracias a un trabajo que te desagrada mucho? Yo siempre contestaba lo mismo: trabajar en algo que me apasione ganado mucho dinero, ja, ja, ja.
EliminarUn saludo.
Vaya, a veces no compensa el éxito. Buen relato.
ResponderEliminarSAludos.
Muchos que han alcanzado el exito han acabado siendo infelices.
EliminarUn saludo.
Vaya faena!! Le costó la salud y quizás también la vida.
ResponderEliminarSe arriesgó demasiado y ahora su vida pende de un hilo-
EliminarUn saludo.
Excelente relato, Josep.
ResponderEliminarEn esta vida nada sale gratis y el éxito y la fama se acaban cobrando más víctimas que muchas batallas. Pero nunca hay que dejar de perseguir los propios sueños por muy envenenados que acaben estando, porque la vida va de eso: de aventurarnos por caminos nuevos, de retarnos, de arriesgarnos, de perder muchas veces y ganar algunas otras.
Un abrazo.
Muchas gracias, Estrella. Hay casos en esta vida en que el fin puede justificar los medios, aunque no sabria decir si es así en este caso, je, je. Si el éxito entraña un riesgo, cada uno es libre de decidir si quiere correrlo.
EliminarUn abrazo.
No termino de entender lo que he leído
ResponderEliminarPero en fin te he leido saludos desde Miami
Pues es una pena. Quizá si hubieras hecho una segunda lectura o leído las bases del reto, habrías comprendido de qué iba la historia que teníamos que desarrollar. Pero, en fin, cada cual tiene su nivel de comprensión lectora.
EliminarUn saludo.
Hola, Josep. Es que hay tinteros que los carga el diablo y luego pasa lo que pasa. En fin, al menos con esta limpia de autores, el nivel literario subirá y no se publicarán mediocridades.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, compañero. Quizá tengas razón y convendría hacer una limpieza de autores, de modo que no habría autor o autora que requiriera de la ayuda de la magia para encontrar la inspiración, je, je.
EliminarUn saludo.
Lástima que sólo vemos la letra pequeña demasiado tarde. Buen relato Josep, un abrazo!!
ResponderEliminarLa precipitación nos hace pasar por alto cosas importantes.
EliminarUn abrazo, Lola.
¡Caray con el tintero! Si es que no hacemos caso a la letra pequeña y luego pasa lo que pasa, jejeje. Me ha gustado mucho el relato.
ResponderEliminarSaludos
Es lo mismo que pasa con los contratos, que nos fiamos de la bondad del contratador y no leemos la letra pequeña, que es donde suele estar la trampa, je, je.
EliminarSaludos.